Acapulco, Guerrero, 30 de diciembre de 2021. La pandemia por Covid-19 paralizó por completo la procuración (extracción) de órganos en el hospital general Vicente Guerrero del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), en el 2019 se hicieron 10, y en estos últimos cuatro meses del 2021 se lograron hacer cinco.
En entrevista para El Sur, el coordinador hospitalario de donación de órganos y tejidos con fines de trasplante, Anwar Hernández Paz y Puente, explicó que debido a que el virus que provoca Covid-19 era completamente desconocido y no se tenía información de sus alcances, en el país fue suspendida la extracción de órganos y los trasplantes.
El médico compartió que de septiembre a diciembre de este año se han hecho cinco procuraciones de órganos en el hospital, la mitad de los que se hicieron en 2019, antes de la llegada de la pandemia. Durante el 2020 y parte del 2021 las operaciones estuvieron suspendidas.
Originario de Chilpancingo, Hernández Paz y Puente, estudió siete años en el Instituto Politécnico Nacional (IPN), cursó tres años de medicina interna, cinco años de la especialidad de nefrología, un año de la especialidad de trasplantes, y tiene un diplomado en extracción de tejido de córnea.
Además cursó un año del diplomado de coordinador de donación, y tiene una maestría en administración y alta dirección, y está por concluir un doctorado en alta dirección. En 2015 concursó por el puesto de Coordinador hospitalario de donación de órganos, donde actualmente se desempeña.
Hernández Paz y Puente, de 44 años, explicó que los órganos con mayor demanda de trasplantes de acuerdo con el Centro Nacional de Trasplantes (Cinatra), son los riñones, y en la actualidad hay un estimado de 18 mil personas que requieren una donación de estos órganos y la espera es de hasta 3 años en la lista. Este centro es el que lleva un control de las personas que requieren un órgano o un tejido para mejorar la calidad de vida o salvarles la vida.
Aunque los pacientes que esperan un riñón, tienen la posibilidad de acudir a terapia de hemodiálisis o diálisis peritoneal, que ayuda a alargar la espera del órgano hasta por 10 años, no pasa lo mismo con alguien que espera un transplante de corazón o hígado, y la mayoría fallece, otro factor que incide en que el número de personas en espera sea bajo.
En el caso del hígado, las principales causas para requerir un trasplante es una cirrosis no alcohólica, personas con sobrepeso, y la cirrosis alcohólica o por virus. En el caso de corazón, por problemas cardíacos o congénitos.
Un solo donador puede beneficiar a 120 personas
A pesar de que Guerrero se encuentra entre los primeros lugares en el país en procuración de órganos para trasplantes, falta mucha concientización entre la población para que donen sus órganos, dijo Hernández Paz y Puente.
Abundó que siendo la primera causa de muerte en México los accidentes, y si todas las personas que fallecen donaran sus órganos, la lista de espera sería menor, como sucede en los países europeos.
Identificó que una de las causas que impide que las familias o las personas den su consentimiento para que después de fallecer sus órganos sean extraídos y trasplantados, es la religión. Dijo que un solo donador puede beneficiar hasta a 120 personas con el trasplante de órganos y tejidos.
A pesar de los esfuerzos y tener un día nacional de donación, el 26 de septiembre, y tener el tema expuesto en películas y novelas, “hace falta mucho más y que la gente lo vea más natural y cómo una obligación como ciudadanos, porque es algo que ya no va a usar después de morir”.
Explicó que una persona puede donar sus órganos desde los 2 hasta los 70 años, y precisó que los órganos que se pueden trasplantar son los riñones, corazón, hígado, páncreas, intestinos y pulmones. La piel, los huesos, la médula ósea y la córnea.
Pero cuando uno fallece y muere por alguna enfermedad como cáncer no es candidato. Explicó que las personas que sufren algún accidente y se les certifica la muerte encefálica, tienen las posibilidades de ser donadores.
Abundó que las personas tienen que llegar con el corazón latiendo al hospital, y con los órganos viables. En urgencias se determina el estado médico del paciente, y si el paciente es candidato a alguna cirugía para salvarle la vida se le atiende, de lo contrario el paciente puede ser candidato, siempre y cuando haya manifestado la voluntad de donar sus órganos o así lo decida la familia.
El proceso médico establece la certificación de la muerte encefálica, es decir que no haya flujo ni actividad neuronal, pero que su corazón siga latiendo. Pero se tienen que hacer otros estudios de sangre para poder identificar que no tenga factores de riesgo para quienes reciban los órganos.
El tiempo de margen para realizar todo este proceso es de 72 horas, desde que el paciente muere, hasta la operación de quien va a recibir el órgano. Pero el proceso es de lo más complejo, porque se tiene que avisar al Cinatra, para que se identifique en qué hospitales está el paciente de la lista nacional, y desde esos hospitales tienen que viajar los médicos a Acapulco para ejecutar la extracción y después viajar con los órganos y llevar a cabo el trasplante.
Durante la extracción lo primero que se procura es el corazón y le siguen los demás órganos, desde que es extraído el corazón los médicos tienen cuatro horas, y cuando el órgano llega al hospital receptor la persona que será trasplantada ya tiene que estar lista.
En las operaciones participan de ocho a 10 cirujanos, 15 enfermeras, camilleros, y el área logística que incluye a las ambulancias. Pero además se debe de tener la anuencia del Ministerio Público para que dé fé de que los órgano se vaya a donde se tiene que ir.
El médico explicó que ha sido un gran reto que el hospital siendo de segundo nivel en atención, haga la procuración de órganos, y el objetivo es poder pasar a la categoría de tercer nivel para poder llevar a cabo los trasplantes en el propio hospital.
Texto: Jacob Morales Antonio
