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Martes 30 de Abril de 2024

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El Quijote y el paradigma de Fox

Jorge Zepeda Patterson

Abril 18, 2005

¿Se han dado cuenta de que El Quijote es el libro más leído por la clase política? En toda encuesta banquetera en que se pregunta a un diputado o un gobernador qué libro está leyendo en ese momento, la mayoría simplemente responde el primero, o mejor dicho el único, que se les viene a la mente: El Quijote. No es de extrañar que Vicente Fox haya ordenado justamente ese título ahora que se le ocurrió hacer un regalo a los maestros en su día. Uno podría imaginarse la pregunta de uno de sus ayudantes: “Señor, ¿qué libro va a ser el que se regale?”, a la que el presidente respondería (cómo podría ser de otra manera) “eh…El Quijote”.

El escándalo al que ha dado lugar la compra del lote de libros no podía haber estallado en peor momento para el presidente Fox. El periódico El Universal ha documentado a lo largo de estos días la sospechosa adquisición por parte de la SEP de un millón 70 mil ejemplares de El Quijote, por un total de 50 millones de pesos. Se trata de una petición especial de Vicente Fox a la SEP para hacer un regalo personal a cada uno de los profesores del país.

Para vergüenza de Los Pinos, los detalles del contrato indican que no sólo a los profesores se les estaba haciendo un regalo. La Comisión Nacional de Libros de Texto Gratuitos, Conaliteg, que usualmente adquiere grandes volúmenes de libros de parte de las editoriales, asegura que el libro en cuestión debió costar 29 pesos y no 54. Eso incluía costos de papel, encuadernación e impresión, pago de derechos de autor y 15 por ciento de ganancia de la casa editora.

Por cada peso de sobreprecio, alguien se está ganando un millón extra, y en este caso se trata nada más y nada menos que más de 20 pesos por libro, es decir más de 20 millones de pesos. Algo más que el sobreprecio de unas toallas de 4,000 pesos, de las que secan desde la primera vez.

Se quejan los editores nacionales de que no es la primera ocasión en que Santillana y Alfaguara reciben tratos preferenciales por parte del gobierno de Fox. Estas editoriales pertenece al grupo Prisa, que constituye el consorcio de comunicación más poderoso en España, propietario de El País, el diario de mayor circulación, de Canal Plus de Televisión y, sobretodo, del grupo de radio más importante en la península Ibérica, La Cadena SER. En los últimos años Prisa ha intensificado su presencia en México gracias a su asociación con Televisa en materia de radio. Hace unos años Prisa se asoció al 50 con Televisa para operar la cadena Radiópolis, de Emilio Azcárraga.

En los corrillos políticos se mencionan tres razones que impulsan al gobierno a un reconocimiento tan generoso con motivo del 15 de mayo. Por un lado, las ganas de congraciarse con la maestra Elba Esther Gordillo, particularmente ahora que se quedará momentáneamente al frente del PRI, cuando Madrazo se separe del cargo para lanzar su candidatura. Hasta hace poco, Fox no se había preocupado mayor cosa por su propio material de lectura, mucho menos por el de los maestros.

Un segundo motivo tiene que ver con el propósito presidencial de halagar a medios de comunicación tan poderosos como Grupo Prisa y Televisa. Cada vez está más claro que la batalla al final del sexenio será mediática. Por lo mismo, Fox está interesado en asegurar una predisposición a su favor de las empresas de comunicación, cuando la guerra por la deshabilitación de López Obrador llegue a su etapa final. Según esta versión, un contrato con tales márgenes de utilidad para la editorial sería una manera de comprar favores de los grupos multimedia. Los editores mexicanos se quejan de la frecuencia con que la SEP se brinca a la Conaliteg, para comprar libros de texto por volúmenes millonarios, directamente a este grupo empresarial.

Una tercera línea de interpretación atribuye el sobreprecio a segundos y terceros niveles dentro de la SEP. Alguien en la Subsecretaría de Educación Básica y Normal o en la Oficialía Mayor estaría haciendo su cochinito para el invierno o buscando                         financiamiento para una campaña política.

En cualquiera de los tres casos sorprende la inmediata reacción de Los Pinos, que rechaza toda irregularidad en el asunto aun antes de intentar cualquier tipo de indagación. El vocero de la Presidencia y el subsecretario de Educación simplemente han                         expresado que se trata de una edición “muy bonita”, como razón suficiente para el sobreprecio, sin atender los criterios de los expertos de que el valor real de la edición, con todas sus florituras, no debe superar los 30 pesos en una producción superior a un millón de ejemplares.

Fox ha anunciado al mundo un nuevo paradigma de legalidad en México. Asegura que el proceso en contra de López Obrador es muestra de que en nuestro país ha comenzado a imperar el Estado de Derecho. Por lo mismo resulta inexplicable que se desentienda con toda impunidad del desvío de 20 millones de pesos presumiblemente originado en un acto de irresponsabilidad y quizá de corrupción. Ya resultaba suficientemente sospechoso que el nuevo paradigma de legalidad hubieran decidido inaugurarlo justamente en contra de un enemigo personal del presidente. Ahora resulta que la aplicación de la ley inicia y termina con el caso de El Encino por violación de un amparo. Pero el presunto desvío de partidas del erario público a favor de terceros al parecer no forma parte del paradigma de ilegalidad del Presidente Fox.

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