EL-SUR

Sábado 11 de Mayo de 2024

Guerrero, México

Opinión

2015-2016

Eduardo Pérez Haro

Diciembre 29, 2015

Para Juan Angulo.

Estamos a un par de días para concluir el año 2015 e iniciar el 2016, suele hacerse un recuento de los hechos y advertir lo que a nuestro entender podría esperarse en el devenir de los meses del próximo año, no pretendemos tanto, el recuento puede ser más que el martirio de un “cuchillito de palo”, bastará con destacar dos o tres aspectos para tener un balance suficiente con base en el cual podemos advertir algunas consecuencias de no actuarse de otra manera a la que se ha venido haciendo, tanto por parte del gobierno como de las sociedades de base, que no de los Partidos que desde ahora están dejando en claro que no harán nada distinto que dar la batalla recurriendo a las prácticas que todos sabemos y conocemos, para sacar la mejor tajada a manera de reacomodo de cara al 2018.
La economía, aspecto principalísimo porque en ello va la suerte del país y así también la suerte diaria de empresarios grandes y pequeños, de trabajadores formales e informales, así como de desocupados o personas en edad de trabajar pero que no trabajan, muchos de ellos amas de casa, estudiantes, o ninis. En esto no ha pasado nada en el sentido originalmente esperado ni por el gobierno ni por las sociedades de base, es uno de esos tiempos en el que nadie termina satisfecho porque no se cumplen las expectativas en los agregados económicos ni en las microeconomías de los pequeños negocios y el ingreso de los trabajadores de cualquier rango, ¡claro! Habrá a quien le va bien, sea empresa grande o pequeña, sea trabajador por su cuenta o asalariado, pero no es la suerte general que es la que moldea nuestra historia.
El crecimiento económico quedará en dos terceras partes de lo que se pronosticó que ya es mucho decir porque tenemos que estar claros que este pronóstico se estableció sobre la base de un crecimiento superior del año precedente (2014), con lo que crecer menos teniendo una base menor podría llevarnos a un ejercicio aritmético que nos colocaría muy por debajo si de números absolutos habláramos, máxime si tomáramos en cuenta el 2013 al que le sucedió lo mismo, ¿se da usted cuenta?, el problema del 2015 no es sólo que crecimos menos de lo esperado sino que tenemos rezagos acumulados en los tres años que van del actual régimen de gobierno y esto, que es de todo cierto, es un problema distinto y mayor.
Se suma una devaluación del peso, que hay funcionarios, periodistas y economistas aduladores que cobran por llamarle deslizamiento o ajuste, y que me disculpen los que así le nombran sin retribución alguna, pero qué lástima porque en cualquier caso un cambio del orden de la tercera parte de la unidad monetaria es, así de simple, una pérdida de la tercera parte en el poder de compra de bienes de procedencia externa llámenle como le llamen que para efectos prácticos sin envolturas ni velos puede llamarse devaluación, que supone encarecimiento de todo lo que se compra en dólares y muy especialmente a Estados Unidos, con quién se realiza el 80 por ciento de todo lo que se compra en el exterior y que, ni más ni menos, son maquinaria y refacciones que no se fabrican en México, bienes intermedios que se requieren en México, insumos y alimentos entre los que se puede contar gasolina y maíz, con lo cual puede entenderse la presencia de un factor de encarecimiento que por ahora no se deja ver en toda su capacidad, porque existe una depresión de la demanda.
Se encarecen las deudas, si usted no debe es porque no le prestan, si a usted le prestan sabrá que las deudas se vienen incrementando y será progresivo el encarecimiento del dinero a lo largo del año próximo, porque resulta que Estados Unidos ha decidido frenar la ruta del endeudamiento y empezar a restringirlo por medio de su encarecimiento, las tasas de interés fueron elevadas en el vecino país del norte de 0.25 por ciento a 0.50 por ciento y lo fueron en automático en nuestro país de 3.0 por ciento a 3.25 por ciento, pero se estarán revisando a la alza a lo largo del año venidero.
Parece poco como suelen presentarlo los comentaristas de la televisión y la radio, pero en materia de deuda no hay pocos y usted lo sabe, el gobierno lo sabe pues entre la disminución del crecimiento que debilita sus ingresos fiscales, el debilitamiento de los ingresos petroleros en tres cuartas partes de lo que se tenía en el primer semestre del año pasado (de 108 a 27.7 dolares/barril) y el incremento de las tasas de interés, la deuda pública total ha pasado de un tercio del PIB a más del 50 por ciento (más de 7.5 billones de pesos) en tan sólo tres años, o sea que la deuda vuelve a dejarse ver como un Asunto, dícese que está en niveles manejables y puede ser para quien tiene resortes con los cuales recuperarse, pero no es el caso de México que apostó a privapetrolizar la estrategia de crecimiento y le falló, falló, con lo que no es tan administrable y de ahí que se hayan iniciado los recortes del gasto público y se continúen en 2016 con lo que se perderán incentivos a la dinámica de inversión privada y habrá más desempleo, privado y público y ya están a la orden del día los despidos masivos.
No quiero detenerme y lastimar más el balance y el panorama con los problemas de seguridad que en voz del gobierno, presumiblemente, vienen disminuyendo y la verdad es que vuelvo a decir que un recuento en este reglón resulta doloroso martirio e innecesario porque es una evidencia para todo mundo, independientemente de cómo se construyen las cifras del tema, sólo recuérdese que son una mínima cantidad los delitos que se denuncian ante el bumerang que se vive en ello, las personas podemos enfrentar incluso el delito, pero no las consecuencias de la denuncia para su castigo porque se vuelven contra uno y no por parte del delincuente, porque en nuestro país ya no es de delincuentes como se referían antes sino por organizaciones criminales coludidas con la autoridad judicial. Lo cierto es que ninguna encuesta da por disminuido el tema de la inseguridad, y por el contrario se vive con zozobra y miedo en algunos lugares más que en otros, califique usted del 1 al 10 su circunstancia. Si la vida de fondo, en el ingreso y la educación, no tienen progresos, y el crimen organizado se desvela coludido con la autoridad, entonces, no tenemos una base sólida para suponer correcciones.
El problema es más complejo cuando estas deficiencias de la economía nacional y la seguridad públicas se inscriben en un mundo que enfrenta dificultades semejantes, mas no es dable echarle la culpa al mundo así nomás, sirve para escamotear la crítica y la inconformidad, pero cuando la economía y la seguridad fallan podemos pensar que falla la educación y la política. La educación en su acepción más exigente, que nada tiene que ver con el conflicto magisterial que el gobierno enfrenta con la CNTE o si me apuran esta expresión del conflicto es una evidencia más de las fallas de la política entendida como el concilio de pareceres. La falla es de fondo.
En el plano internacional el sistema capitalista como un sistema progresivo por cuanto que las capacidades tecnoproductivas del hombre y de la sociedad son cada vez mayores, y sin embargo el mundo se polariza en la desigualdad material y subjetiva, y es porque las contradicciones del sistema no se resuelven de conformidad con su lógica de funcionamiento a pesar de su carácter contradictorio, y por encima de su propia lógica se imponen intereses de grupos hiperprivilegiados que se imponen a toda costa, y que ya son dominantes en los mercados de trabajo y de deuda, y en las esferas institucionales y de los gobiernos, creando una correlación de fuerzas que no deja espacios en lo que hace a las grandes corrientes de poder y dinero, y de ahí la creciente apertura de frentes de guerra y muerte, y la exacerbación de las formas de confrontación que van de la guerra de precios en los hidrocarburos al crimen indiscriminado, como sucede en Siria y recientemente sucedió en Francia.
En el plano nacional hay un cierto paralelismo, la política como el arte de gobernar como representación ante los representados deviene imposición-inconformidad, no se hace lo que desde el funcionamiento de la empresa y el sistema capitalista resulta aconsejable, sino lo que conviene al interés de los grupos hiperprivilegiados, y digamos que si eso fuera funcional la crítica podría ser más moderada, pero la experiencia en curso no da muestra de funcionalidad cabal, es decir, de acortamiento de la brechas de la desigualdad y los desequilibrios sino al contrario, por lo que quiere decir que la política falla pero falla de ambas partes.
Los gobiernos nacionales moldean mal y salen de malas, quieren controlar sin diálogo, lo que les revela como malos técnicos y pésimos políticos, seamos claros los estadistas no están, llegaron los gobernantes que no alcanzan a sobreponerse a las presiones de grupos porque no cuentan con el apoyo de las sociedades, obtienen su voto a base de triquiñuelas, pero eso no les da su respaldo por lo que se tornan débiles frente a grupos de poder político y económico, mientras que las sociedades de base desde su individualidad están a la deriva, desperdigadas y sin información ni formación, presas de la influencia de los medios electrónicos de comunicación, sobre todo, y arrojadas a la competencia diaria por la sobrevivencia que, al no resolverse en el plano del trabajo (porque los adinerados, especuladores, políticos y criminales han encontrado la manera de obtenerlo sin trabajo alguno) quedan expuestas y vulneradas hasta en sus derechos más elementales y sin ninguna capacidad de oposición, posición y exigencia.
Por supuesto hay empresarios y hay trabajadores, pero los que se resuelven en esta relación contradictoria pero funcional y creativamente están siendo determinantes en la vigencia de las leyes fundamentales del valor y el mercado que domina la lógica de funcionamiento del sistema, mas no gobiernan los excesos de la dominación que hace, con la superexplotación y el desempleo, el control monopólico del dinero y los mercados todos, un verdadero desorden o, como suele apodarse, un capitalismo salvaje. Así, puesto de esta manera, hay un desafío de naturaleza eminentemente política que precisa de la educación en la base, información y formación, capacidad de trabajo y capacidad organizativa, conciencia y manifestación política, en las sociedades de base y en las filas del gobierno, y en orden simultaneo, no hay gradualidad lineal de esto primero y luego lo otro, se trata de una revolución del individuo y de las sociedades y colectivos, y no meramente de la sociedad o de las instituciones, es todo a la vez, y no debe por tanto privar la mejor idea, sino debe darse lugar a todas las ideas que se encaminen en este propósito.
Si 2016 ofrece revisar nuestros desempeños, aprendamos a romper con nuestros dogmas y encaminémonos a hacer política, sin perder nuestras ideas y opiniones, construyamos fuerzas sobre asuntos primordiales y hagamos avanzar ideas, reglas y materialidades, avancemos en el plano interno para ir dejando ver al mundo formas y contenidos que difieren de las experiencias que, siendo de derechas e izquierdas, se resquebrajan en una y otra parte del mundo.
No olvidemos las armas de la crítica, no transijamos frente al despotismo y la injusticia, pero sobrepongámonos a la necedad de la idea mejor reconozcamos la complejidad y la severa asimetría de la correlación de fuerzas del momento y procesemos la gradualidad de los cambios con la determinación democrática, pero no hablemos de votos solamente sino de información, formación, organización, participación y démosle la ingeniería que precisa en la era digital. El año nuevo es propicio para volver a empezar.

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