EL-SUR

Viernes 19 de Abril de 2024

Guerrero, México

Opinión

El sector cafetalero después de la roya

Arturo García Jiménez

Noviembre 23, 2016

 

Antes de que el hongo Hemileia vastatrix conocido como “roya anaranjada” infestara casi el 90 por ciento de las plantaciones cafetaleras, la situación de la planta productiva estaba en picada. Cafetales viejos y sin manejo agronómico, suelos deteriorados, agricultores sin recursos, apoyos mínimos de los programas gubernamentales, organismos infuncionales como el Consejo Estatal del Café y el Sistema Producto, infraestructura de beneficiado en ruinas, nulas alternativas de financiamiento y, ausencia de un Plan Rector de la Cafeticultura en Guerrero.
A pesar de que diversas organizaciones de productores expresaron el peligro inminente, la reacción gubernamental fue lenta y parcial. Como si fueran a la guerra, la primera acción de gobierno fue comprar agroquímicos fabricados por la multinacional Syngenta y fumigar los cafetales sin un plan definido, resultaba un contrasentido fumigar cafetos viejos e improductivos. Poco después, se anunciaron 30 millones de pesos para el combate a la roya, pero el concepto de gasto principal fue la compra de camionetas Hilux (doble cabina) para continuar la guerra. Y a pesar de que la SENASICA por medio de su plataforma digital que monitorea y vigila el grado de infestación siempre registró en sus reportes semanales que el promedio de avance de la enfermedad no llegó siquiera al 15 por ciento, la roya siguió avanzando.
Lo que realmente se requería era un programa integral que reactivara la cafeticultura, comenzando con la producción de planta para renovar totalmente las huertas y realizar manejos agronómicos para el control de la roya. Lo ideal era, mediante un padrón actualizado y real, apoyar la renovación de al menos una hectárea por productor y lograr como meta renovar 5 mil hectáreas anuales. Y desde luego, acompañar el programa con un esquema de financiamiento blando para garantizar que las labores de cultivo se realicen.
Con el surgimiento del Plan Integral de Atención al Café (PIAC) coordinado por la Sagarpa se abrió un nuevo horizonte y como que por fin se comenzó a tomar al toro por los cuernos. El PIAC tiene cuatro componentes: Infraestructura para viveros, subsidio a la planta de café, paquetes tecnológicos y asistencia técnica. La meta nacional con un presupuesto de 730 millones de pesos era renovar 60 mil hectáreas durante el presente año y producir 200 millones de plantas, de tal suerte que en cada hectárea se establecerían 3 mil 333 plantas. De acuerdo con las reglas de operación se apoyaría con planta hasta para una hectárea y tres paquetes por productor (5, mil pesos / paquete), la infraestructura de viveros se otorgaría a organizaciones con personalidad jurídica y a cada técnico contratado se le pagarían hasta 200 mil pesos por atender un mínimo de 200 hectáreas.
A Guerrero le tocaron 80 millones de pesos del pastel PIAC y una vez que fueron autorizados los proyectos, las reglas de operación cambiaron. Sólo un paquete por productor pero de 4 mil pesos y hasta mil 500 plantas nada más. Y bajo esa lógica se financiaron 16 proyectos de vivero para apoyar a mil 747 productores, mientras que alrededor de 8 mil productores serían apoyados como personas físicas con plantas y con paquetes.
Pero los recursos fluyeron muy lentamente, buena parte de la planta entregada por los proveedores estaba pequeña, pero sobre todo, la entrega tardía en la víspera del retiro de las lluvias hizo que muchos productores no la sembraran. Los viveros, cuya producción tendría que ser para el presente año, estará lista para las próximas lluvias del 2017 y, los paquetes tecnológicos poco se usaron si no hay planta para aplicarles. Los técnicos apenas se contrataron, aunque su pago disminuyó a 120 mil pesos en razón del corrimiento de tiempos.
Con todo ello, el cumplimiento de metas será minúsculo, se requiere monitorear y evaluar para tener datos precisos. Pero si de los 3 millones de plantas que en teoría se distribuyeron, en realidad se sembraron, apenas llegaríamos a renovar mil hectáreas de un total de 40 mil que existen en el estado. La mayor parte de paquetes tecnológicos apenas se están distribuyendo y pues quedarán para usarse el año que entra o se aplicarán a las plantas recepadas en el mejor de los casos. Los proveedores de planta se quejan de que no les han pagado.
Por otra parte, el esquema de subsidios beneficia más a los proveedores; del total de los 80 millones para Guerrero, 3.6 son para pagar a 18 técnicos (quienes por cierto no han cobrado) y el resto, 76.4 millones de pesos pasa por el embudo de los proveedores (de insumos, de plantas, de infraestructura para vivero, de herramientas). Un proveedor se toma de ganancia un mínimo del 40 por ciento, por lo que de la danza de los millones, al menos 30.56 le quedan a los proveedores como utilidad, si no es que más, ya que inflan los costos y meten productos que no son específicos para el café. Se requiere una nueva funcionalidad en los mecanismos para reactivar la cafeticultura.
Pero no todo está perdido, hacemos este balance con la finalidad de que se corrija la forma de operar y se busque una coordinación adecuada entre todos los actores. Hay que reconocer que tanto la Sagarpa como el gobierno del estado de Guerrero han puesto mucho de su parte. Así, en el pasado mes de julio, en el marco de la Cumbre Latinoamericana del Café celebrada en la Ciudad de México, el subsecretario de Agricultura anunció la creación del nuevo Inmecafé como una manera de expresar su disposición por apoyar a la cafeticultura mexicana. Aunque de inmediato se dijo que el problema es que no había presupuesto, lo cual posteriormente se corroboró cuando en el proyecto de Decreto de Presupuesto 2017 se expresa un recorte del 22 por ciento con respecto al 2016, esperemos que se corrija y al menos queden los mismos 730 millones en proceso de operación.
Para crear un nuevo organismo que regule y promueva la actividad cafetalera se requiere de la consulta a los productores, y esto no se ha realizado. Sabemos que el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA) y el Instituto del Café de Costa Rica (Icafé), fueron contratados para realizar el proyecto de Instituto del Café; ello no es lógico ya que en nuestro país hay mucha riqueza de propuestas, pero ya se hizo y lo fundamental es que se consulte a todos los actores. El pasado 16 de noviembre supuestamente se presentó el proyecto en la Comisión Especial del Café de la Cámara de Diputados, pero tampoco se ha divulgado en qué consiste.
La cafeticultura constituye una palanca económica para el desarrollo de zonas marginadas de la Sierra de Guerrero, Montaña y Costa Chica de la cual dependen alrededor de 24 mil familias que habitan zonas marginadas, pero además es un amortiguador medioambiental muy poderoso y hay que impulsarla. Ello requiere del concurso de todos los actores. Por ello, con la finalidad de aportar al rescate del sector cafetalero y prepararnos para el proceso de planeación programación 2017, proponemos las siguientes acciones:
1. Elaborar el Plan Rector para Reactivar la Cafeticultura de Guerrero. Mismo que debe considerar el corto, mediano y largo plazo. Aspectos relevantes que debe considerar: El fomento a la organización de los productores, la renovación y tecnificación de cafetales, rehabilitación de la infraestructura de beneficiado y procesamiento, diseño de esquemas de financiamiento, la comercialización, certificaciones diversas, promoción de la calidad, agregación de valor, impulso a la diversificación productiva así como la integración de una fuerza de soporte técnico y capacitación permanente.
2. Agilizar la ejecución de los proyectos considerados en el PIAC. A la fecha, no se han entregado el total de los paquetes tecnológicos a los productores programados como personas físicas (8 mil). Falta ministrar un proyecto de vivero y el pago a los proveedores de planta.
3. Actualizar las estructuras que tienen que ver con la planeación, gestión y operación del sector. Caso Sistema-Producto Café y la urgente remoción del Coordinador del Cecafé que no ha cumplido con su cometido. Como tareas prioritarias a realizar, debe elaborarse un padrón confiable de productores de café y organizar el Congreso Cafetalero, en el cual se aprobará el Plan Rector.
4. Integrar un Fideicomiso de Garantías Líquidas, mezclando las existentes en Fircafé, aporte del Gobierno del Estado y otras fuentes. Y que tanto FIRA como FND flexibilicen sus esquemas de operación para los proyectos que impulsen la reactivación del sector cafetalero. Sin ello, no se podrá garantizar la realización de las labores para la renovación de cafetales.
5. Dar prioridad a proyectos de impulso al café y de diversificación productiva en los Programas Concurrentes anuales y focalizar convocatorias hacia las zonas cafetaleras del estado por parte de los programas de INAES, FAPPA, Promete, Impulso Productivo y otros más.
6. Programar Empleo Temporal Inmediato con base en labores realizadas.
Con todas estas acciones estaremos sentando las bases para la cafeticultura del futuro en nuestro estado.