EL-SUR

Viernes 26 de Abril de 2024

Guerrero, México

Opinión

8-M

Arturo Martínez Núñez

Marzo 08, 2022

Las mujeres son la mitad del mundo y madres de la otra mitad. Ninguno de los importantes avances en materia de derechos humanos del Siglo XX, se acerca ni de lejos a la lucha por la igualdad, equidad y plena inclusión de la mujer en la vida económica, social y sobre todo política del mundo.
Ningún avance en el reconocimiento de los derechos de las mujeres es una alegre concesión de los hombres sino una conquista de las mujeres. Las mujeres, es decir, más de la mitad de la población, vivieron –y en muchas partes del mundo siguen viviendo–, oprimidas, silenciadas y violentadas. El avance en el reconocimiento de sus derechos ha sido importante pero de ninguna manera es suficiente. No estamos ni cerca de dónde deberíamos estar. Las mujeres siguen siendo violentadas cotidianamente de manera económica, física, patrimonial, política y sexualmente. En Guerrero las niñas de la montaña siguen siendo obligadas a casarse en matrimonios arreglados; el número de embarazos en niñas menores es escandaloso. Por eso no debemos de bajar la guardia ni caer en el engaño de que la igualdad aritmética en el acceso a los cargos de elección popular equivale en automático al fin de la violencia de género.
Hoy Guerrero es gobernado por una mujer; las dos ciudades mas importantes son encabezadas por alcaldesas; en el congreso hay 23 diputadas de 46. Y sin embargo, asuntos torales como la Interrupción Legal del Embarazo siguen siendo anatemas a los que ningún partido político les quiere entrar de frente por consideraciones electoreras.
La gobernadora Evelyn Salgado Pineda tiene un enorme reto y una magnífica oportunidad de transformar para siempre las condiciones de las mujeres guerrerenses. Ella no es ajena al tema, por el contrario: durante más de una década, fungió como delegada de la Secretaría de la Mujer en Acapulco donde, me consta, de manera personal acompañó a decenas de víctimas a presentar las denuncias correspondientes en casos de violencia. El proceso no es sencillo porque la mayoría de las veces hay que convencer a las víctimas de que es necesario proceder de manera legal y presentar las denuncias correspondientes. Para que una mujer se atreva a denunciar a su agresor, tiene que tener la certeza de que el Estado la va a apoyar y que su denuncia no resultará contraproducente. La gobernadora tiene y tendrá el apoyo necesario para ir a fondo y situar a Guerrero como una entidad ejemplar, una entidad santuario, en donde las mujeres sean respetadas y defendidas.
El mero hecho de que sea una joven mujer la que encabece el ejecutivo estatal, le provoca ronchas a más de uno. Algunos despistados confunden la generosidad y amabilidad de nuestra joven gobernadora con debilidad. Otros misóginos e ignorantes, creen, irrespetuosamente, que la gobernadora puede ser manipulada o que alguien más gobierna a través de ella. Aquellos que tratan a la titular del Ejecutivo con la ligereza y falta de respeto con la que ni en sueños se atreverían a tratar a un gobernador varón, se van a llevar una gran sorpresa. El que confunda amabilidad con debilidad y cortesía con falta de fuerza, ignora que las mujeres son mucho más fuertes, resilentes y determinadas que los hombres. Las mujeres no alardean con la testosterona ni necesitan hacer aspavientos para demostrar su fortaleza. Las mujeres simplemente actúan y cuando tienen que dar un manotazo lo hacen sin dudar.
Las mujeres han resistido durante milenios y ahora que es su tiempo, tienen que terminar su obra que será la gran revolución de nuestra era.
Que viva la lucha de las mujeres.