EL-SUR

Jueves 02 de Mayo de 2024

Guerrero, México

Opinión

A finales de gobierno

Silvestre Pacheco León

Noviembre 28, 2022

Estamos en cuarto creciente de la fase lunar. Nuestro satélite natural es una argolla que nos mira disimuladamente en el firmamento. Desde la tierra se observa con nitidez cuando la oscuridad ha pasado a reinar después de un atardecer de nubes aborregadas que juegan a representar figuras caprichosas con los últimos rayos del sol que ya las iluminan e incendia mientras el círculo candente parece sonreír en su despedida hundiéndose en el mar.
Casi al finalizar noviembre estamos en el mejor tiempo de la costa ahora medido con el viejo horario al que hemos estado siempre acostumbrados.
Tengo que hablar de la vida costeña donde habito desde hace 43 años enamorado de las olas del mar, el color verde de la selva y el calor que sofoca y fortifica. Zihuatanejo es un regalo de la naturaleza y la bahía su capricho, delicado y amable.
Tenemos una ciudad hecha jardín, limpia y hasta cierto punto ordenada. La gente pasea alegre mañana y tarde por sus andadores peatonales sombreados. Los visitantes inundan las calles y el mercado a la hora del almuerzo para después subir a las lanchas que los llevan en paseo hasta la alberca natural de Las Gatas donde la vida marina muestra su increíble belleza y variedad de peces, reptiles, aves y mamíferos y plantas.
Comienza ya la temporada alta del turismo que se anuncia con el contingente de canadienses en grupos y parejas que huyendo del frío en su tierra vienen por el tibio ambiente que aquí se respira.
La ciudad vive con el ritmo festivo y tranquilo de siempre que impone la naturaleza.
Si se pone cuidado uno se despierta con el canto de las golondrinas que duermen en las redes del tendido eléctrico frente a la terminal de autobuses, la gasolinera y la clínica del Seguro Social, una de las partes más ruidosas pero iluminada de la ciudad, quizá el principal atractivo que buscan.
Ese espectáculo de los pájaros es un atractivo peculiar si se deja de lado la suciedad que producen a diario y pocos limpian.
Pero hablando de pájaros por cuyo avistamiento muchos pagan viajando a los morros de las bahías del Palmar en Ixtapa y la de Potosí. La ciudad de Zihuatanejo es albergue de cientos de zanates que ruidosos vienen a dormir en sus árboles todas las tardes. Como aliados en esa diversidad de aves, además de las chachalacas que cantan wataraku, wataraku anunciando lluvia o calor, desde su santuario en los cerros de Las Antenas y El Viejo de Agua de Correa, han crecido desmesuradamente las bandadas de pichones que no sé por que su nombre lo asocian con lo tierno, pues la mayoría de los que vemos volando en manadas buscando comida son todos adultos.
Esas bandadas en la ciudad que mucha gente bondadosa alimenta, forman parte también del espectáculo citadino pues si uno tiene la paciencia de admirarlos, entre los pichones que los hay con plumaje de diversas tonalidades, también se mezclan las palomas silvestres y domésticas cuya diferencia, a parte de la elegancia que las caracteriza porque son más finas y ancestros de los pichones, es su gorjear delicado y profundo en horas determinadas y exactas del día, frente al cantaleo de los pichones.
Zihuatanejo es también la ciudad de las mascotas de perros y gatos donde ya pocos deambulan sin dueño en las calles del centro. Todo el tiempo se ve a personas luciendo y paseando sus perros por andadores y jardines dejando en paz a la mayoría de las playas que antes ensuciaban. En ese nuevo ambiente se ve el resultado del trabajo persistente de la Sociedad Protectora de Animales de Zihuatanejo dedicada por décadas a la esterilización de perros y gatos con una amplia red de personas locales y extranjeras que apoyan en esa tarea humanitaria.
Aunque quizá son más los gatos sin amo, sobran ahora quienes los alimentan, por eso lucen gordos y displicentes.
El espectáculo sigue si uno se asoma a la playa porque verá revoloteando a las gaviotas en un ambiente de fiesta donde participan los cormoranes o pájaros buzos de color oscuro, esbeltos y pescuezudos, que tienen la cualidad de nadar, caminar, volar y bucear, pescando desde las alturas algún pez que equivocadamente se acerca a la superficie, ignorando que desde las alturas se puede convertir en víctima de un vuelo suicida que lo convierta en bocadillo mientras los pelícanos viejos y satisfechos parecen desempeñar el papel de guardias celosos o viejos monjes callados.
De la proliferación de tortugas nadie puede regatear el papel tan consciente que ha jugado la sociedad y un sinnúmero de organizaciones que hicieron el milagro de que el quelonio se volviera a repoblar como en sus mejores tiempos.
Hay un resplandecimiento también en la cultura local que preserva las plantas, árboles y jardines dentro de la ciudad. Abundan ahora los viveros con un nutrido número de plantas de ornato diversas. Cada vez son más las personas que saben el preciado valor que tiene la vegetación para preservar el ambiente. Me he quedado sorprendido de la facilidad con la que se han adaptado al clima árboles y plantas que antes difícilmente se veían en la costa. Uno de ellos es precisamente el mango, convertido en emporio del municipio de Tecpan con el primer lugar nacional porque sus árboles producen en cualquier tiempo para deleite de los consumidores.
Termino mi presente colaboración escuchando el informe de Andrés Manuel López Obrador quien en una muestra de enorme vitalidad, lo dijo en el Zócalo después de caminar seis horas entre la multitud desbordada de convocados que llegaron de todo el país a festejar las transformaciones promovidas por la 4T en el cuarto año de gobierno.
Una marcha que se convirtió en icónica por multitudinaria y pacífica donde quienes llegaron lo hicieron por libre decisión manifestándose convencidas en apoyo al gobierno de la 4T.
Después de una semana en la que falleció el cantautor de la Nueva Trova Cubana Pablo Milanés –ejemplo de hombre libre y revolucionario–, y de la derrota de la selección nacional frente a la de Argentina, la marcha de ayer y el informe presidencial, auguran mejores tiempos para México al final de lo que Andrés Manuel definió como el modelo de Humanismo Mexicano.
Muchos hombres y mujeres de la tercera edad pero con una mayoría de jóvenes mostraron la fuerza política indiscutible del proyecto que puso alto al modelo neoliberal que tiene suficiente vitalidad para continuar profundizándose, pues aparte del sinnúmero de obras materiales que entraron en el recuento del informe de más de noventa minutos, en su contenido político el presidente no dejó de fustigar a los conservadores que simulaban interesarse en resolver los problemas sociales cuando en realidad se ocupaban de saquear la riqueza nacional.