Marcial Rodríguez Saldaña
Febrero 17, 2005
Concluida la contienda por la gubernatura, en donde el pueblo de Guerrero confirmó su vocación democrática logrando la alternancia en el poder público del estado, viene la etapa del ejercicio de gobierno, que no es más que el arte de diseñar políticas públicas para el bienestar social.
Congruencia. La fidelidad política es un factor decisivo en la vida pública, pues en el caso de Guerrero la lucha por la democracia no ha sido fácil, de ahí que quienes por convicciones decidieron emprender esta lucha, merecen todo el reconocimiento y el derecho de ser considerados preferentemente ante quienes durante el régimen priísta cómodamente ocuparon cargos y fueron cómplices de las decisiones de los gobiernos del PRI; no habría ninguna razón de lógica política si ex priístas, oportunistas de la política o, en lenguaje común, vividores de la política, de esos que abandonan el barco cuando sienten que se hunde, los que se van cuando no les han dado un cargo, son llamados al nuevo gobierno. Respeto merecen quienes en condiciones normales han decidido sumarse a la lucha democrática.
Lo que ha sido originalmente la oposición en Guerrero, desde la izquierda antes de la fundación del PRD y luego de su aparición en 1989, ha formado progresivamente una clase política que ha acumulado una experiencia de gobierno desde los órganos de representación popular (Congreso federal, local y gobiernos municipales) que le permite tener los cuadros de donde echar mano para el nuevo gobierno.
Profesionalismo. En el régimen priísta, lo que valía para ser funcionario era el compadrazgo, al grado de que hubo abogados como secretarios de Pesca. Por ello ahora adicionalmente a la congruencia política lo que debe prevalecer es el perfil profesional, que los servidores públicos en cada ramo reúnan las mejores cualidades, el conocimiento de su área, lo que será una garantía para rendir las mejores cuentas.
Honorabilidad. Una de las razones por las cuales la gente votó por Zeferino es por la percepción de que en sus responsabilidades públicas es un hombre honrado, es decir que es una garantía que no hurtará el dinero del pueblo y que hará respetar la ley. Por ello, los demás colaboradores deber reunir estos mismos requisitos garantizando a los ciudadanos que sus actos se ajustarán la pulcra administración de los recursos públicos y al respeto del Estado de derecho.
La formación del gabinete debe tener por supuesto el rasgo de la representación política, pues no se entendería la alternancia si la antigua clase política sigue gobernando. Hay un compromiso del gobernador electo con el PRD que seguramente habrá de cumplir, y es lógico que las demás fuerzas políticas que formaron la coalición Guerrero Será Mejor, tienen sus cuadros profesionales de la política para integrar el nuevo gabinete, al cual también deberán ser llamados destacados profesionales de la sociedad civil sin la cual no se hubiese logrado la alternancia.