Marcial Rodríguez Saldaña
Mayo 19, 2016
Las llamadas reformas estructurales de Enrique Peña Nieto, provenientes del Pacto por México, firmado el día siguiente de su toma de posesión, el 2 de diciembre del 2012, y avaladas por el PRI, PAN y PRD, están teniendo efectos devastadores en la población mexicana. El poder adquisitivo de las clases populares ha disminuido considerablemente en estos últimos años, debido a la constante alza de los precios de consumo básico y al escaso incremento de los salarios mínimos; el dólar se mantiene en más de 18 pesos, lo que implica que todos los productos de importación se incrementen automáticamente y la inseguridad sigue azotando las familias de México.
1. La mal llamada reforma educativa que proviene del Pacto por México, siempre se ha dicho que se ha tratado de una reforma concebida esencialmente en contra de los trabajadores de la educación. Hoy están a la vista los efectos de esta estrategia gubernamental, ya que a las maestras y maestros que no han aceptado la imposición de esta reforma se les está hostigando con amenazas de descuentos y más grave aún de despidos, de arrebatarles sus plazas que se han ganado con su propio esfuerzo durante muchos años de actividad, lo que implica privarlos de su fuente de empleo, que es el sustento de sus familias violando con ello sus derechos laborales.
2. Los promotores de esta política anti-laboral, Peña Nieto quien no se sabe ni siquiera el título de tres libros, quien no sabe cuaáles son las capitales de los estados de la República, y Aurelio Nuño, quien nunca ha sido profesor ni en un jardín de niños, nunca ha laborado en el sector educativo, es un aprendiz de burócrata con marcados signos autoritarios, no tienen autoridad moral ni académica para querer imponer una reforma en contra de los trabajadores de la educación; lo que han hecho es aplicar la fuerza pública, la represión en contra del magisterio, hacer las evaluaciones con la presencia de la policía y a costos muy altos como la muerte de varios maestros en Guerrero y en Chiapas.
3. Una verdadera transformación educativa, que revise los contenidos de los planes y programas de estudios, para actualizarlos con base en el avance de la ciencia, de la tecnología, la cultura, el arte, la protección de la naturaleza, de los derechos humanos, impulso al deporte, a la salud, y la preservación de nuestra historia y valores nacionales, requiere de grandes pedagogos, de que quienes dirijan la educación tengan experiencia, la hayan vivido, la sientan como parte de una forma de vida, como el motor del desarrollo nacional; y consecuentemente la aceptación de los actores fundamentales que son las maestra y los maestros, que haya una intensa capacitación y estímulos, y la infraestructura física y tecnológica para impulsarla.
4. La educación en México, el gobierno la sigue considerando como un área política, esto se refleja en la propia designación de los secretarios del sector, que en su gran mayoría han sido políticos-burócratas que no saben nada de educación, como es el caso del actual encargado de la SEP Aurelio Nuño, quien llegó ahí designado por Peña Nieto para utilizar la estructura de la dependencia federal, los recursos y los medios de comunicación para promoverlo como su consentido en la sucesión presidencial, pero su inexperiencia política lo han llevado a cometer muchos errores como confrontarse con los estudiantes del Politécnico, y mostrar su rostro autoritario al amenazar y hostigar al magisterio que rechaza su reforma anti-laboral.
5. No puede haber una verdadera transformación educativa en México mientras Peña Nieto y el gobierno sigan siendo cómplices de la corrupción que hay en la nomenclatura sindical del SNTE, en donde sigue habiendo miles de comisionados como activistas del régimen, en donde sus líderes tanto a nivel nacional como en los estados se siguen enriqueciendo a manos llenas a costa de las cuotas de los trabajadores de base y de las prebendas gubernamentales ¿a poco Elba Esther Gordillo era la única que usufructuaba el dinero de los maestros? ¿y los demás dónde están? A Elba Esther la metieron a la cárcel tardíamente no por justicia sino por venganza, porque se opuso a la reforma educativa, pero mientras apoyó al gobierno la consintieron, y a sus cómplices los actuales dirigentes del SNTE que sí apoyaron a Peña Nieto, les siguen otorgando impunidad.
6. Frente a esta ofensiva de Peña Nieto y los gobiernos estatales en contra de las maestras y maestros, es necesaria la abierta solidaridad y apoyo a sus luchas en defensa de su fuente de trabajo, de todos sus derechos laborales que han conquistado a base de muchos movimientos históricos del magisterio y de los que hoy los pretenden despojar; en indispensable la unidad de todas las expresiones que existen entre el magisterio democrático y con todas las demás agrupaciones de trabajadores del sistema educativo, con las demás organizaciones de trabajadores, con las organizaciones civiles y sociales que siguen luchando por sus demandas populares y que siguen dando ejemplo de dignidad.
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