Abelardo Martín M.
Septiembre 07, 2021
Es común en todo nuevo gobierno el desprecio al tiempo, trátese de periodos de 4, 6 y hasta de 8 años, existe el convencimiento de que el reloj se detiene, el tiempo se congela en tanto el electorado o la ciudadanía en su conjunto “admira” las bondades de los nuevos funcionarios, hombres o mujeres.
Se obnubila la comprensión y el entendimiento se pierde. La idea firme de asegurar que por el sólo hecho de ser nuevo en el cargo acaba con vicios, problemas, burocratismo, etcétera, etcétera, se vuelven los principales enemigos de los nuevos gobernantes.
El llamado “bono democrático”, es decir la confianza depositada por una mayoría de la ciudadanía en las elecciones, se interpreta como “patente de corso” frente a errores, corruptelas y un sinnúmero de vicios o problemas que enfrenta toda nueva administración. Sin embargo, los nuevos empleados públicos son refractarios a ello y simplemente van siendo absorbidos por todo aquello que en tiempos electorales criticaron. En automático van cediendo en sus posiciones ideológicas o políticas, mientras la soberbia los invade de la cabeza a los pies, hasta convertirse en ególatras incomprendidos.
En Guerrero estamos a unas cuantas semanas de la toma de posesión de Evelyn Salgado como gobernadora y tiene la oportunidad de evitar caer en esas trampas del poder. Es decir, analizar y aprovechar la vasta experiencia que le han dejado un sinnúmero de gobiernos locales y también la de los gobiernos federales. Ella inicia cuando comienza el cuarto año de la administración federal, que encabeza el presidente Andrés Manuel López Obrador.
En su Tercer Informe de Gobierno, el Presidente de la República hizo un recuento de lo logrado en lo que va de su administración; la transformación está en marcha, se abate la corrupción y se detuvo en seco la tendencia privatizadora en todos los ámbitos, resumió.
A estas alturas, señaló, ha cumplido con 98 de los compromisos asumidos al tomar el mando, e incluso se ejecutaron obras no contempladas al inicio.
Su mensaje fue prolijo en datos de la recuperación del sector energético y de las buenas cifras económicas: la producción agropecuaria ha crecido en los últimos dos años y la economía aumentará alrededor del seis por ciento en este año.
La inversión extranjera ha sido la mejor en la historia del país y el salario mínimo ha aumentado como no lo había conseguido en treinta años; incluso la Bolsa de Valores ha crecido como nunca, igual que las remesas de divisas y las reservas del Banco de México.
Se ha combatido la corrupción, disminuyendo al mínimo el robo de combustibles y la defraudación fiscal.
Con ello ha podido sustentarse la política social, universalizar y hacer crecer la pensión a adultos mayores, y los apoyos a niñas, niños, estudiantes pobres o con discapacidad. Dos de cada tres hogares en México, están inscritos cuando menos en un programa social, calculó.
Todo ello, pese al efecto terrible de la pandemia del Covid, que ha podido enfrentarse y reducirse, y merced a la estrategia gubernamental, dos terceras partes de la población ya tiene cuando menos la primera dosis de vacuna y se espera llegar con la totalidad en el próximo invierno.
Mientras el Presidente celebra llegar a la mitad del camino, y hace el recuento de logros y resultados, en Guerrero el calendario se traslapa entre el final de los que se van y el inicio de los que llegan. En el estado, como en otras entidades, la alternancia en el poder ha sido resultado de la transformación que encabeza a nivel nacional López Obrador.
Por lo pronto, en el Congreso local, se renovó la Legislatura y llegaron ya los nuevos diputados. Éstos no han dado color aún, pero sí se produjo la última decisión de la Legislatura saliente, la LXII, en el día final de sesiones, antes de clausurar sus trabajos; pasó por lo tanto casi inadvertida, aunque tiene trascendencia para la vida de la entidad, en particular para los habitantes de las regiones implicadas.
Ahí se aprobó la creación de cuatro nuevos municipios, con lo cual el número de ayuntamientos pasa de 81 a 85 en el estado.
Los nacientes municipios se denominan San Nicolás, Ñuu Savi, Santa Cruz del Rincón y Las Vigas.
San Nicolás nace del desprendimiento de diez comunidades preponderantemente afromexicanas que antes fueron parte de Cuajinicuilapa; Ñuu Savi se conforma con el territorio de 37 comunidades que hasta ahora pertenecieron a Ayutla; Santa Cruz del Rincón se integra con 19 comunidades que antes conformaron una zona de Malinaltepec, en la parte alta de la Montaña, y Las Vigas se forma con la comunidad del mismo nombre y otras 18 que antes integraron una parte de San Marcos, en la Costa Chica, cercana a Acapulco.
Aunque en los cuatro casos se trata de aspiraciones expresadas por los habitantes de las regiones que datan de más de dos décadas, su concreción se dificultaba porque la Ley Orgánica del Municipio Libre en la entidad, señalaba como uno de los requisitos para las comunidades que pretenden segregarse y convertirse en municipios, que su población sume cuando menos 25 mil habitantes, y los municipios ahora aceptados tienen en promedio diez mil personas, por lo cual tuvo que ser modificado el ordenamiento.
Así, ya con 85 municipios, que implican una nueva estructuración territorial, se ha iniciado formalmente la transición de poderes en Guerrero. Por un lado, como mencionamos, se instaló ya la LXIII Legislatura local, y el fin de semana se conformaron los comités de entrega-recepción por el gobierno saliente y el que encabezará la gobernadora Evelyn Salgado.
Para el relevo del Ejecutivo aún falta más de un mes, pero se pretende que con el trabajo de estos grupos se cumpla con las obligaciones previstas en la Ley, y se logre una transición ordenada y transparente.
Hay la esperanza de que para entonces la situación sanitaria de la región haya mejorado notablemente, pues acabamos de transitar un periodo de cuatro semanas, prácticamente un mes, en semáforo rojo, con innumerables restricciones que sin embargo intentaron mediar entre el elevado riesgo de contagios y la imposibilidad de volver al confinamiento, recurso con el cual al principio de la epidemia intentó controlarse la situación.
De todas maneras, el daño está hecho, pues en una parte muy importante del periodo vacacional de verano, cuando mejores ingresos tienen los polos turísticos de Guerrero, tuvo que restringirse la actividad y los aforos, y renunciar por lo tanto a importantes beneficios económicos para todos.
Ojalá que la epidemia finalice y con el cambio de gobierno se puedan emprender transformaciones que le den una nueva posibilidad de desarrollo y bienestar al estado, que nos pongan al ritmo del país.
Pero habría que tenerse muy en cuenta la idea del tiempo, que transcurre, casi siempre, más rápido de lo pensado o imaginado, que la confianza, al servicio de la soberbia, es el peor enemigo de cualquier gobernante y que más vale, al costo que sea, realizar los cambios lo más pronto posible porque después es más fácil integrarse a todo aquello que se desprecia. Al tiempo.