EL-SUR

Lunes 16 de Junio de 2025

Guerrero, México

Opinión

Acapulco curious

Anituy Rebolledo Ayerdi

Abril 03, 2025

El Benemérito

A un año del fallecimiento del Lic. Benito Juárez García, el Congreso del Estado de Guerrero recuerda con un decreto su estancia en Acapulco, procedente de su exilio en Nueva Orleans, Estados Unidos. De aquí viajará a la hacienda acapulqueña de La Providencia, de don Juan Álvarez, para unirse a la redacción del Plan de Ayutla, proclamado en este sitio por el general Florencio Villarreal.
Se trata del Decreto número 28 del 27 de junio de 1873el cual dispone que, a la denominación oficial de municipio de Acapulco, se le deberá añadir siempre “de Juárez”.

Los alcaldes de Acapulco. Jabones a centavo

El alcalde Juan R. Escudero es acusado de competencia desleal por las poderosas casas comerciales hispanas, provocando una carcajada general en el puerto. Sucede ello cuando el Ayuntamiento instala una tienda oficial denominada El Sindicato, con los precios más bajos de la ciudad. Como muestra, estaba el jabón de 6 centavos que los españoles vendían en 8 centavos, no obstante elaborarlo en su fábrica La Especial.
El monopolio se propondrá entonces tronar al “satánico socialista”, bajando el precio del jabón a razón de un tlaco, o sea, centavo y medio que para ellos era como regalarlo. La respuesta de Escudero será drástica. Personalmente, colocará en la tienda El Sindicato el nuevo precio del jabón: ¡medio centavo!
Los porteños alentarán en lo sucesivo guerras similares con productos como manteca, huevos, manta y rayadillo.

Periodos

Enrique Lobato Cárdenas, de oficio orfebre, es electo el primer alcalde de Acapulco para cubrir un período constitucional de dos años (1943-1944), hasta entonces de 12 meses. Mario Romero Lopetegui inaugurará en 1957 los trienios actuales.

Orígenes

La oriundez acapulqueña no ha sido nunca requisito indispensable para ocupar la alcaldía de Acapulco. Los ha habido originarios y originarias de Atoyac de Álvarez, Petatlán, Chilapa, Huitzuco, Tecpan de Galeana, Chilpancingo de los Bravo, Tierra Caliente, Ometepec, Oaxaca e incluso del extranjero.

Luz eléctrica

A propósito de alcaldes extranjeros, don Samuel Muñúzuri, al parecer guatemalteco, inaugura el alumbrado público de apenas el Zócalo. La “planta “ que la genera es propiedad del hispano Enrique Colina, el primer gachupín que no es denostado por la población, particularmente de su propio género. ¿Y todo por qué?. Porque Laurita, su hija, era la adolescente más hermosa jamás conocida aquí.

Voto de censura

Insólito voto de censura de tres regidores del Ayuntamiento de Acapulco en contra del alcalde José Ventura Neri (1948), cuñado del gobernador Baltazar R. Leyva Mancilla. Se trató de los ediles Pedro Castrejón, Fernando Heredia y Enrique Lobato, quienes hacían referencia a un reciente escándalo de Ventura Neri en el cabaret Ciro’s, del hotel Casablanca.
Allí, jugando a las carreras de tortugas en la alberca de la hospedería, arma un gran escándalo cuando el quelonio de su apuesta ha quedado rezagado. Enloquece lanzando insultos contra el animal y los organizadores, acusándolos de tener arregladas las carreras, pero las cosas no pararán ahí. Convertido en un energúmeno, el alcalde de Acapulco saca su pistola Parabellum y dispara contra la tortuguita hasta matarla.
Las carreras de tortugas eran entonces la atracción turística novedosa y exótica que, por irracional, cundió en todas las hospederías con albercas. Cumplía dos objetivos, el goce morboso por tan cruel desatino y el cruce impune de apuestas.

Precios

Siempre en busca de seguridad y ventas, los comerciantes creaban sus mercados junto a parroquias y cuarteles militares. Tal fue el caso de uno de tantos instalado en plena plaza Álvarez, junto a la parroquia de La Soledad, ofreciendo básicamente productos del mar. Así, por ejemplo, una docena de ojotones y agujones se cotizaban en cinco centavos, lo mismo que un litro de leche bronca. Los blanquillos costaban tres centavos y por una gallinita criolla se pedían 12 centavos. El zoco sucumbirá durante el ciclón del 30 de octubre de 1912.

Los ejidos

El primer reparto agrario en el municipio de Acapulco (1929) beneficia con casi cuatro mil hectáreas a los campesinos de Amatepec y Tres Palos. El gobierno del presidente Abelardo L. Rodríguez crea los ejidos de Llano Largo, Puerto Marqués, Santa Cruz , La Garita, Kilómetro 30, Ejido Nuevo y Altos del Camarón. La dotación total alcanzará las 25 mil hectáreas. Luego, pa’tras… pa’tras.

Hecatombe

El incendio de una pipa mientras descarga gasolina en un depósito de Pemex, en el centro de la ciudad, entre el mercado Zaragoza y el Palacio Federal (hoy Woolworth), provoca pánico general y justificados temores de una hecatombe si el fuego alcanza los tanques de almacenamiento. Los acapulqueños huyen del peligro por una ruta permanente de evacuación que los lleva a los cerros del anfiteatro y cuya eficacia ha sido probada durante siglos.
Aquel día, 22 de enero de 1942, no queda ni una alma en el centro de la ciudad, sólo dos personas: el chofer del carrotanque, Armando Ladrón de Guevara y su ayudante Mariano M. Mendoza, quienes sin acuerdo previo deciden enfrentar la peligrosa situación. Bastará que Ladrón de Guevara proponga “vamos a sacar la pipa antes de que vuele Acapulco ” para que Mendoza lo siga resuelto.
La pipa arde cuando cruza el mercado Zaragoza, prendiendo su paso todo lo que roza. Corre por la actual calle 5 de Mayo, provocando caos y confusión hasta que sale de la ciudad. El conductor logra su propósito de llegar a la playa de Hornos donde, con la ayuda de pescadores y bañistas, logran apagar el fuego con continuos lanzamientos de arena.
La hazaña de Armando y Mariano será reconocida y premiada por el alcalde Elpidio Rosales, tenido hasta entonces como el único líder obrero honrado del municipio. En ceremonia oficial los declara “hijos predilectos de Acapulco” y les hace entrega de sendas bolsas con el producto de una generosa colecta popular, promovida ésta por los señores Samuel y José O. Muñúzuri.

CTM vs CROM

Crea la CTM en 1939 una sección denominada Alijo, para romper el monopolio de la CROM en los muelles del puerto. Su primera acción será tan violenta como el abordaje del vapor Carrington, que es descargado por los cromianos de la Liga de Alijadores de Acapulco. La sorpresa y los garrotes favorecerán esta vez a los piratas cetemistas.
Pronto habrá una segunda, pero esta vez en tierra. Los cetemistas asaltan las oficinas de la CROM en el barrio de El Rincón (La Playa), siendo repelidos a sangre y fuego con saldo de un cetemista muerto a balazos y medio centenar de cabezas rotas.
La CROM izará entonces su orgullosa bandera roja.

Tiburón

Mucho antes de incursionar en la industria turística (hoteles Del Pacífico y Lindavista), don Ramón Córdova Campos fue titular a los 20 años de una concesión para la pesca de tiburón en el litoral guerrerense. Su queja permanente era la de no darse abasto para surtir tanto pedido de su producto, particularmente del DF y Puebla.
Y era que don Ramón no ofrecía simplemente carne de tiburón, sino que la cortaba y preparaba como si fuera bacalao.

Difamadores

Acapulco será pronto un lugar exclusivo para millonarios, escriben coincidentemente los columnistas del diario Excelsior, Carlos Denegri y Jorge Piñó Sandoval, luego de denunciar una escalada de precios y abusos en el puerto.
Ni tardos ni perezosos, Melchor Perrusquía, presidente de la Junta Federal de Mejoras Materiales y Francisco de P. Carral, presidente del Comité Coordinador de Turismo, responden a los “difamadores”, como llaman a los periodistas, usando una plana de 3 mil pesos del propio Excelsior.
Los alegatos de Perrusquía y Carral terminan con un reto para los “difamadores”: que mencionen un solo sitio turístico en el mundo con una oferta hotelera como la de Acapulco: ¡Veinte pesos diarios por una habitación, incluidos los tres alimentos!
Tanto Denegri como Piñó exigirán comprobar la oferta.

Sin grasa

Fracasa don Aurelio Lozano en su empeño por popularizar en la cocina acapulqueña su sistema Wearever, para cocinar sin manteca
Desde su restaurante Eréndira, de Caletilla, doña Juana Quiroz preguntará:
–¿Ojotones fritos sin manteca?
Y ella misma dará la respuesta:
–¡Ora si que todos ustedes están pero si bien pendejos!