EL-SUR

Sábado 20 de Abril de 2024

Guerrero, México

Opinión

Acapulco, entre turistas, fugas, oquedades y Fox de remate

Abelardo Martín M.

Julio 18, 2017

Concluyó el ciclo escolar y el hemisferio norte entró de lleno al periodo de descanso. En medio de las convulsiones y amenazas terroristas que asuelan a los países en desarrollo, especialmente Estados Unidos, o la crisis de desarrollo que afecta a las naciones empobrecidas por un sistema financiero mundial injusto, o por la violencia y la inseguridad que afecta a México desde hace más de una década, se vive un panorama poco optimista aun para quienes gustan de las cuentas alegres o los paraísos que crean las campañas de publicidad.
El país vive momentos de incertidumbre y de agitación.
Incertidumbre en lo político porque el desgaste del sistema de partidos cala cada vez más hondo sin que haya una brújula que señale el norte; agitación porque la violencia y la inseguridad invaden cada vez más áreas de la república sin que el esfuerzo institucional alcance para detener sus manifestaciones y sus consecuencias económicas y sociales.
Como cereza el activismo sin vergüenza del ex presidente Vicente Fox, quien decidió alborotarle “la gallera” (seguro así lo diría él mismo) a Venezuela y hacer campaña contra el presidente Nicolás Maduro. Ya buena parte de los mexicanos sabe que Fox es proclive al ridículo y al exhibicionismo, pero el testimonio en otros países daña la imagen de México. Así es él. Todo lo hace para mantener la guerra a Andrés Manuel López Obrador y ponerle piedras, como si éste no tuviera ya suficientes en su camino a la Presidencia de la República.
Se inicia la temporada vacacional de verano en todo el mundo, pero mientras en todos lados la industria turística crece consistentemente, en Acapulco la expectativa de afluencia de visitantes no es tan alentadora como se ha pretendido presentarla en los recientes años.
La violencia criminal se ha recrudecido y el puerto se ha mantenido como la ciudad más violenta del país, lugar que nadie envidiaría y que contrasta con las épocas de esplendor del puerto, donde se daban cita líderes políticos, empresariales y estrellas de todo tipo de México y del mundo.
En los primeros días del mes que corre, una riña entre bandas enemigas en el penal de Las Cruces, dejó un saldo de 28 muertos, algunas de las víctimas asesinadas con la saña extrema que se ha vuelto común en los ajustes de cuentas de la delincuencia organizada, misma saña que se nota en que frente a la elevada cifra de fallecidos, sólo hubo algunos heridos.
La magnitud de los hechos violentos orilló a la Comisión Nacional de Derechos Humanos a atraer el caso y emitir una recomendación al gobernador Héctor Astudillo, en la que en realidad no se señala nada nuevo.
Lo alarmante, pero nada sorprendente, es que la CNDH ya había consignado en sus informes derivados de visitas a reclusorios de Acapulco, Chilpancingo, Chilapa de Álvarez, Iguala y Taxco, entre 2016 y los primeros meses de 2017, irregularidades como la existencia de condiciones de autogobierno, insuficiencia de personal y falta de capacitación, sobrepoblación y hacinamiento, cobros indebidos y áreas de privilegio, falta de espacios exclusivos para mujeres, deficiencias en la atención médica, falta de mantenimiento en las instalaciones, inadecuada higiene, insuficiencia y mala calidad en el suministro de alimentos, y anomalías en la imposición de sanciones disciplinarias, por citar lo más destacado en una interminable lista.
Ahora, la situación estalló en Acapulco, y los sangrientos hechos vienen a contaminar el ya muy descompuesto panorama en el puerto, que ahuyenta el turismo que en otras épocas abarrotaba playas y lugares de esparcimiento en cada temporada de asueto.
En estos días se desalentará aún más la corriente de paseantes, luego de que en el llamado Paso Exprés de Cuernavaca, un socavón aparecido de manera súbita se tragó un vehículo en el cual murieron sus dos ocupantes, y generó, además de las críticas a esa obra pública y al gobierno federal que la construyó, una dificultad que no es menor para llegar al puerto por carretera desde la Ciudad de México, la forma común de arribo del turismo a la bahía.
Desde entonces, la demanda por aclarar con detalle por qué se produjo la tragedia, se enfrenta con la urgencia de reparar cuanto antes la oquedad y poner en servicio de nuevo la cinta asfáltica.
Entre polémicas en los medios, análisis de ingenieros, arquitectos, topógrafos y demás especialistas, los días transcurren, y quienes deben cruzar la zona afectada pierden hoy en taponamientos y desviaciones en los que se consume tiempo, combustible y paciencia.
Por otro lado, entre quienes aún están planeando sus opciones, los destinos guerrerenses tienen hoy algunos puntos menos de atractivos y viabilidad.
Lo que hacen las riñas y los socavones.
Seguro también contribuye otro poco el espectáculo de políticos o gobernantes ciegos y torpes de toda la vida, pero buenos engatusadores. Fox se lleva, con mucho, el triunfo y ahí va por la vida, de ridículo en ridículo. Siempre ha ido desnudo y muchos con él.