EL-SUR

Jueves 25 de Abril de 2024

Guerrero, México

Opinión

Acapulqueña linda / 14

Anituy Rebolledo Ayerdi

Abril 25, 2019

 

Arturo Escobar García

Arturo Escobar García ha sido sin duda el cronista de sociales más leído en la historia del periodismo acapulqueño. Y el más mimado, por supuesto. Primero en Trópico, más tarde en Diario 17, luego en Novedades de Acapulco y hasta su muerte el año pasado en Enfoque.
Para envidia de muchos tundeteclas, Escobar García recibió en vida el más numeroso y entusiasta homenaje por parte de varias generaciones de sus lectoras acapulqueñas. Fue en ocasión de cumplir medio siglo como líder de la crónica social en Acapulco; un homenaje genuino, desinteresado, amoroso.
“Por eso estamos aquí, convocadas unas a otras, las mujeres de varias generaciones que han recibido de Arturito la divulgación de sus tareas sociales, el aplauso generoso a sus expresiones culturales y la reseña de sus fastos individuales y grupales. Todas estamos aquí para patentizarle nuestro eterno agradecimiento, nuestro reconocimiento y cariño”. dijo en tal ocasión doña Violeta Farías Montano, presidenta de la Asociación de Damas Guerrerenses. Junto con ella otras organizadoras del evento: Leticia de González Molina, María Elena de la Llata y Rossana Ríos.
Fue una reunión sin precedente por su objetivo y también por la calidad y el número de sus asistentes. Se dijo entonces que allí había estado auténticamente “el todo Acapulco”, una frase sacramental del mundo de la socialité. El escenario fue el gran salón de fiestas del Hotel Crowne Plaza.
“Mi actividad profesional en los medios me ha dado la feliz y dichosa oportunidad de conocer a gente tan hermosa y sensacional como lo son todas ustedes”. Así se expresó el cronista al agradecer el reconocimiento, de suyo insólito, para una periodista costeño acostumbrado a ser llamado, si bien le va, “mitotero”.
Como decía el propio Escobar: “por ahí saludamos a…”: Georgina Bermúdez, Chabela y Pili Robles, Loreto de Muñoz, Berenice de López, Carmen de Zurita, Noemí Castillo, Alicia de Salas, Cristina de Schoeder, Otilia Azuara, Rosalinda Alarcón, María Nieves, Edelmira de Javier, Lupita Santaolaya, Tina de García, Chela Herrera, Gloria de la Peña, Maricarmen Tenopala, Irma Cruz, Licha de Trani, Matilde Cabrera, Vivian Heredia, Emilia Gamiño, Cota Lobato, Paola Ortega, Lupita de Peláez, Chiquis Robles, Mago Trani, Alicia Bustamante, Vicky Abarca, Lety Fierro, Oralia Alcaraz, Aurelia Salgado, Mildred y Hortensia Zavala, Lupita Gómez Maganda, Selene Caballero, Themis Mendoza y la periodista estadounidense M. Fiorreti. Esta exaltará con varios ¡oh my god!, la capacidad de convocatoria de un periodista mexicano.
Chuchita y Malena Galeana, Licha Jiménez y su hija Lucía Guadalupe, Carmen Rebolledo, Estelita Juárez, Vicky Arceta, Margarita Juárez, Aída Vargas, Angelina Piza, Ebert Liquidano, Tomasita y Amparito Manzanarez, Amelia de Manzanarez, Lilia Maldonado, Lupita Pérez, Hilda Pineda, Analila Fox, Ivonne Casís, Elizabeth Alvarez, Piqui Ricard, Cecilia Sánchez, Lupita Juárez, Karla Garibo, Esther Sadala, Luz María Ahedo, Rosario Cardoso, Maricela López Trejo, Amalia Hernández,

También…

Las sobrinas del homenajeado Lupita, Gabriela y Ana Dolores Medina, Eloína López Cano, Areli Eunice, Rogelia Beltrán, Malena Steiner, Fanny Alarcón, Virginia Villalvazo, Lucy de Guillén, Lucy y Adriana Guillén, Margarita de Guillén, Cecilia Soberanis, Cosset de García, Raquel Mendoza, Silvia Flores, Malena Sareñana, Lety Peláez, Martha Camacho, María Elena Alcaraz, Margarita Reina, Larissa Peláez, Carmelita Huerta, Josefina Suástegui, Emma Reyes y Edith Hernández.
Rosa Martha Muñuzuri, Acela Tellechea, Gloria Luz Nozari, Anita de la Peña, Isabel Quevedo, Alba Luz Estrada, Regina Anaya, Yazmín Valdovinos, Martha Suástegui, María Estela de Martínez, Etelvina Díaz, Carmen de Anda, Crisantema Bello, Lupita Torreblanca, Esther Elías, Rosario de Ceballos, Delia García, Marilú Lozano, Tere Landa, Yayita y Paty Reina, Refugio Rojas, Irma Rojas, América del Río, Yolanda Suazo… y como decía el propio Escobar: “y muchas más que escapan a nuestra memoria”.

Olivia Molina

Olivia Molina –alta, esbelta, tez apiñonada, grandísimos ojos verdes, amplia la sonrisa–, se declaraba acapulqueña y si ella quería serlo no era cosa de desmentirla. Vivía en la calle Progreso de esta ciudad y era nuestra vecina (Independencia). Muy admirada por sus compañeros de escuela por cantar covers de Ricky Nelson, Paúl Anka y Brenda Lee, acompañada algunas veces por Los Robin, un grupo de roqueros locales. Cosas de chamacos, se decía de ellos.
Sucederá, sin embargo, que un día Olivia es escuchada por buscadores de talentos de la disquera Peerles y de inmediato la invitan a la ciudad de México, donde pronto dará el campanazo. Será sonorísimo y duradero con un tema simple e intrascendente como Juego de palabras.
(“Pedro bobedro banana fana fofedro fifaimo medro… ¡Pedro!”).
Contenido en su primer LP con Mensajes en clave, Mi pesadilla, Shimmy-Shimmy, Hard rock café, Pony Pony, Déjenme llorar, Cuando caliente el sol y El corsario. Vendrán más tarde Tus cartas, El no me besará, Los mandé a saludar y Canta.
El musicólogo Federico Arana habla de la ojiverde en Guaraches Azules, historia del rock en México (tomo 2):
“Olivia Molina, cantante acapulqueña, emigra a Alemania en 1964 cuando su versión de Juego de palabras estaba en pleno auge. Olivia se nos fue por ser hija de una señora alemana que casó con un músico chiapaneco y después de enviudar decidió regresar al terruño con maletas, canasta, perico e hijos. Con todo, el episodio resultó bien porque la Molina apenas si se defendía con sueldos nada generosos en cafés cantantes de la capital como Ruser, Pao Pao, Millet, Chamonix, Colo Colo y Chips. No tardará en pegar su chicle allá y después de muchos años y fatigas devino en afamada cantante de ever greens, rock conservador, y música folcloroide hispanoamericana”.
A los tres años de su llegada a tierras germanas Olivia recibe el “Caballo de Bronce”, otorgado por una radiodifusora del D.F. y entregado por el cónsul mexicano de aquella parte del mundo. Se premiaba el persistente éxito de Juego de palabras, un verdadero trabalenguas que acá nadie había podido deletrear con su gracia. Para 1970 alcanzará el privilegio de ser la primera cantante mexicana aceptada en el First German Women´ Cabaret. Mismo año en el que participa en el musical alemán Sorbas y se presenta en los programas de televisión Sender Freiess Berlín y Lodynki´s Flohmarkt de Austria. También hace teatro musical con Kiss me Kate y Die Dreigdoschenoper ( La ópera de los tres centavos) de Bertolt Brecht y Kurt Weill.
Una canción de su autoría, Das Lied (Esa canción) le hace ganar el gran premio otorgado por la German Schlager (hit) Competittion y emprende una gira con la obra Mahagonny por Alemania, Holanda, Austria y Suiza. Graba enseguida el LP titulado Allemaine Jahrzaiten, con tanto éxito que la West German Radio produce un programa de TV con el mismo título. Es declarada “La mejor artista de 1977”.
Tres años más tarde la acapulqueña gana otro título en el Nodrig Festival de Helsinki y organiza una primera gira con su famosa Misa Latinoamericana. Una pieza basada en villancicos navideños americanos con la recreación de las posadas mexicanas. El espectáculo reunió en 1983 a más de cien mil espectadores por lo que la acapulqueña recibe el galardón Golden Admission Ticket.

Dona en México 5 millones de pesos

Olivia Molina visita México en 1986 presentándose en Siempre en Domingo de Raúl Velasco con la canción Liberad de su autoría. Aquí dará una muestra de generosidad y altruismo pocas veces conocido en su gremio. Entrega cinco millones de pesos a la fundación “Nuestros Pequeños Huérfanos”, fruto económico de sus giras recientes Y más, invita a ocho niños mexicanos para integrarlos al coro de su espectáculo.
Otros títulos de sus amplia discografía: Mexiko, Canción mixteca, Mariachi, Las posadas, Gala navideña, Posada en mi tierra, El nacimiento y Sinceramente. Incluyen entre otras piezas Sabor a mí, Amor amor, Frenesí, Quizás quizás, Bésame mucho, Porque te amo, Canción mixteca, Cucurrucucú Paloma, La Bamba y el corrido de Pancho Villa.
De acuerdo con su biografía oficial, Olivia Molina habría nacido en 3 de enero de 1944 en Copenhague, Dinamarca, hija de una ciudadana alemana de Flensburg y un músico de San Cristóbal de las Casas. Lo que de ninguna manera le quita lo acapulqueño. José Feliciano aparece como invitado en un LP de Olivia Molina titulado Alle Jahrzaiten neine. Su último disco data de 2005.

Los Iguanos

Hasta donde he podido averiguar –comenta el citado Federico Arana– el primer grupo mexicano que lió sus bártulos para dar a los norteamericanos una sopa de su propio chocolate musical. Fueron cuatro jóvenes acapulqueños (entre quienes se encontraba Tito, hermano menor de Olivia Molina) que unieron sus fuerzas con un baterista chicano para formar Los Iguanos. Grabaron cuatro números para la Dunhill Records: Diana, Meet me tonight litle girl, Come on get it from me y Don’t come runing to me.