EL-SUR

Viernes 19 de Abril de 2024

Guerrero, México

Opinión

Acapulqueñas 4

Anituy Rebolledo Ayerdi

Julio 14, 2016

Nada nuevo bajo el sol

Fue a la mitad del siglo XX cuando los gobernantes de este país se enteran de la existencia de un puerto llamado Acapulco, no obstante que su fama tenía resonancias internacionales. Todo empieza con la creación, por decreto del Congreso local, de una Comisión de Planificación Urbana (1951), que los porteños reciben con su histórico desdén y arraigado valemadrismo. Y es que no entienden, no les interesa y, lo peor, no creen que se vaya a “ordenar el crecimiento urbano de Acapulco”.
La Coplur es encabezada por el “personero” local del presidente Miguel Alemán Valdés, desempeñándose aquí como presidente de la Junta Federal de Mejoras Materia-les de Acapulco, Melchor Perrus-quía. El organigrama ubica en línea descendiente al gobernador de Guerrero, Alejandro Gómez Ma-ganda, más abajito al alcalde Ismael Valverde y en la justa cola el secretario de la propia Junta. El ideario del organismo será una recopilación desordenada de aspiraciones y propósitos hoy mismo insatisfechos.

Descubrimientos

1.- Que el turismo constituye una industria, que es fuente de ingresos para un importante sector de la población, para los gobiernos local y federal.
2.- Que por todos los medios posibles y de acuerdo con el plan estudiado, debe emprenderse una eficaz labor social persiguiendo el mejoramiento del nivel cultural de esa región, así como para buscar y propiciar la constante práctica de actividades deportivas adecuadas.
3.- Que la demanda de artículos de primera necesidad es muy elevada y que los precios en el mercado local son altos, lo que impone la necesidad de planear para que la vida de Acapulco no sea sólo para clases privilegiadas económicamente.
4.- Que las tierras de la región no se explotan en forma integral ni de acuerdo con los últimos adelantos de la técnica, contribuyendo esta circunstancia a mantener la escasez y carestía de los artículos de consumo necesario, siendo entonces conveniente que se promueva esa explotación.
5.- Que no se ha hecho un inventario de los recursos naturales de la región y es necesario hacerlo con el fin de iniciar un aprovechamiento racional e intenso de los mismos.
6.- Que debe preverse el crecimiento con el fin de tomar precauciones de carácter técnico, para hacer de la región un conjunto bello y armónicamente desarrollado, ya que el desenvolvimiento actual se efectúa en forma anárquica y cualquier rectificación posterior será en extremo difícil y costosa.
7.- Que las condiciones sanitarias de la región dejan todavía mucho que desear, haciéndose indispensables mejorías a fin de facilitar el fomento de las actividades que se citan.
8.- Que las vías de comunicación son requisito fundamental para el desenvolvimiento del turismo y de la economía nacional.
9.- Que se debe de emprender la colonización de toda la zona rural contando con la iniciativa e inversión privada y oficial.
10.- Que para lograr el desenvolvimiento de los aspectos enumerados es necesario coordinar todos los esfuerzos y responsabilidades creándose facultades bien definidas y comunidad de acción, tanto técnica como administrativa, con el fin de hacer más expeditos y eficientes los trámites y procedimientos necesarios para atender el citado desenvolvimiento integral.
¡Anja!

La primera vez en Acapulco

Acapulco es un cliché en cuanto a ser un lugar de inicio de muchas cosas. Sin embargo, esa reputación no es gratis. Genuinamente hay muchas historias que empiezan aquí y que nos marcan para el resto de la vida. A mí me pasó así, debo confesarlo:
La idea fue de mi papá. Las encontró primero. Estaban en un lugar medio escondido y lejos de la vista. Hasta la fecha no sé con exactitud cómo fue que cayó en ese lugar. Supongo que para algunas cosas nadie mejor que un padre sabe lo que un hijo quiere o necesita. Para él nunca hubo duda de que era lo correcto.
Me llevó al día siguiente. Era un lugar oscuro. ¿Cómo olvidar el cambio brusco del calor extremo a un fresco artificial pero reconfortante? ¡Y los sonidos! Sobre todo lo novedoso y fascinante de los sonidos. Sonidos que acompañarían muchos buenos momentos en el futuro.
Mi papá me llevó hasta ella. No estaba ocupada. Yo no podía creer. Era algo que no me imaginaba que pudiera existir.
Todo mundo debería tener una primera vez así, un inicio feliz, llevado de la mano de un padre cariñoso que te anima. Sin embargo ninguna primera vez es fácil o prolongada y la mía no fue la excepción. Pero no había gente así que hubo una segunda, tercera y cuarta. Era barato y el entusiasmo de algo recién descubierto estaba lejos de agotarse. Al contrario. Al correr de los años las conocería por muchos otros nombres, alguno de los cuales no me parecerían correctos, pero al fin de cuentas son sólo nombres Desde entonces no las he dejado y aunque con los años, la experiencia y un matrimonio casi no recurro a ellas aunque todavía las recuerdo con afecto. Y así fue.
En un lugar que había en el Centro de Convenciones de Acapulco conocí los videojuegos. O maquinitas, chispas, tragamonedas o coin-ops, o como quieran llamarlas.
Mi primera máquina fue una de combate espacial descaradamente copiada de Star Wars y todo además de pixeles del tamaño de estampillas con una resolución de 256x 224 pero en ese momento era el Cielo. Doblemente impresionante porque, además, era de cabina.
Tenía yo 9 años.
Perdón, ¿pero de que creían que estaba hablando? (Ornitorrinco Digital)

Turismo y burocracia

En plena Guerra Cristera, en 1926, el presidente Plutarco Elías Calles dispone la creación de la primera Comisión Pro Turismo, dependiente de la Secretaría de Gobernación. A partir de entonces la burocracia se apodera de esa actividad y no la soltará más.
1929/ Comisión Mixta Pro Turismo. Mixta porque participa el sector privado.
1930/ Comisión Nacional de Turismo. Su ley orgánica le confieren las atribuciones de la Comisión Mixta.
1933/ Departamento de Turismo, dependiente de la Secretaría de Economía. Se involucra a empresas privadas.
1934/ Se revive la Comisión Nacional de Turismo como responsable única de orientar, regular y coordinar todo lo referente al turismo.
1936/ Las funciones de la Comisión Nacional de Turismo son absorbidas por la Secretaría de Gobernación, por conducto de la Dirección de Población.
1937/ Se crea el Departamento de Turismo. El país se zonifica en 15 regiones de interés turístico.
1939/ Por acuerdo presidencial se crea el Consejo Nacional de Turismo. Lo integran la comisión nacional y las comisiones estatales y municipales.
1947/ Se renueva la Comisión Nacional de Turismo.
1949/ Se deroga la Comisión Nacional de Turismo y se promulga la Ley Federal de Turismo.
1956/ Se crea el Fondo de Garantía y Fomento al Turismo (Fogatur).
1958/ El Diario Oficial de la Federación publica la Ley de Secretarías y Departamentos. El artículo 18 define las atribuciones del Departamento de Turismo, con dependencia directa del Ejecutivo federal.
1959/ Decreto presidencial que establece los lugares y poblaciones nacionales de interés turístico.
1961/ Decreto presidencial que dispone que el Departamento de Turismo sea el encargado de aplicar la Ley de Turismo y su reglamento.
1974/ Ley Federal de Fomento al Turismo. Se eleva a rango de Secretaría el Departamento de Turismo.
1977/ Se eleva la Secretaría de Turismo a cabeza de sector.
1978/ Queda a cargo de la Secretaría de Turismo la elaboración de estudios, mensajes e imagen de la oferta turística.
1979/ Se lleva a cabo el programa de desconcentración administrativa general.
1980/ Se publica el 15 de enero la Ley Federal de Turismo cuyo propósito es la promoción de la demanda interior y exterior y el fomento y desarrollo de la oferta turística.
1981/ Se crea la Coordinación General del Sector Paraestatal Turístico. Desaparecen las Delegaciones Federales y se crean las Coordinaciones Federales de Turismo.
1982/ Se reforma la Ley Federal de Turismo y se adiciona una subsecretaría de Recreación y Espectáculos.
1984/ Se publica la Ley Federal de Turismo que abroga la de 1980.
1986/ Se eliminan de la Secretaría de Turismo la subsecretaria de Planeación y la dirección de Coordinación. Se reducen a 13 las 15 direcciones generales.
1987/ El Diario Oficial de la Federación publica el acuerdo que autoriza a la Secretaría de Progra-mación y Presupuesto, con intervención de la de Turismo, a modificar el contrato constitutivo del Centro de Convenciones y Espectáculos de Acapulco, quedando bajo la administración del gobierno del Estado.
1993/ Entra en vigor la nueva Ley Federal de Turismo, 31 de diciembre de 1992.
1996/ La secretaría Federal de Turismo se integra con 295 plazas de “mando”.
2001/ Se abrogan los reglamentos interiores de la Secretaría de Turismo creándose una nueva estructura, cuyo propósito fundamental será posicionar la actividad turística como actividad sustantivas de planeación, desarrollo de la oferta, operación de los servicios turísticos, promoción e inversión en materia turística así como un programa de innovación y modernización.
2016/ Decreto presidencial mediante el cual desaparece la Secretaría de Turismo con sus mil ramificaciones y adherencias, todas por inútiles y onerosas. Es broma, lástima.

Jerónimo y Solina

Acapulqueña, morena y hermosa, Solina se ha acostumbrado después de tres años de casada a las largas ausencias de su esposo Jerónimo de Gálvez, piloto del galeón de Manila. Ocupa sus días al cuidado del jardín sembrado por ella misma en su casita frente a la bahía. Teje chambritas que obsequia a las etnias que pueblan el puerto. Siendo entusiasta animadora de una agrupación caritativa con el nombre del Niño Jesús. Por las tardes, pasea por la playa Larga.
Un atardecer, cuando ha pasado apenas una semana de haber despedido a don Jerónimo, Solina es acosada en la playa por un sujeto desconocido. Ella lo rechaza con energía y repugnancia advirtiéndole el nombre y posición de su esposo. No faltarán vecinas que más tarde le ofrezcan pelos y señales del atrevido barbaján. Sebastián de la Plana, poderoso comerciante madrileño, sospechoso de traficar plata de Taxco.
Tan desagradable encuentro se repetirá días mas tarde. Ella se aleja rápidamente para alcanzar su casa, pero no lo logra. Esta vez De la Plana viene acompañado por dos musculosos negros que toman a la mujer como si fuera una muñeca de trapo. La conducen hasta la madriguera del truhán, una vieja embarcación varada en la playa.
Llora de vuelta a su casa. Ultra-jada, desgarradas sus ropas, Solina llora de vergüenza e impotencia. Escribe una carta a don Jerónimo en la que da cuenta del desgraciado suceso, rogando su perdón. Luego se prepara un brebaje a base de hojas adquiridas para deshacerse de tlacuaches que merodean su jardín. Vecinos y autoridades se encargarán de darle cristiana sepultura en el panteón local.
Don Jerónimo de Gálvez está de vuelta. A bordo del propio ga-león Santa Rosa, amarrado en la ceiba que sombrea Tlacopanocha, es informado de la muerte de Solina. El capitán liga inmediatamente el doloroso suceso con la misiva póstuma de su mujer y entonces llora desgarrado y jura venganza. Honra su memoria con un bello monumento fúnebre, con este epitafio: “Gracias por tanto amor, amada Solina. Te vengaré”.
Gálvez apresura su regreso a Las Filipinas. En cuanto llega contrata informantes para dar con el paradero de Sebastián de la Plana. Uno de aquellos lo localiza en Macao pero como vive a salto de mata, al rato ya está en las Molucas. Hasta ahí lo sigue y se acerca a él con la promesa de presentarle a una viuda riquísima y querendona de Cavite. Allí lo espera Jerónimo.

Los aceros

Un último favor, pide el capitán De Gálvez al informante una vez que lo ha premiado generosamente: llevar al madrileño a un galeón abandonado en la bahía. No será difícil porque el detective le ofrecerá participar en un contrabando de plata, procedente de Acapulco.
Frente a De la Plana, Jerónimo de Gálvez lo reta a batirse en un duelo con sus espadas. Y diciendo y haciendo. Desenvaina su toledana para lanzarse contra el truhán a quien de un primer tajo casi le cercena el brazo derecho. Impedido para blandir su espada, el hombre opta por la huida. Con tan mala suerte que cae por un hueco de la cubierta, rompiéndose buena parte del esqueleto. Los ayes de dolor del hombre se escuchan por todo el puerto, lo mismo que sus solicitudes de un sacerdote.
–¡Mírala bien, sucio bellaco, mírala! Es la mujer a la que mancillaste y que por vergüenza prefirió morir –demanda con grandes voces Jerónimo De Gálvez, mostrando una miniatura de Solina, un mechón de sus cabellos y un rosario. Anuncia que los mantendrá ante sus ojos hasta que los cierre para siempre, sucediendo ello pasados tres días. Don Jerónimo vuelve a su embarcación.
Dos años más tarde, el capitán De Gálvez pilotará por última vez el galeón Santa Rosa. Luego se dedicará a peregrinar por la Nueva España pero sin dejar nunca de visitar Acapulco. Un día será encontrado su cuerpo sin vida sobre la tumba de su amada Solina, empuñando su miniatura, el mechón de su pelo y su rosario. No pasará mucho tiempo para que haya acapulqueños que juren haber visto a don Jerónimo y a Solina, asidos de las manos, caminado por toda la playa Larga.