Anituy Rebolledo Ayerdi
Junio 23, 2016
Crónicas rimadas
Armando Rivera Reguera, Riverita, el poeta cronista de Acapulco, está felizmente de nuevo con nosotros. Regresa al puerto luego de recibir oportuna y eficaz atención por un padecimiento neurológico que lo habría tenido cercano a la muerte. Tuvimos oportunidad de saludarlo hace unos cuantos días encontrándolo, pese a una desesperante afasia, optimista de volver pronto a lo suyo: el epigrama punzante y el soneto reflexivo.
Fue en tal ocasión cuando nos autorizó publicar, como ya en dos oportunidades anteriores, algunas de sus muchas crónicas rimadas sobre Acapulco. Su gente, sus playas, sus hoteles, sus personajes y sus sitios emblemáticos. El Acapulco de sus amores, pues.
Acapulco tours es el título de uno de cuatro gordos engargolados con su obra, obsequio generoso suyo, que hoy espigamos para disfrute de nuestros lectores. Gracias, poeta, y adelante.
La Perla del Pacífico
Tu belleza, como estola,
le dio cumbre a tus hazañas
volando de tus entrañas
en espiral fumarola
y pegada tras la ola
de tus naturas extrañas
que vuelan como campañas
cuando al mundo vagas sola.
El frugal itinerario
dio valor extraordinario
a tu compendio magnífico;
y en tu agenda periférica,
del Paraíso de América:
¡eres Perla del Pacífico…!
Acapulco tradicional
En las tardes de arrebol
del puerto tradicional,
te voy a dar el coral
del disco rojo del sol
Una concha de carey
te adornaré como panga
para que luzcas tu tanga
desbordante en mi caney
Las gaviotas en los aires,
formarán en retahílas
–al igual que las anguilas–,
letras de amor con donaires.
Y en un jetskí vendrás
a recorrer los contornos
de playa Condesa a Hornos
por el azul de su faz.
Puerto mío
Princesa de mis entrañas
que duermes bajo el palmar,
aquí te vengo a dejar
la perla de mis empeños.
y en estos mismos momentos
dejas tus sueños queridos
y hoy harás los recorridos
de la Rosa de los Vientos.
Por donde quiera que vayas
tú serás la inspiración
y escucharás mi canción
sobre el oro de mis playas.
Abordaremos un bote
y rumbo al sol nos iremos,
y allá en alta mar , seremos:
¡Un par formando un islote!
La Quebrada
El estallido brutal
de la mar contra la roca,
constantemente, provoca
la apertura del brocal
y se vuelve escultural
aquella profunda boca
que entre riscos se desboca
penetrando al litoral…
Escarbada por el mar
y por el tiempo al chocar,
la rompe y abre la entrada;
y nace entre los cantiles
con sus horrendos perfiles:
la universal ¡ Quebrada!
Rigoberto Apac Ríos
(Se lanza en 1934 el primer clavado de La Quebrada).
…y cuando suena el tic tac
en la hora del clavado,
el turista ve pasmado
escalando a Alfonso Apac
que ante la virgen Morena
se encomienda la ave ignota
y luego el alma devota:
¡sima al vacío en barrena!
Va el estupor tras la línea
que dibuja la apolínea
figura del clavadista:
y es el precursor afán
del temerario Tarzán
¡una postal al turista!
El Fuerte de San Diego
Podría escribir de Morelos
y su grito liberal
o decir que en El Mural
se plasmaron sus anhelos.
Pero no, no son mis metas;
yo quiero del sol el fuego
que en el fuerte de San Diego
incendiaron mis goletas
O el atril del arquitecto
que en el tiempo colonial
le dio forma sideral
a su ambicioso proyecto,
que capturó de la huella
-que dejara el resplandor
de un platillo volador-,
a su real forma de estrella.
Alfonso Arnold
Aún la gloria prendida
en el dintel de su alma,
su canto tiene del mar
el vuelo de la nostalgia
La brisa bañó su piel
y el viento curtió su hazaña
ahí en el rincón de Hornitos
donde ubicara su estancia
Él, que de Bacú Sonora,
llegó a estas hermosas playas
a hacerse escualo marino;
bajó a las aguas profundas
y echó su ancla en Acapulco
¡Don Alfonso Arnold Miranda!
Teddy Stauffer
Gleen Miller, Cugat y Lara
en plena Guerra Mundial,
al genio pentagramal
dejaban que asaz volara
Y la esplendidez preclara
del símbolo musical
–el blues y el jazz–, al final,
dejaron su huella clara
Alto, elegante y erguido
con el “sax” al brazo asido
llegó un rubio aventurero
que traía un pentagrama
con un amplio panorama
de joven y audaz viajero
Raúl Chupetas García
El vuelo se hace acrobático
y en barrena va la nave;
Raúl vira, esbelto y suave
al escenario simático,
recreándose al viaje acuático;
y el estupor sigue al ave
que viaja por donde sabe
que el esteta queda estático
En el aire se hace nada
y sólo el ¡oh! se anonada
en las gargantas prendidas;
El espacio en sus confines
escribe el record Guinnes:
¡37 mil zambullidas!
Hilario Martínez, Perro Largo
Ahí, junto a la atarraya,
contigua a Tlacopanocha,
la scuba- diving derrocha
el esplendor a la playa.
El buceo es el “bisnes”
de este viejo “pez marino”
que lleva el alias canino
que apoda a Hilario Martínez,
Long-Dog narra sus proezas
del arte y de sus destrezas
que acuñara en su deseo:
y ese aqualong de los mares
hizo del fondo sus lares
y de su vida: ¡el buceo!
Hotel Boca Chica
Luce La Roqueta al frente
oculto en el litoral
y su estructura genial
se viste de mar rugiente
Tu monumento silente
de arquitectura imperial,
de lejos es un mural
sobre la roca saliente…
Y mar adentro el turista,
recrea el flash y la vista,
en la escultura que ubica
de esplendidez y realeza;
y el clic capta grandeza
del lindo ¡Hotel Boca Chica!
Laguna de Coyuca
En medio de la floresta
y la estridente boruca,
la laguna de Coyuca
tranquila duerme su siesta.
El río que la bordea
y bufando va a La Barra
lleva notas de guitarra
del cantor que la rasguea
Luego se escucha en la playa
el crepitar exquisito
de un platillo favorito…
¡pescado fresco “a la talla”!
Ya estando en Pie de la Cuesta,
las flores de sus nativos
en tu cuerpo harán motivos…
¡de alegría en cada puesta!
Chimmy Monterrey
El sabor de aquella “caña”
era todo un monumento
cuando africano instrumento
vibraba con toda entraña
y Chimmy con gran hazaña
“quemaba azúcar al viento”
cubanísimo y contento
en su antillana cabaña.
En el puente, El Yumurí,
el genio vibraba allí
al son del güiro y el bote;
y las noches del Jazz Bar
traían en la brisa del mar:
¡la voz de Pascual Capote!
Alberto Fares del Río El Delfín
Aprisionado el buceo
en su alegre fantasía,
de tesoros bajo el mar,
Beto Fares lo rubrica.
Esa rara habilidad
de estar bajo la bahía,
al esteta de los mares
la historia lo ubicaría
como todo buen delfín
o audaz pez que se desliza
con su magistral destreza…
Del Perro Largo, fecundo,
es el aventajado alumno
del “mejor buzo del mundo”
Begin the beguine
Cole Porter, el genio musical estadunidense, se refugia en Acapulco para olvidar un estrepitoso fracaso en Broadway. Solo y su alma, el prolífico autor se hospeda en el hotel El Mirador donde resulta mezquino con la palabra. La cruza únicamente con Reynold Méndez, el barman de La Perla e insólito campeón nacional welter de levantamiento de pesas. Nuestro poeta conoció ese encuentro narrado por Jorge Joseph Piedra, periodista y alcalde de Acapulco en 1960:
El genio vive perdido
soñando glorias pasadas;
encuentra puertas cerradas
cuando la fama se ha ido
y su duende reprimido
en bohemias trasnochadas,
lleva sus glorias aladas
en volutas del olvido…
Cole Porter, en la barra,
con una estupenda farra,
cuenta al barman su pesar:
Y este, que escucha su pena,
le dice en forma serena:
“¡hay que Volver a empezar”!
Envío
Acapulco, a ti, por cierto,
te espera con ansia loca
para dejarte en la boca
la calidez de su puerto
Tú volverás a mis playas
para que escuches las notas
del canto de sus gaviotas
que escribirán: ¡No te vayas!.