EL-SUR

Viernes 19 de Abril de 2024

Guerrero, México

Opinión

Acción y reacción

Arturo Martínez Núñez

Mayo 28, 2019

 

Se vivieron los primeros cambios en el gabinete presidencial de Andrés Manuel López Obrador. A seis meses del inicio de la Cuarta Transformación ocurren ajustes en el equipo de gobierno, en medio de una fuerte andanada mediática que pretende hacer daño al presidente intentando acreditar que este gobierno es omiso e indolente sobre todo en el tema de la salud pública.
La oposición sigue sin entender que no entienden nada. A principios de año, hicieron lo mismo pero con el tema del desabasto de gasolinas. Más tarde fue el tema de las estancias infantiles y ahora es el supuesto desabasto en medicamentos y recortes en las instituciones de salud públicas. El resultado patético de estas contracampañas se verán el próximo domingo en que Morena ganará con amplia ventaja las elecciones gubernamentales en Puebla y en Baja California.
En la narrativa opositora, México era hasta antes de López Obrador, un país justo, eficiente, transparente y donde el gobierno era honesto y eficaz. En los hospitales no faltaban los medicamentos, la atención era amable y expedita y los servicios médicos eran de primera. Pero llegó López Obrador y echó a perder todo ese orden y bienestar que con tanto esfuerzo construyeron los gobiernos priistas y panistas. Desde luego que la gente sabe que esto no era así. La gente sabe que durante décadas el sistema de salud pública fue saqueado indiscriminadamente por una casta divina que se enriquecía sistemáticamente simulando licitaciones, inventando empresas fantasmas, triangulando recursos y lucrando con lo mas sagrado que es la salud de los mexicanos.
Las transformaciones estructurales siempre traen aparejadas reacciones importantes. Dice la tercera ley del movimiento de Isaac Newton que “Con toda acción ocurre siempre una reacción igual y contraria: quiere decir que las acciones mutuas de dos cuerpos siempre son iguales y dirigidas en sentido opuesto”.
Son muchos los intereses que están siendo afectados en diversos órdenes y divisiones gubernamentales. A la evidente corrupción de los laboratorios, farmacéuticas y distribuidoras de medicamentos e insumos médicos, hay que añadir las redes internas de connivencia que se extendían desde los altos funcionarios hasta los almacenistas y diversos actores en la larga cadena de complicidades corruptas. A todo este explosivo coctel, hay que añadirle además, el interés de los medios de comunicación que ven con desesperación cómo se reduce el gasto en publicidad oficial que es una de las principales –cuando no su principal– fuente de financiamiento.
La oposición formal, desarticulada y distraída en sus propios problemas internos, no alcanza a hilar un discurso mínimamente coherente y son los comentócratas los que a través de las benditas redes sociales lanzan golpes sin ton ni son, como un niño con los ojos vendados intentando asestarle un golpe a una piñata que pende suspendida varios metros por encima de su limitado alcance.
Los ajustes en los equipos de gobierno son deseables y saludables. Los cambios profundos requieren tiempo, constancia, paciencia y templanza. Vale la pena recordar que el Ejecutivo no es un Poder colegiado como los son el Legislativo y el Judicial. La titularidad del Ejecutivo recae en una sola persona –el Presidente de la República– que para el ejercicio del poder, delega en los secretarios y otros funcionarios, tramos de responsabilidad que señala claramente la ley. Pero la responsabilidad final es de una sola persona.
El Presidente tiene muy clara la ruta y la estrategia. Los servidores de la nación que no estén a la altura o que no puedan con el paquete, se irán haciendo a un lado por voluntad propia o porque se les pida su renuncia. En este proyecto de transformación nacional, todos somos necesarios pero nadie es indispensable. El camino estará lleno de obstáculos y desafíos, pero la voluntad popular habrá de prevalecer en el deseo de transformación de nuestra querida patria.

@ArturoMN