EL-SUR

Viernes 19 de Abril de 2024

Guerrero, México

Opinión

Acerca de la fatalidad de algunos héroes

Federico Vite

Junio 22, 2021

En 1929 Ernest Hemingway publicó su novela más lograda: Adiós a las armas (A farewell to arms). Ocho años después, ya con la certeza de que su oficio había madurado aún más, pone en circulación en las librerías Tener y no tener (To have and have not. Estados Unidos, Vintage, 1937, 180 páginas). Esta historia, sin florituras ni concesiones para ganar lectores, propicia que uno se hunda lentamente en la vorágine de la ansiedad, esa espiral descendente que culmina, como usted bien sabe, sólo con la muerte.
La resolución de una trama espesa, dura y violenta, como la de To have and have not, se fundamenta básicamente en el dinero. Tener y no tener propicia una reflexión sobre el capitalismo y las sombras que proyecta sobre la vida de un ciudadano común. El asunto es que el autor aborda el tema desde una ficción noir y eso potencia la eficacia narrativa.
Hemingway aborda la historia de Harry Morgan, un tipo que se embarcó literalmente en trabajos peligrosos; tanto con revolucionarios como traficantes de alcohol y “polleros”. Hace de todo para llevar dinero a casa y poner, por supuesto, comida sobre la mesa. Tres hijas y una esposa aprietan aún más la trama.
La historia comienza en La Habana, Cuba. Harry se gana la vida trabajando como guía de pesca deportiva. Necesita dinero. El motor de este libro es justamente el dinero; ya sea para comer, para cubrir deudas o simple y sencillamente para seguir trabajando en pos de una tranquilidad futura que nunca llega. Así que Harry, necesitado de ingresos, se avienta al ruedo del contrabando. Su ruta por mar está entre Cuba y Estados Unidos. Transporta clandestinamente licor y personas. Hemingway divide la trama de la siguiente manera: “Primera Parte. Harry Morgan (Spring)”; “Segunda Parte. Harry Morgan (Fall)” y “Tercera Parte. Harry Morgan (Winter)”. En cada temporada la situación se agrava para el protagonista y las maneras de salir de las deudas son cada vez más reducidas. Hemingway da continuidad a esa legión de humanos que viven, como lo ilustra Balzac en La Comédie humaine, con preocupaciones esencialmente capitales.
En esta novela también hay otros personajes que no tienen problemas de dinero; son individuos ricos, cuyas tribulaciones están esencialmente relacionadas con el matrimonio, con asuntos legales y aspectos vocacionales. Los motivos de este grupo se contraponen con las de los pobres, quienes animan el mercado negro y la ilegalidad. Harry boga contra la corriente por dinero; pero en general tienen menos problemas que los adinerados. Sabe lo que quiere y lo que necesita, sólo le falta el dinero. Los ricos, en cambio, se hunden en confrontaciones éticas, emocionales y sexuales. Tienen múltiples parejas y están en el tobogán de la depresión. El caldo de cultivo es sumamente actual. Insisto.
Harry Morgan se dedica durante una temporada a pasear gente adinerada en su lancha y pesca deportivamente peces espada. Mr. Jonhson, uno de sus clientes, tras casi un mes de infructuosa pesca se larga en avión, sin pagarle. Deja al protagonista de la novela con una deuda de 825 dólares. Harry queda en bancarrota. Así que acepta trasladar a unos inmigrantes chinos desde Cuba hasta la costa de Florida. Por desgracia, el borracho Eddy Marshall, segundo de a bordo, estrangula al organizador de esos traslados, Mr. Sing. Eddy desaparece con el dinero del señor Sing. Así que Harry vuelve a perder. Tiempo después sufre otra desgracia. Se dedica a contrabandear bebidas alcohólicas desde Cuba hasta Miami, pero lo descubren en la costa cubana y escapa con la mercancía. En esa persecución recibe un balazo y pierde el brazo. Cuando llegan a la costa, un político importante lo denuncia y la aduana le quita la lancha.
En invierno, Harry consigue un trabajo más. Debe trasladar a cuatro cubanos a La Habana. No dispone de una lancha, así que alquila una y arriesga nuevamente su vida por dinero. Los cubanos embarcan deprisa, pues robaron un banco en Cayo Hueso, justamente el pueblo de Harry. Los cubanos, quienes se identifican como revolucionarios, matan al segundo de a bordo de la nave, Albert Tracy. Obligan a Harry a realizar inmediatamente el viaje. En Cuba planean entregar el botín a una organización revolucionaria. Pero antes de llegar a su destino, Harry, que había escondido un rifle en la lancha, los mata; en la balacera recibe algunos impactos de plomo y queda herido. Así es como se cifra la tragedia definitiva de este hombre.
Hemingway trabaja la historia con un narrador omnisciente, mezcla monólogos breves, pero sustanciosos, de los personajes; reproduce diálogos con poquísimas acotaciones y cambia el punto de vista de la narración en varios momentos. También reproduce con acierto la forma en la que habla inglés un negro cubano y un chino sin tener que decirle al lector la obviedad: Es un cubano. Es un chino. Basta con leerlos (oírlos sobre la página) para aprender de esa destreza verbal del viejo Hem.
La prosa posee una economía que asombra porque comunica mucho con pocas palabras; por ejemplo, ofrece una cosmovisión clara: los ricos e intelectuales son unos hombres maduros con siques de adolescente y los pobres fomentan lazos superficiales de amistad porque están en contra de los ricos. La pobreza, parece decirnos Hem, es una Medusa. No sólo se debe a la falta de oportunidades ni de trabajos bien pagados. Queda claro que la pobreza es un esquema de sometimiento, algo propiciado por un sistema de gobierno que antepone lo mercantil a lo humano.
Quizá esta sea la novela menos comentada de Hem porque está inscrita en esa categoría de segunda mano con la que navega la narrativa noir. Se trata de una novela hecha para las masas, podría decirse, pero a diferencia de los productos masivos, posee una técnica depurada. Da la impresión de que Hem amartilló su prosa, la pulió para que la historia quedara así, desnuda, tan llena de eso que cada vez se encuentra menos en la literatura: estilo, eficacia narrativa y personajes tristemente célebres.
El logro mayor en este volumen es Harry Morgan y la forma en la que lentamente ingresa al mundo del pillaje. No tiene otra opción, aunque sea alguien íntegro y proclive al bien, caerá en el fango. Cae irremediablemente en las redes de la suciedad.
Tener y no tener es muy parecido a lo que hizo Guy de Maupassant en Pierre y Jean; o a lo hecho por Balzac en aquel portento llamado Un asunto tenebroso. La inminencia del mal se asoma por todos los costados de estos títulos que refiero. La desgracia está signada por diversos factores y lo que propone Hemingway en esta novela es una de las tantas formas de entender lo espinoso de una decisión trágica, algo que los griegos tenían muy claro y llamaban Hamartia; esa fatalidad que impulsa a los héroes a sondear las profundidades de un abismo horrísono. El precio por esa travesía siempre es alto.