EL-SUR

Sábado 04 de Mayo de 2024

Guerrero, México

Opinión

Adiós a la la tesis de las “rencillas personales” en la sierra de Petatlán

Juan Angulo Osorio

Junio 04, 2005

LA TRANSICIÓN

Si todavía faltaba un elemento para desechar la hipótesis de las “rencillas personales”, ahí está la filtración aparecida este viernes como nota principal de Diario 17, en la que se dice que “fuentes de la AFI y de la PGR” informaron de la detención de cinco presuntos guerrilleros del EPR que habrían participado en la emboscada contra el campesino ecologista Albertano Peñaloza, acción en la que murieron dos de sus hijos, de 9 y 19 años de edad.

La filtración es una prueba más de que el movimiento de los defensores del bosque tiene enfrente a poderosos enemigos, capaces de convencer a uno de los periódicos considerados serios del puerto de publicar como noticia principal un hecho que ninguna autoridad confirmó ayer.

No es principalmente un caso de irresponsabilidad del medio, que seguramente tuvo como fuente a un personaje que consideró creíble, porque tiene el suficiente poder en el gobierno federal o en el gobierno estatal, o en ambos.

Ya antes, apenas un par de días después de la emboscada del 19 de mayo, el corresponsal en Zihuatanejo de El Sol de Acapulco –otro de los grandes del puerto– había publicado una filtración de una fuente policiaca del gobierno estatal que señalaba al presidente de la Organización Ecologista de la Sierra de Petatlán y Coyuca de Catalán, Marcial Bautista, como el responsable de la emboscada a su compañero de lucha. Motivo por el cual la agrupación presentó una denuncia ante el Ministerio Público por difamación y calumnia, y más que responsabilizar al reportero.

De modo que adiós a la línea de las “rencillas personales”. Nadie se preocuparía por crear un clima de confusión y de incertidumbre si lo que ocurre en la sierra de Petatlán fuesen solamente peleas entre hermanos, primos, tíos, sobrinos, concuños y cuñados.

Venturosamente, el procurador Eduardo Murueta por fin afirmó tajantemente que una línea que se sigue es precisamente el conflicto entre caciques madereros y ecologistas. Tal vez estén tomando en cuenta, además, el peso específico que tienen los aliados de los segundos, y que el jefe del gabinete ha minimizado o querido desvirtuar. Como para confirmar el tamaño del problema que el gobierno del estado tiene enfrente, este viernes una delegación de la embajada de Alemania visitó al secretario de Gobierno Armando Chavarría, a quien le pidieron precisamente información sobre el campesino ecologista preso Felipe Arriaga y la emboscada a los Peñaloza, porque es de interés para los ciudadanos y organizaciones no gubernamentales de aquel país, que están convencidos de la justeza del movimiento de los defensores del bosque.

Otra declaración interesante, que puede aplicarse a este nuevo rumbo de las investigaciones, es la del mismo gobernador Zeferino Torreblanca, quien en la instalación del comité interinstitucional que coordinará los trabajos del Plan Estatal de Desarrollo dijo que gobernante que quiere quedar bien con todos es un gobernante demogógico.

Aunque a lo mejor no lo dijo en los mismos términos en los que lo estoy interpretando, yo opino de todos modos que ya llegó el momento de no querer quedar bien al mismo tiempo con los caciques madereros que con los defensores del bosque de la sierra de Petatlán.

A propósito, de todas las autoridades que desconocieron ayer la versión de que los detenidos eran del EPR, el único que estuvo más cerca de ella fue el gobernador, quien dijo que según la información que tenía los campesinos iban con un “uniforme híbrido”, cuando las únicas fotografías que se han difundido los presentan en ropa normal, incluso uno de ellos con una camiseta amarilla del PRD.

¿Informaron mal al gobernador? ¿Los dinosaurios que muy bien se conservan en los organismos de seguridad están preparando otro golpe?

Celebremos que el énfasis en la investigación de los hechos de la sierra se ponga ahora en el conflicto social real que allí se desarrolla. Todavía hace unos días, el procurador le daba más peso al asunto de las rencillas familiares que desde siempre ha sido la favorita de los caciques sobre los conflictos en esa atribulada región, caciques que por lo visto, siguen teniendo un gran peso en la vida del estado.

El gobernador se empeña en decir que son tigres de papel –aunque ahora ya no los llamó así–, pero si lo fueran, no les habría dado tanto espacio en el gabinete que nombró.