EL-SUR

Jueves 25 de Abril de 2024

Guerrero, México

Opinión

Alemania en tiempo de definiciones

Gaspard Estrada

Septiembre 20, 2017

Dentro de poco menos de una semana, los alemanes irán a las urnas para elegir a sus próximos diputados federales. En base al resultado electoral, el presidente de la República propondrá a la cámara de diputados (el Bundestag) elegir al próximo(a) canciller, que dispone en los hechos del Poder Ejecutivo del país más poblado de la Unión Europea. Según las últimas encuestas de opinión publicadas por la prensa alemana, la actual canciller, Ángela Merkel, en el cargo desde 2004, tiene grandes posibilidades de mantenerse en el poder. Martin Schulz, presidente del Partido Social-Demócrata (SPD) y ex presidente del Parlamento Europeo, no ha logrado hasta ahora imponer su agenda en el debate electoral. En el plano de la economía, si bien más del 20 por ciento de los alemanes son trabajadores en estado de precariedad, la tasa de desempleo abierto continua estando por abajo del 7 por ciento. A juzgar por las encuestas, los electores prefieren tener un trabajo, aunque sea mal remunerado y de corta duración, a tener más riesgos de estar desempleados pero disponer en cambio de mejores servicios públicos financiados por un aumento de los gastos sociales. De manera general, la apatía de la campaña electoral dejó en evidencia las fortalezas y las debilidades del modelo de desarrollo impulsado por Angela Merkel desde su llegada al poder.
En efecto, desde su elección hace trece años, la toma de decisiones en la Unión Europea ha sido acaparada poco a poco por Alemania, en detrimento de Francia y del resto de los países de ese mecanismo. En buena medida, este hecho ha sido propiciado por la longevidad del liderazgo político de la dirigente de la CDU-CSU (el partido de Merkel), que ya ha visto pasar a cuatro presidentes de Francia (Chirac, Sarkozy, Hollande y ahora Macron) sin que estos últimos sean capaces de imponer su agenda. De hecho, el crecimiento mediocre de Francia, comparado al de Alemania, ha contribuido a reforzar la ascendencia de este último en el seno de la Unión. Durante la crisis del euro, a principios de 2010, el entonces presidente de Francia, Nicolás Sarkozy, tuvo que plegarse a las iniciativas de la Merkel. Si bien François Hollande fue electo en 2012 con una plataforma política de rechazo a las “imposiciones” de Alemania, el ex presidente francés no tuvo ni la fuerza ni la voluntad política para confrontar abiertamente durante su mandato a su par alemán, por lo que el statu quo se mantuvo. Las recientes elecciones presidenciales francesas, que llevaron al poder al joven ex ministro de Economía Emmanuel Macron al Palacio del Eliseo, sede de la presidencia, tal vez signifique un cambio en la relación bilateral. Macron ha conseguido poner de nueva cuenta a Francia en el corazón de la agenda diplomática mundial. Sin embargo, si su gobierno no consigue llevar a cabo las reformas de fondo que la economía francesa necesita, será difícil que Francia pueda mantener este protagonismo a mediano y largo plazo.
Frente a este escenario, si bien Merkel es conocida por su dureza y su intransigencia en temas como la reforma del euro, también ha dado muestras de su capacidad de adaptación ante situaciones de cambio repentino. Un buen ejemplo de esta capacidad de adaptación se notó hace un par de años, cuando comenzó la crisis de los refugiados sirios y del Medio Oriente en Europa. Hasta entonces, la CDU-CSU siempre había tenido una postura de rechazo al asilo masivo de refugiados. Sin embargo, ante el creciente envejecimiento de la población alemana, y el apoyo masivo, en ese entonces, de la opinión pública a medidas de apoyo a los refugiados, Angela Merkel cambió su postura y defendió que Alemania recibiera a centenas de miles de refugiados, lo que causó reacciones encontradas de parte de sus pares de la Unión Europea. Si Merkel vuelve a ganar el próximo 24 de septiembre, esperemos que demuestre la misma flexibilidad para aceptar que la Unión Europea se transforme en el plano político y económico.
* Director Ejecutivo del Observatorio Político de América Latina y el Caribe (OPALC), con sede en París.