EL-SUR

Martes 30 de Abril de 2024

Guerrero, México

Opinión

Algunas opiniones sobre el Tren Maya

Margarita Warnholtz

Junio 07, 2019

“El tren está bien que pase, pero todavía no sabemos por dónde va a ir la vía, si por la carretera o por las torres o por otro lado. Pero vino el mero encargado y nos dio a entender unos acuerdos muy malos para nosotros y la mayoría ya está consciente de que no les vamos a dar los terrenos”. Esto dijo en entrevista uno de los integrantes de las autoridades del ejido de Bacalar, Quintana Roo (que prefirió no dar su nombre).
El “mero encargado”, según me explicó el entrevistado, representa a unos empresarios del norte del estado, y les dijo que “tienen” que venderle unas tres mil hectáreas. “Quieren quitarnos todo y hacer un nuevo Bacalar pero para millonarios, pero ya nadie quiere vender”, afirmó. En 20 minutos que duró nuestra conversación en las oficinas ejidales, entraron dos personas a preguntar por terrenos en venta, se ve que es alta la demanda.
En síntesis, no hay todavía información certera sobre el tren pero ya inició la especulación de tierras y el intento de despojo. Otras tres personas con las que toqué el tema –un maestro retirado, un empleado de un hotel y la mesera de una fonda– se manifestaron en contra de que llegue más turismo al pueblo con el tren, y dos lancheros dijeron que sí les convenía. Por otro lado, desde hace varios años diversos biólogos e investigadores han advertido que la laguna de Bacalar está en peligro por el exceso de visitantes.
En el municipio de Calakmul, Campeche, el problema es la falta de agua. Uno de los guías de la zona arqueológica, que en teoría se vería beneficiado por el proyecto, afirmó que no hay agua suficiente ni siquiera para el poco turismo que hay actualmente, incluso los baños son secos. Comentó que, a menos que pase el tren al lado de la carretera, “se van a morir muchos animales, si de por sí ya se están muriendo de sed porque no ha llovido”. Tampoco tenía información, según dijo “algunos creen que la vía va a estar junto a la carretera pero otros dicen que va a pasar aquí a 18 kilómetros, donde está el dormitorio de los monos”.
En Xpujil, la cabecera municipal que cuenta con cerca de 4 mil habitantes, también es evidente la falta de agua; incluso ha habido varias movilizaciones por ese problema. Rommel González, integrante del Consejo Regional Indígena y Popular de Xpujil, afirmó que no hay agua suficiente en la región ni siquiera para los que la habitan actualmente, por lo que menos habrá para los asentamientos turísticos que se pretende construir. “Aunque no se construyeran, si sólo fuera el turismo de 8 mil o 5 mil personas diarias ¿cómo vas a trasladarlos desde la estación hasta la zona arqueológica? ¿Cuántos autobuses o vehículos se necesitan? Se va a destruir la selva, el sistema ecológico, porque el turista no sólo necesita agua para beber, también hace necesidades biológicas. Además, no van a tomar agua del tubo, quieren una botellita, entonces otro impacto es el del plástico, el problema de la basura; un relleno sanitario o cualquier sistema de reciclamiento también destruye la selva”, explicó.
González comentó también que no se les ha dicho por dónde va a pasar el tren exactamente y que no están a favor ni en contra del proyecto porque todavía no tienen la información suficiente para decidir en una consulta. No se les ha especificado qué van a obtener, ni cuáles serán las medidas de mitigación que se tomarán o cuáles son los planes de gestión. “Lo más importante es recabar los datos sobre la parte ambiental y los análisis culturales, económicos y demás, pero en detalle; y allí distinguir los impactos, así como el tipo de propuesta que nos traigan, porque eso nos va a permitir hacer un diagnóstico de verdad. El proyecto tiene que contemplar los recursos naturales y entender que hay cuestiones jurídicas porque siendo reserva de la biósfera Calakmul y estando ahí la zona arqueológica se van a generar conflictos. Además, se reconoce como patrimonio mundial mixto de la humanidad por la Unesco y entonces ya se requiere tratamiento diferente, porque el gobierno mexicano tiene que tratar con organismos internacionales”, concluyó.
Las anteriores son opiniones que recogí en un recorrido por esa parte de lo que será la ruta del Tren Maya. Me pareció importante compartirlas en este espacio, pues creo que los habitantes de esos lugares serán los afectados o beneficiados por el proyecto; por lo que son ellos quienes deben ser escuchados y consultados adecuadamente, no quienes lo ven desde lejos o quienes lo ven como una posibilidad de hacer negocios.