EL-SUR

Miércoles 17 de Abril de 2024

Guerrero, México

Opinión

¿Alto al fuego?

Ana Cecilia Terrazas

Mayo 03, 2021

AMERIZAJE

La Real Academia Española dice que un incendio es un “fuego grande que destruye lo que no debería quemarse” o “pasión vehemente, impetuosa, como el amor, la ira”. Algo no dicho por diccionarios, sin embargo, es la importancia del fuego para la evolución de la humanidad, para el Homo sapiens, hace más de 500 mil años. No obstante, en años recientes, las imágenes de incendios forestales difícilmente se pueden asociar siquiera a algo vinculado con la vida.
A causa del calentamiento global vemos durante las épocas de sequías, las cuales se han ido incrementando en duración, incendios inéditos. Alguien que viajara de Ciudad de México a Acapulco en estos días podía ver, a su paso, por lo menos una treintena de incendios. Muchos de ésos son vestigios del prehispánico modo de cultivar llamado tumba, roza y quema, que estudiamos en la primaria y ahora sabemos que no resulta tan útil para evitar deforestación o destrucción de suelos, como lo pudo haber sido para la agricultura nómada.
Los especialistas atribuyen el aumento sustancial de incendios especialmente a tres razones*: el cambio climático acelerado por las desmedidas emisiones de gases, sobre todo de dióxido de carbono; el irrefrenable desarrollo de poblaciones en zonas naturales y el mal manejo de los propios incendios que ya ocurren.
No hay propuesta total o sencilla de solución para que no sean arrasados bosques enteros que no deben morir, aunque se hacen sugerencias: utilizar energías renovables, dejar de poblar las pocas zonas silvestres vírgenes que nos quedan, aprender a manejar mejor el sofocamiento de incendios.
De acuerdo con el investigador Christopher Neger del Instituto de Geografía de la UNAM**, estos siniestros ocurridos en el país deterioran seriamente el panorama ecosistémico. “Para evitarlos es importante llevar a cabo un manejo adecuado del fuego que incluya prevención física (brechas cortafuego) y sensibilización de la población para que realicen sus actividades agropecuarias de manera segura”.
Casi toda la Tierra está siendo afectada por los incendios no sofocables: centro y norte de Europa, algunas partes de Rusia, la Amazonia, Canadá, Estados Unidos (especialmente en California), Australia, Círculo Polar Ártico, África Central, Indonesia, Chile, Portugal y China***.
Los incendios –no sólo de bosques cuando no se quieren quemar sino en general– han significado parteaguas, sismas, alertas, llamados de atención. El fuego no controlado, al final de cuentas, además de ser obra de arte –como las pinturas de Turner, Goya; poemas, literatura, música– es un llamado de nuevo para que la humanidad evalúe hoy lo que ocurre con nuestras posibilidades de convivir y vivir con la naturaleza, con ese motor civilizatorio que parecía o parece ser el fuego.
Históricamente, dominar –controlar, producir, apagar– el fuego significó la posibilidad evolutiva para abandonar el nomadismo y asentarse, base de toda construcción estable de los estados nación como se han conocido; alimentarnos de distinta manera, calentarnos en épocas gélidas, sobrevivir más fácilmente a climas áridos, hacer guerras más agresivas, alumbrarnos más allá del día; en fin, una cadena de factores que sellan el cómo somos hoy en día.
En la película canadiense La guerra del fuego, de 1981, dirigida por Jean-Jacques Annaud y ubicada en la prehistoria, queda claro cuán fundamental resulta el avance tecnológico consistente en controlar la combustión. Se deja ver una suerte del principio de la extinción de los neandertales, quienes sabían mantener el fuego pero no podían producirlo. Al ser atacados por otros homínidos, que les apagan la flama o chispa vital, comienzan un trayecto por épocas más difíciles hasta desaparecer.
Digamos que el dominio del fuego sirve de termómetro y nuestra supervivencia está permanentemente en el espacio frontera entre extinguirlo, producirlo, sofocarlo, diferirlo.
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**https://www.dgcs.unam.mx/boletin/bdboletin/2021_253.html
***https://www.wwf.es/?54921/Informe-incendios-forestales-2020-El-planeta-en-llamas

@anterrazas