LA POLÍTICA ES ASÍ

Fueron muchos años de lucha para dar inicio a la ampliación de la carretera Acapulco-Ometepec-Cuajinicuilapa.
Primero, porque no había un proyecto que organizara los trabajos y en segundo lugar, por la negativa del gobierno federal, ya que consideraban que no había rentabilidad económica para este sueño que tantos años anhelamos los costeños.
Fue hace 17 años (en 2003 para ser más preciso), que iniciamos las gestiones en la Cámara de Diputados para concretar este magno proyecto.
Tocó en suerte que yo presidiera la Comisión de Comunicaciones en la 59 Legislatura y meses después, la Comisión de Presupuesto y Cuenta Pública, donde se hacían ciertas modificaciones al Proyecto de Presupuesto que enviaba el Ejecutivo Federal, lo que nos permitió asignar los primeros recursos.
Siempre he sido un convencido que la ampliación y modernización de esta carretera detonará un mayor y mejor desarrollo para nuestras comunidades y seguridad de los que transitan por ellas.
Hace unos días que visité Ometepec, sentí una gran alegría al constatar que la ampliación llega ya a la comunidad de Las Vigas, en el municipio de San Marcos.
Sin embargo falta más de la mitad para coronar nuestra justa aspiración, motivo por el cual en diversos espacios critiqué al actual gobierno federal, al no considerar en el Presupuesto de Egresos los recursos para continuar los trabajos.
La reciente visita del presidente Andrés Manuel López Obrador trajo ofertas concretas para la Costa Chica, entre ellas: la construcción de un hospital en el municipio de Marquelia, y la conclusión del hospital de Cruz Grande, que no logré terminar ante la intempestiva salida.
Continuar importantes programas como el Banco de Bienestar (al cual me referí en mi anterior artículo, iniciativa que llenará los vacíos de la banca comercial, que durante décadas no ha puesto su mirada en las zonas marginadas); así como la promesa de reforzar el programa Crédito Ganadero a la Palabra; la ampliación del Programa Sembrando Vida, entre otros.
Estos y otros programas sociales que impulsa López Obrador, están hechos a la medida de Guerrero, para que sea un estado con menos desigualdad.
Son políticas públicas que en otros países se denominan Estado de bienestar, y que en su gira por la Costa Chica fueron reivindicados por el Presidente como su aspiración y un ideal que intenta convertir en realidad.
Pero no es suficiente. Por eso me dio gusto escuchar las peticiones de los alcaldes, los comisarios, los regidores. Uno de ellos pidió a AMLO: “Queremos apoyo para tener sistemas de riego que funcionen, centros de acopio y asesoría para transformar, exportar y vender nuestros productos a buen precio y apoyo de infraestructura para las asociaciones ganaderas”.
Lo cual me llena de satisfacción y orgullo porque son expresiones de un pueblo que no extiende la mano para solicitar dádivas, son peticiones justas de gente trabajadora.
Estoy seguro que el Presidente se llevó la tarea de apoyar a los campesinos y ganaderos de la Costa Chica, así se entiende que haya comprometido la visita en los próximos días del secretario de Agricultura y Desarrollo Rural, y del titular del Insabi. Veremos.
La histórica visita nos revive la esperanza de que se retome el gran proyecto carretero para la Costa Chica, al hacer el Presidente el compromiso desde Cuajinicuilapa (en una reunión con afromestizos), de concluir durante su gobierno los trabajos de ampliación hasta Salina Cruz, en beneficio también de nuestros hermanos oaxaqueños.
Pinotepa Nacional, principal centro poblacional de la costa de Oaxaca, ha construido una vida comercial y cultural más intensa con Acapulco que con Oaxaca capital.
Las razones son obvias: los últimos gobiernos oaxaqueños han dejado en el abandono a los pueblos de la Costa Chica de Oaxaca. El último gobernador oriundo de la zona lo fue Pérez Gazga, hace ya más de 60 años.
Trasladarse de Pinotepa a Oaxaca capital, les lleva más de ocho horas en una carretera altamente peligrosa; mientras que a Acapulco con la consolidación de este nuevo proyecto, les llevará sólo tres horas.
Los beneficios son múltiples pues al concluirse esta autopista tipo C se consolidará un corredor turístico único, que iría de Acapulco a Playa Ventura-Marquelia-La Bocana-Las Peñitas-Punta Maldonado, en la parte de Guerrero.
Pinotepa-Corralero-Chacahua-Puerto Escondido-Bahías de Huatulco en la parte de Oaxaca
¿Y sabe usted en cuánto tiempo haría este recorrido de la Costa Chica de Guerrero y de Oaxaca? En tan sólo cuatro horas, partiendo desde Acapulco hasta Bahías de Huatulco… Fabuloso, ¿no cree usted?
El anuncio del Presidente nos recobra la alegría y nos confirma el compromiso y amor que siente por Guerrero.
Toca ahora a las autoridades estatales y a nuestros legisladores federales, darle el debido seguimiento a este compromiso presidencial, pues corremos el riesgo de que se quede sólo en anuncio.
Por mi parte tocaré las puertas que sean necesarias para que el compromiso se honre.
Su gesto señor Presidente, me recuerda el bello verso del bardo costachiquense Rubén Mora Gutiérrez, cuando afirmaba: “No sé por qué te llaman Costa Chica, si es tan grande el amor con que te quiero”.

Del anecdotario

Hace unos días me reuní con Juan Pérez, inquieto comisario de Playa Ventura, quien tuvo el arrojo de pedirle al presidente López Obrador y al gobernador Héctor Astudillo, la construcción de un rompeolas y el drenaje para su comunidad.
Playa Ventura es sin duda uno de los lugares con mayor potencial turístico; en temporadas vacacionales llega a tener hasta más de 35 mil turistas procedentes de Morelos, y la Ciuad de México, principalmente.
Juanito y su hermano, al igual que su amigo Nicho, me hicieron el favor de obsequiarme unos ostiones y caracol “Macho” que dicen, posee propiedades afrodisiacas.
Los invité a que compartieran mi mesa junto con mi esposa Laura del Rocío, a lo que no daban crédito pues nunca se habían imaginado que comerían al lado de un ex gobernador y su esposa.
Laura del Rocío les propuso establecer un grupo de Alcohólicos Anónimos ante el elevado índice de esa enfermedad que se está padeciendo en este lugar, y que está tomando características muy similares a Puerto Escondido, Oaxaca.
Presto, Juanito el comisario aceptó la propuesta, pues narró que siendo joven, el ambiente del lugar lo orilló a consumir bebidas frecuentemente.
–Fíjese señora que ya había un grupo de doble A, pero los mismos borrachos lo quitaron (dijo Juanito), pero hoy no lo vamos a permitir.
Al platicar con Nicho quien es buzo, me narró historias que me conmovieron, al poner en riesgo su vida en la extracción de ostiones y langostas.
Me compartió que baja hasta 15 metros de profundidad y llega a durar más de un minuto bajo el agua para sacar 10 docenas de ostiones cuando bien le va.
Ya perdió un oído y dice sentir mucho miedo al bajar a las profundidades del mar. Cuando culmina su tarea, ingiere cervezas para paliar el temor, justifica con cierta pena que deja traslucir.
Sentí mucha tristeza cuando me narró su historia. Buscaré una forma de ayudarlo… Sin embargo no pierde el sentido del humor como buen costeño.
–Fíjese licenciado que le pedí a un amigo que me hiciera un letrerito para vender mis ostiones y el cabrón de mi compadre le puso al letrero: “Se venden ostiones, con Nicho, El Bambino, y ahora todo mundo me conoce como El Bambino y ya hasta mi nombre se les olvidó.
Así que cuando vayan a Playa Ventura, pregunten por El Bambino, que ya es todo un personaje en la comunidad…
La vida es así.