EL-SUR

Jueves 25 de Abril de 2024

Guerrero, México

Opinión

Andrea Chapela: con la mente en la nube

Adán Ramírez Serret

Octubre 30, 2020

¿Qué nuevos horrores nacerían
de una comprensión total
como la que él buscaba?
¿Qué haría el hombre si fuera capaz
de tocar el corazón del corazón?
Benjamín Labatut.

Una de las tentaciones más antiguas de la humanidad es intentar tocar el futuro. ¿Qué va a pasar cuando acabemos con el mundo? ¿Cómo viviremos en otros planetas? O, ¿qué sucederá cuando nos podamos leer la conciencia?
Estas son algunas de las preguntas que pone en práctica, con las que experimenta Andrea Chapela (Ciudad de México, 1990), quien comenzó a escribir a los 15 años y para el 2015 ya había publicado la tetralogía Vâudïz y ahora, publica el conjunto de cuentos de ciencia ficción Ansibles, perfiladores y otras máquinas de ingenio.
El cuento con el que abre, 90% real, es la historia del fin de una relación y cómo los recuerdos de la otra persona están atorados en la memoria, muy real –tanto que son visibles para los demás–, de la narradora.
Recuerda un poco La invención de Morel, de Adolfo Bioy Casares, en donde existe un recuerdo colectivo que habita la ciudad. Un pasado que habita el presente y se puede ver.
La forma con la que Chapela enfrenta la ciencia ficción es muy acertada, hace lo mismo que Borges en El Aleph y su comienzo hiperrealista, pues la Ciudad de México es muy tangible y cotidiana: el metro, el tráfico y los microbuses, en donde se ven hologramas, sueños y fantasías de la gente.
Todos los relatos están atravesados por una sobreexposición de la consciencia, pienso en algo así como Wikileaks pero de la mente humana, en donde es posible sumergirse en los pensamientos y recuerdos de los demás. ¿Qué sentiste cuando me conociste? ¿A qué sabe lo que comes?
En el segundo relato, Ahora lo sientes, hay una mujer que es una especie de hacker de la memoria que tiene la capacidad de cambiar los recuerdos. En esta ocasión debe internarse en la consciencia de un adolescente para exculparlo de un crimen.
La maravilla de imaginar el futuro es descubrir la naturaleza humana que a pesar de sufrir cambios radicales en la cotidianidad, en lo que se come, en donde se duerme y con quien se vive; siempre permanece una esencia, ¿qué pasaría si nuestra conciencia pudiera tener la capacidad de análisis y estadística que tiene una computadora? ¿Cometeríamos menos errores? ¿Estaríamos con personas más adecuadas?
Es el experimento de Calcu-lando y recalculando, una chica que comienza a salir con alguien y a partir de aquí observa el futuro con esa persona.
Uno de los cuentos más brillantes y con más belleza también es Como quien oye llover –homenaje al célebre poema del maravilloso Octavio Paz–, en donde se plantea que debido a revoluciones y cambios climáticos, la Ciudad de México vuelve a ser un lago y los edificios de la ciudad quedan bajo el agua. Allí, entre chinampas y las bellas ruinas de la ciudad, surge una historia de amor.
Andrea Chapela con este cuento no sólo nos interna en mundos posibles sino que también dialoga con temas esenciales como la inteligencia artificial, el mundo cibernético que cada vez es más importante y la ciencia que lleva un ritmo vertiginoso.
Mientras leía los relatos de Chapela, resonaban en mi mente unas líneas de Benjamín Labatut:
“No eran los políticos los que acabarían con el planeta, les dijo, sino los científicos como ellos que ‘caminaban como sonámbulos hacia el apocalipsis’”.
Ansibles, perfiladores y otras máquinas de ingenio, Andrea Chapela, Ciudad de México, Almadía, 2020. 214 páginas.