EL-SUR

Jueves 25 de Abril de 2024

Guerrero, México

Opinión

Andrés Manuel en Guerrero

Arturo Martínez Núñez

Noviembre 28, 2017

Mañana inicia una gira más de Andrés Manuel López Obrador por el estado de Guerrero. Durante cuatro días visitará ciudades de la Costa Chica, Grande, Centro, Norte y Tierra Caliente. López Obrador encontrará un Guerrero inmerso en problemas de violencia incontenible. A pesar de los esfuerzos del gobierno federal, del estatal y de los ayuntamientos de distintos orígenes partidistas, la ola criminal no cesa y, por el contrario, parece aumentar cada día. Lo dijo el gobernador Héctor Astudillo durante su informe: “El problema de Guerrero no es político sino de inseguridad”.
En este momento en Guerrero hay gobernabilidad, hay operación institucional plena, hay diálogo político y hay respeto entre adversarios. Astudillo ha hecho un esfuerzo por mantener la cordialidad y la comunicación entre los distintos actores políticos. Pero al iniciar los procesos electorales todo se volverá tenso.
López Obrador encontrará un Guerrero que en su mayoría simpatiza con él. El romance entre el tabasqueño y los guerrerenses se remonta a dos décadas atrás cuando Andrés Manuel dirigía al PRD y los guerrerenses encontramos por primera vez a un dirigente coloquial, que hablaba como nosotros, que disfrutaba el calor de nuestra tierra y al que no se le caían los anillos a la hora de entrarle al toro por los cuernos.
López Obrador ganó en Guerrero con amplia mayoría en las dos ocasiones previas en que ha competido, ambas bajo las siglas del PRD que él ayudó a construir y a consolidar.
Recuerdo que, en 2005, durante el cierre de campaña de Zeferino Torreblanca, Andrés Manuel, acostumbrado al transporte por agua en su natal Tabasco, llegó al Zócalo de Acapulco a bordo de una pequeña embarcación, tratando de evitar la impresionante aglomeración de gente que abarrotó la Costera Miguel Alemán.
López Obrador conoce Guerrero y conoce a sus actores políticos. Sabe el peso político de cada uno de ellos. Sabe –o debería de saber–, que Morena no es una casa suficientemente grande para alojar a todos los que quisieran apoyarlo. Sabe que, a pesar del encomiable esfuerzo de muchos militantes que han construido su partido a partir de la nada, en estos momentos necesita abrir la casa y permitir que entren en ella todos aquellos que puedan aportar algo.
Encerrarse en el fundamentalismo militante sería mortal para sus aspiraciones. Son muchas y muchos los ciudadanos que sin militar en Morena pueden y quieren aportar a su causa. Una de las mayores virtudes de López Obrador como dirigente del PRD, fue precisamente lograr convencer a cientos de ciudadanos sin militancia de que participaran como candidatos bajo las siglas amarillas. De esa manera, se obtuvo el triunfo en muchos distritos y ciudades que antes jamás hubieran votado por el PRD.
Hoy en Morena ocurre una situación similar. Los “fundadores” del partido sienten que son los únicos dueños y usufructuarios del membrete. Ven con recelo a los ciudadanos que se acercan buscando participar. Plantean un debate entre los puros y los advenedizos. Creen que son poseedores de la verdad por haber acompañado a AMLO desde el principio.
Sin embargo, la política es el arte de sumar a los que no piensan como uno. Si se tratara de hacer equipo solamente con nuestros camaradas jamás se lograrían construir alianzas ganadoras.
Andrés Manuel debería de hacer un esfuerzo mayor para acercarse a las clases medias y altas que le temen, sobre todo, porque no lo conocen. Necesita reforzar su movimiento con gente con experiencia administrativa y conocimiento de la administración pública. Para gobernar bien no es suficiente con ser puro y honesto, también es necesario tener herramientas y habilidades de gestión y dirección.
Con el anuncio de la eventual candidatura por el PRI de José Antonio Meade Kuribreña, se despeja una de las variables más importantes en la ecuación de la elección presidencial del año entrante. Meade será el candidato del sistema y López Obrador el de aquellos que buscan una transformación del régimen.
Faltan dos piezas únicamente: conocer quién será el candidato del llamado Frente Ciudadano por México, y esperar a ver si alguno o algunos de los aspirantes “independientes” alcanzan las firmas necesarias para lograr estar en la boleta electoral.
Andrés Manuel López Obrador tiene el horizonte abierto para alcanzar la Presidencia de la República. La transformación que requiere México podrá lograrse si en vez de restar se suma, si en vez de descalificar se escucha y si en vez de aislar se congrega.
En Guerrero, Morena puede obtener la mayoría, pero solo si modifica su política de alianzas, deja de comportarse como una cofradía de fieles adoradores y se convierte en un partido abierto a los ciudadanos que estén dispuestos al cambio verdadero.

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