EL-SUR

Viernes 26 de Julio de 2024

Guerrero, México

Opinión

Aparece Edgar Ulises Báez

Humberto Musacchio

Enero 02, 2023

Aparece Edgar Ulises Báez

Con fecha 30 de diciembre, Yasmín Esquivel, la todavía ministra de la Suprema Corte, insistió en que fue Edgar Ulises Báez y no ella quien incurrió en plagio, para lo cual “informó” que existía una declaración de don Edgar Ulises, quien según “la directora de tesis”, Martha Rodríguez Ortiz, “reconoció y manifestó expresamente que: ‘de ese trabajo (el de Esquivel) tomé varias referencias y texto’ y ‘pude tomar varias partes importantes del trabajo de ella en el año de 1985 a 1986’”. Sin embargo, el reportero Juan Carlos Rodríguez, de Eje Central, localizó a Ruiz, quien se restablece de una neumonía en su modestísima vivienda ubicada en Xochimilco, donde declaró que él no hizo tal declaración. Doña Yasmín dice también que “tres dictámenes periciales en informática” (???) concluyen que su tesis, la presentada por la ministra, “se cargó al repositorio TESIUNAM previo al del otro alumno”, pero más allá de la confusa redacción, el hecho es que la tesis de la ministra, agrega el reportero, “hace alusión a la crisis económica de 1987 y en la bibliografía cita dos periódicos de 1986”, de modo que no pudo ser entregada antes que el trabajo de Edgar Ulises Báez. La ministra se hunde y con ella la señora Rodríguez Ortiz, quien ha sido asesora de 513 tesis, lo que establece un récord mundial y despide un fuerte y desagradable olor a corrupción. Doña Martha, por cierto, se mantiene en el nivel académico más bajo, lo que no habla bien de sus capacidades. Hoy se decide quién ocupará la presidencia de la Suprema Corte. Los señores ministros se juegan su credibilidad.

Hernán (el) Bravo Varela

Cuando aún no llegaba a las dos décadas de vida, en plan afectuoso y como reconocimiento, le decían Hernancito, pues sin haber cumplido 20 años obtuvo el Premio Punto de Partida y el Nacional de Poesía Joven Elías Nandino, este por su libro Oficios de ciega pertenencia. Licenciado en literatura y ciencias del lenguaje por el Claustro de Sor Juana, le ha rendido homenaje a la Décima Musa escribiendo (haciendo) buena poesía y mediante el ejercicio de un magisterio que encamina a los discípulos por los mejores caminos de la creación. Con sus poemarios y libros de ensayo, llegó en 2018 a la dirección del Periódico de Poesía para difundir el género que lo apasiona. Otra faceta del personaje es su oficio de traductor, pues ha vertido al español obras de Oscar Wilde, Emily Dickinson, T.S. Eliot, Seamus Heaney y ahora a Wallace Stevens, de quien el sello Dharma Books publicó en el fenecido 2022 La pequeña ignorancia, edición bilingüe que es la enésima muestra de talento de Hernán. Ante esa trayectoria, sólo queda decir: ¡Bravo!

Moscona y su León de Lidia

En la misma línea de su novela Tela de sevoya, que la hizo merecedora del Premio Xavier Villaurrutia en 2012, Myriam Moscona publica ahora León de Lidia, obra que refrenda las capacidades narrativas de la autora mediante un trabajo que entreteje los recuerdos familiares con la invención, la historia con la creación literaria, todo en una prosa que integra un eficaz manejo del castellano actual con una fuerte dosis del sefaradí o judezmo, el español que acompañó a los judíos cuando fueron expulsados de España, la vieja Sfarad. La sabia alternancia o mezcla de ambas formas de expresión se convierte en un poderoso y apasionante recurso narrativo que nos lleva al mundo por el que ha pasado el pueblo de los eternos peregrinos, quienes en la Bulgaria de los padres de la autora o en el México que los recibió, conservan su lengua, sus costumbres, su vida comunitaria. El nombre de la novela remite a los padres de Myriam, los que se llamaban León y Lidia, pero así también se denominaba la primera moneda acuñada hace 26 siglos en el efímero reino de Lidia, que estuvo en el territorio de las actuales provincias turcas de Esmirna y Manisa.

Madrazo Lajous deja el CIDE

“Con mucha tristeza”, Alejandro Madrazo Lajous informa que antier, 31 de diciembre, renunció al CIDE, al que entregó 22 años de labor fecunda. “Para la comunidad entera –dice con amargura– es evidente que las condiciones en las que venimos trabajando se deterioran aceleradamente… El gobierno decidió destruir el CIDE”, espacio que alberga a un “grupo de gente que analiza y critica algunas de las políticas públicas más importantes para los gobiernos de ayer y de hoy. Para muchos de nosotros, el CIDE había sido un baluarte para poder ejercer la crítica de los gravísimos errores y abusos que emanan del ejercicio del poder político”. Ya no, pues las actuales autoridades retienen pagos durante meses, ignoran los derechos laborales, atropellan a los órganos colegiados y desmantelan procesos institucionales en un ambiente de intimidación, acoso y amenazas disciplinarias, con el “fin de purgar al CIDE de voces críticas al gobierno”, mismo que impuso como director a José Romero Tellaeche, “un académico mediocre y servil” rechazado por la comunidad académica, quien tiene en Gabriel Purón, director de la sede aguascalentense, su “instrumento para desmantelar con celeridad los proyectos más críticos”. Así anda la educación en este sexenio.