La renuncia del delegado de los Programas de Bienestar del gobierno federal, Pablo Amílcar Sandoval Ballesteros, da por iniciado, sino formalmente, si políticamente, la competencia dentro de Morena para elegir a la o el candidato que habrá de representar a nuestro instituto político en las elecciones del próximo año.
Al renunciar y dejar la estructura de gobierno, Pablo Amilcar, da un ejemplo de congruencia para poner el piso parejo y competir en igualdad de circunstancias con el resto de las compañeras y compañeros que hemos manifestado nuestra intención de participar en dicho proceso. Hay que señalar que aún no existen reglas ni convocatorias ni la ruta a través de la cual Morena habrá de decidir quiénes serán las mujeres y los hombres que encabecen las candidaturas por las 15 gubernaturas que están disputa y en el caso de Guerrero, las nueve diputaciones federales, las 28 diputaciones locales, los 80 Ayuntamientos y el Consejo Municipal de Ayutla. En cuanto exista convocatoria legal, y de acuerdo a lo que en ella se señale, el resto de aspirantes que ocupamos algún puesto público, aunque no sea de gobierno, habremos de observar las reglas que se señalen en dicha convocatoria.
Por lo pronto la separación voluntaria de Pablo Amilcar, demuestra madurez, deseo por hacer las cosas de manera distinta y busca alejar el fantasma y la percepción de uso de recursos públicos para la autopromoción.
El estado se ha llenado ya de espectaculares, sobre todo en las carreteras y las grandes ciudades de anuncios de ciertas revistas de escasa, sino es que nula circulación, que pone el rostro de diversos personajes en una abierta violación, sino a la ley electoral, si a la ética.
Promocionarse a través de publicaciones inexistentes o de dudosa circulación es una técnica vieja de pocos resultados y que únicamente sirve para intentar posicionar una cara y un nombre, pero no así un mensaje ni un proyecto.
Será facultad del Instituto Estatal Electoral y de Participación Ciudadana y del Tribunal Electoral en su momento, determinar si estas prácticas pueden calificarse como campaña anticipada, o si por el contrario se trata únicamente de publicidad auténtica de las revistas en comento.
Guerrero necesita mucho más que posters, carteles, pendones y camiones. Guerrero necesita proyectos, necesita ideas, necesita debate y necesita contraste de propuestas y proyectos.
Yo por mi parte, anuncio la aparición en próximos días de un libro en donde plantearé lo que desde mi punto de vista deben de ser las líneas generales de un plan de gobierno, de un plan estatal de desarrollo, de una ruta a partir de la que podamos construir un programa de gobierno y sumar en torno a él, al mayor número de mujeres y hombres para su consecución.
Es tal la fuerza de Morena y amplia su ventaja en todos los estudios de opinión, que hay otros candidatos y candidatas, que se han apuntado ya al proceso de Morena, sin siquiera ser parte de este instituto, es más, habiendo sido claros opositores a este proyecto, durante la pasada elección del 2018. Para estos aspirantes nuestro deseo de que además de mostrar las cualidades personales que dicen tener, hagan claramente un planteamiento en favor no solo en Andrés Manuel López Obrador, sino de Morena, es esquizofrénico querer ser candidato de un partido al que al mismo tiempo se le combate y se le repudia.
Durante los próximos meses habremos de recorrer el estado en busca del apoyo de las mujeres y los hombres de Guerrero, lo haremos como siempre lo hemos hecho, hablando de nuestro proyecto, y nunca hablando mal de nuestros adversarios. Estamos convencidos de que Guerrero necesita concordia, Guerrero necesita armonía, Guerrero necesita una transformación de raíz, Guerrero necesita una nueva manera de gobernar, y esto lo tenemos que demostrar desde el momento mismo en que damos a conocer nuestras aspiraciones y no diciendo que vamos a hacer las cosas de manera distinta, pero comenzado haciéndolas de la misma manera y con las misma prácticas en las que se ha venido haciendo en el pasado, esto es, intentando engañar a la autoridad electoral y al electorado, con falsas promociones en publicaciones fantasmas. Por cierto, sería interesante que el Instituto Estatal Electoral y de Participación Ciudadana por oficio, comenzara a llevar un conteo de lo que gasta cada uno de los aspirantes en publicidad estática, en redes, en desplazamientos, en reuniones e inserciones en medios, para que la contienda tenga desde su inicio y aun antes de él, paridad, claridad, transparencia y certeza.