EL-SUR

Miércoles 08 de Mayo de 2024

Guerrero, México

Opinión

Autogestión comunitaria: de la selva lacandona a la comunidad nahua de Chilacachapa, Guerrero

Arturo García Jiménez

Marzo 03, 2022

Durante los pasados tres días, se dio en Guerrero la visita de un grupo de jóvenes lacandones provenientes de las comunidades que habitan los Bienes Comunales Zona Lacandona de Chiapas: ellos fueron enviados por sus comunidades para aprender de la manera más humilde. Hubo una serie de intercambios que tuvieron que ver con el manejo de cultivos y los principios de la agroecología; también se conversó sobre las experiencias de organización en ambos estados y se hizo el compromiso de impulsar de manera conjunta un nuevo agrarismo, el desarrollo sustentable y una gobernanza donde sea la comunidad el sujeto de su propio desarrollo. Pero el momento más intenso fue el que se realizó en Chilacachapa este primero de marzo. Todo ello, promovido por la Coordinadora de Comisariados de Guerrero y la Universidad Campesina del Sur.
De las comunidades lacandonas hasta esta comunidad náhuatl median poco más de mil 200 kilómetros. Ello no fue obstáculo para que los caminares por décadas se encontraran y, en el marco del “pan sagrado de la amistad”, sellaran un compromiso de colaborar juntos por un buen vivir. El común denominador de las dos experiencias es que mediante la lucha persistente han logrado esquemas de autogestión donde es la comunidad quien toma las riendas de su propio desarrollo.
La comunidad lacandona trae a cuestas más de 50 años de lucha ininterrumpida en contra de los gobiernos, grupos de poder, ambientalistas recalcitrantes y liderazgos que han obstaculizado la certidumbre de la propiedad de la tierra. Pero gracias a la adopción de nuevas formas de gestión, poco a poco se han venido arreglando los conflictos y firmado acuerdos agrarios entre comunidades, de tal suerte que ahora conviven lacandones, choles y tzeltales en un solo territorio. A partir de ello, se fue gestando una propuesta denominada “Plan de Vida” como herramienta de gobierno comunitario. Se trata de un ejercicio autogestivo que se promueve con la población que habita en una superficie mayor a la de todo el estado de Morelos.
El Plan de Vida surge como una propuesta comunitaria contra los planes de manejo impuestos por la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp) y el gobierno que culpaban a la gente de la destrucción de la selva. De lo que se trata es promover la restauración biocultural de la selva, que incluye la agroecología, la regeneración de saberes ancestrales, la creación de economías solidarias en compatibilidad con la madre Tierra, la actualización del estatuto comunitario, la puesta en marcha de actividades artísticas, entre muchas otras acciones. La selva lacandona es hoy el lugar donde se propone un nuevo modelo de autogestión comunitaria que supere aquel modelo conservacionista neoliberal en el que los pueblos deben mantenerse al margen de las reservas como si fueran vitrinas o museos para turistas. De manera diferente, las comunidades recuperan su historia milenaria y su memoria ancestral para inventar su futuro y crear modos de habitar en compatibilidad con la naturaleza.
Con este caminar a cuestas, llegamos con la comisión lacandona a Chilacachapa. Las honorables autoridades hablan poco y más bien prefieren mostrarnos de manera directa su filosofía de usos y costumbres en materia de gobernanza comunitaria.
El recibimiento fue impactante, a la entrada del pueblo nos esperaba todo el equipo de representantes y autoridades comunitarias, teniendo como fondo una de las 19 bandas de música. Luego caminamos por la calle principal para presentarnos su iglesia, misma que data de varios años de construcción. Aquí nos explicaron sus raíces ancentrales y como han venido preservando su cultura. Antes de la comida realizada en casa de El Principal, en cuyo recorrido fuimos acompañados de mujeres danzantes que nos llenaron de confeti para ofrecernos un rico mole, se realizó la ceremonia de entrega del “pan sagrado de la amistad”, lo cual selló nuestra colaboración para impulsar conjuntamente el desarrollo de nuestros pueblos y la preservación de la cultura.
Chilacachapa es una comunidad indígena antiquísima que se remonta a épocas históricas y culturas ancestrales. Por medio de su sistema de autogobierno por “usos y costumbres” cuenta con una Corte de Justicia a través de las “Varas de Justicia” para poder resolver cualquier caso de demanda o denuncia en la comunidad, donde los miembros del Gabinete que portan dichas Varas proporcionan el veredicto referente al caso presentado, es decir, Chilacachapa, cuenta con su propio sistema de impartición de justicia interna. El Principal C. Felipe Flores Rivera, menciona que las Varas de Justicia conllevan cuatro compromisos sagrados: no dejar morir las sagradas costumbres y tradiciones, salvaguardar la paz, trabajar por el progreso de nuestro pueblo y ser justos con todos los habitantes del pueblo.
Se trata de una de las pocas comunidades que se rige bajo un sistema de autogobierno democrático, ello quiere decir que se rige a sí misma y que ningún poder externo tiene autoridad sobre esta. El autogobierno constituye una forma de soberanía. Ese fue el aprendizaje que logramos.
Las honorables autoridades de Chilacachapa se quedan con el concepto de “Plan de Vida” y los amigos lacandones se van a informar a sus pueblos de lo aprendido. La Coordinadora de Comisariados seguirá impulsando estos encuentros en los estados del país. Porque es a ras de tierra como se construye la Cuarta Transformación. Y mientras los funcionarios de gobierno sigan sin entender su papel en el cambio verdadero, seguiremos impulsando “de facto” el cuarto orden de gobierno, el gobierno comunitario.

* Asesor de la Coordinadora de Comisariados Ejidales y Comu-nales de Guerrero