Ángela Buitrago forma parte del Grupo de Asistencia Técnica y del Grupo Interdisciplinario de Expertos y Expertas Independientes (GIEI) que surgieron del acuerdo entre la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), los representantes de las víctimas de Ayotzinapa y el Estado mexicano con la finalidad de proporcionar asistencia para la búsqueda de los 43 estudiantes desaparecidos de la Escuela Normal Rural Raúl Isidro Burgos. A continuación, lo que dijo la especialista colombiana durante el conversatorio Caminos contra la Impunidad, realizado en el Centro Cultural Universitario Tlatelolco el 25 de septiembre pasado.

Gracias a los 43, 188 cuerpos
encontraron sus hogares

La persistencia de padres y madres de Ayotzinapa, la decisión de seguir en esta lucha, es lo que ha mantenido presentes a sus hijos. Debemos mirar que cuando luchamos contra la impunidad, luchamos por un futuro de país. Cuando la impunidad se cierne sobre un Estado, la esperanza termina, pero sobre todo la fe y la creencia de que las instituciones están para defendernos.
El caso de los 43 es el caso de todos los desaparecidos de México. Pienso en las búsquedas que hemos hecho y los 188 cuerpos que hemos rescatado en la búsqueda de los 43: gracias a ellos encontraron sus hogares. La dirección es encontrar a los 43 desaparecidos pero, en el fondo, también, entender la etnografía criminal que tiene una vigencia que debe ser desactivada. Si nosotros solucionamos el caso de los 43, pero se siguen realizando desapariciones todos los días, si sigue actuando el crimen organizado en connivencia con autoridades de todo nivel, así sea el nivel más bajo, entonces no hemos hecho absolutamente nada.
El camino a la no impunidad significa que seamos conscientes como sociedad de que todos tenemos un compromiso también frente a este tema.
La solidaridad que he visto en México desde el primer día es algo que admiro profundamente, porque no les son ajenos los dolores de los demás. Pero, igualmente, la violencia aumenta y va generando todos los días mayores víctimas. Si la Comisión de la Verdad encuentra elementos para entender el fenómeno de la violencia, también Guerrero podrá lograr en algún momento estabilidad.
Todos los padres y madres de Ayotzinapa han colaborado con esa insistencia en la búsqueda de sus hijos, en hacer conciencia. El camino a la no impunidad significa una actuación coordinada: el Estado en primer lugar, que es el responsable de evitar esa impunidad; y de todos nosotros frente a las realidades de violencia y de cooptación a todos los niveles en los Estados.
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos ha estado presente a través de los mecanismos del Grupo de Asistencia Técnica y el Grupo Interdisciplinario de Expertos y Expertas Independientes para ayudar en la búsqueda de los 43 normalistas de Ayotzinapa. La pretensión es no cejar en esa búsqueda.

La justicia no puede volverse
criminal para investigar

La verdad es solamente el comienzo. Lo que deberíamos exigir realmente es el cambio estructural para hacer las cosas en justicia y en función pública. La verdad no nos basta. Porque el saber qué pasó sin que se tomen medidas para cambiar efectivamente una sistematicidad de cooptación criminal no es el camino. Ninguna sociedad puede quedar satisfecha con una verdad frente a un crimen sin tomar medidas ante los criminales y el sistema.
El sistema de justicia es un sistema que ha utilizado procedimientos que no son debidos. Eso también se debe exigir: que la justicia entienda que no puede volverse criminal para investigar. El Estado tiene que ser el mayor garante de la legalidad. Pero, además, revisar los policías que tenemos, revisar los funcionarios que están prestando algún servicio al Estado.
No puedo creer que la confianza que uno tiene normalmente en ciertas instituciones, se vea derrumbada en la desidia, en la vinculación de estas personas. Y sabemos que el mayor camino de cooptación son las entidades que tienen poder. Porque es lo que les interesa a los criminales. Cualquier criminalista, cualquier criminólogo, diría que la cooptación del poder es el primer elemento del crimen organizado. Si nosotros permitimos que se sigan dejando estos espacios de absoluta, digamos, decisión –porque en muchos casos es decisión– de que se vincule al Estado a cualquier persona, vamos a seguir viendo estos elementos repetidos.

Sí hay elementos que conducen a un replanteamiento

Yo no puedo exigir nada diferente porque ustedes son los mexicanos. Pero si hay una exigencia que yo, desde el corazón, haría, es no hablar sin conocer lo que realmente pasó y lo que realmente se conoce sobre el caso Ayotzinapa.
He tenido una experiencia y la experiencia me lleva a que las opiniones me las guarde hasta que yo no encuentre elementos serios y los estudio. ¿Qué daño le estamos haciendo a la sociedad con repetir versiones que ni siquiera verificamos? ¿Qué daño le estamos haciendo a la sociedad con reiterar los rumores que ni siquiera verificamos? En las sociedades con el nivel de crimen como tiene esta sociedad –y en particular también la mía, la colombiana–, con eso se escudan los criminales: de que se forme una mezcla donde ya no sepamos quiénes son quiénes, y entonces todos quedan en la mira. No puedo exigir, pero sí puedo pedir que reflexionemos en estos términos.
En el caso de la investigación de los muchachos sí hay elementos que conducen a un replanteamiento que va a servir. Y va a servir porque se está tomando conciencia de que las cosas se tienen que hacer bien. Eso creo que va a cambiar a México. Solamente puedo decir: sigan exigiendo.
Gracias. Gracias porque han acompañado una razón más para seguir viviendo y seguir justificando la vida. La causa de la dignidad es una gran causa. Y hay que dignificar a los 43 estudiantes y a los padres y madres de Ayotzinapa.