EL-SUR

Miércoles 24 de Abril de 2024

Guerrero, México

Opinión

Bajo fuego

Arturo Martínez Núñez

Mayo 14, 2019

 

Guerrero y gran parte de la nación, padecen los estragos de una de las temporadas de incendios más dañinas de las que se tenga memoria.
Son diversos los factores y las causas de un fenómeno que evidencia como pocos el cauce equivocado que ha seguido el desarrollo del planeta.
Por un lado, tenemos prácticas agrícolas primitivas como la roza y tumba, arraigadas y desplegadas a lo largo de nuestra geografía. El tlacolol rudimentario donde simplemente se prende fuego sin las medidas de contención mínimas es un factor importante. Pero no es el único. La deforestación de selvas y bosques. El nulo manejo forestal y sanitario también son factores que incrementan los riesgos. Si a todo ello sumamos el aumento de la temperatura promedio en todo el planeta y los ciclos pluviales irregulares, tenemos un caldo de cultivo para incendios terriblemente agresivos y destructivos.
A pesar de los esfuerzos institucionales para combatir las deflagraciones, la realidad es que en nuestra agreste geografía, una vez que el bosque coge lumbre, difícilmente podremos combatir el incidente. Los equipos materiales son pocos e insuficientes y los humanos, a pesar del heroísmo y arrojo de nuestros vulcanos, poco pueden hacer desperdigados a lo largo y ancho de las sierras y montañas.
Los helicópteros equipados con dispositivos anti incendios con los que cuenta la nación son pocos considerando los dos millones de kilómetros cuadrados de extensión de la República.
La pregunta es qué hacer para evitar que cada dos o tres años estemos en un ciclo de incendios similar.
Tenemos que intensificar la educación y la prevención. Que las nuevas generaciones comprendan que la viabilidad misma de la especie humana depende de la sustentabilidad y el equilibrio que logremos con la naturaleza. No se trata de una alegre concesión sino de un asunto de vida o muerte.
El Estado mexicano debe de ser vanguardia en la lucha por abatir las emisiones de carbono y poner en el centro de su estrategia de gobierno los temas medioambientales.
Es necesario dotar a los organismos encargados del combate a los incendios del equipo y la capacitación suficientes para contener los fuegos descontrolados.
Las brigadas ciudadanas, comunitarias y ejidales también deben de ser equipadas y capacitadas. Los programas de empleo temporal pueden ayudar mucho en este sentido.
La reforestación y el manejo forestal son fundamentales. El bosque y la selva necesitan sanidades preventivas. Debe de impulsarse el aprovechamiento maderable con Planeación estratégica.
Se tiene que legislar en materia de quemas con fines agrícolas. Prender el campo debe de estar penado con contundencia.
El mundo se asfixia bajo los humos de un modelo de desarrollo arrasador y abrasador. El planeta es un sistema vivo y lo que ocurra en la Sierra Madre del Sur tendrá consecuencias en otras partes del mundo. Pensar que nuestras acciones como humanidad no tienen consecuencias es una muestra más de la inmensa soberbia del Homo Sapiens cuya fuerza destructiva comienza a poner en riesgo su propia viabilidad sobre la tierra.
Salvar al planeta no es un asunto de generosidad sino de supervivencia.

@ArturoMN