EL-SUR

Viernes 19 de Abril de 2024

Guerrero, México

Opinión

Basta ya

Octavio Klimek Alcaraz

Mayo 28, 2005

Hace algún tiempo escribimos un artículo denominado El costo humano de defender el planeta (El Sur, 22 de mayo de 2004). Se reseñaba un informe presentado ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos en el periodo 2002-2003.

Citábamos, que para nuestra tristeza en los casos de México, Guerrero era el estado con el mayor número de referencias con relación a ataques a defensores del medio ambiente. Presentamos diversos párrafos del informe, uno de ellos denominado Ambientalistas bajo fuego que decía como terrible premonición: “Hoy ser ambientalista es un negocio peligroso. En democracias y en dictaduras, en economías desarrolladas y en vías de desarrollo, derechos humanos de activistas ambientales están siendo violados…creemos firmemente que el desafío de la próxima década será el de defender a la gente que lucha a favor del medio ambiente, por los derechos de aquéllos que arriesgan sus vidas para proteger a nuestro planeta”.

La tragedia de la familia Peñaloza Mojica, en la sierra de Petatlán, es una expresión más de la impunidad, de la cobardía, y en fin, todo lo perverso que hay en algunos seres humanos, si es que así se les puede llamar.

No quiero aventurar hipótesis sobre el motivo concreto de los autores materiales de tales atrocidades. Lo que sabemos es que las víctimas son aquellos perseguidos, que llevan buen rato hablando de una causa legitima, que es la defensa de los recursos naturales.

El grupo de ecologistas de la sierra de Petatlán sigue siendo víctima de persecución, ellos continúan desde hace años aportando significativamente los muertos, los presos y las familias destrozadas en la zona.

Como decíamos, encontrar a los culpables tendrá que ser resuelto por las autoridades correspondientes. El problema es que hay algo erróneo y no les creemos a nuestras autoridades en la materia. Todos sabemos que los capos de la droga y las bandas de sicarios, talamontes, y demás fauna de acompañamiento, están coludidos con integrantes del aparato de seguridad en todos sus órdenes de gobierno.

Al respecto, no sólo Guerrero esta en crisis, sino todo el país. Nuestro reto –y lo asumo con toda mi convicción– es que debemos decir basta a estas bestialidades. Sólo la ciudadanía comprometida y movilizada puede parar esto. Nada justifica asesinar seres humanos, menos niños.

También, me queda claro que la violencia atrae más violencia. Si no paramos esta espiral podemos desatar el famoso y mítico Guerrero bronco. La gente no va a dejar que se le siga agrediendo impunemente.

Requerimos, que el nuevo gobierno, el más legítimo que hemos logrado elegir la mayoría de los guerrerenses, nos dé a la brevedad posible muchas señales de cambio.

Al parecer, algunos canallas creyeron que el proceso de transición democrática era una señal de debilidad o gatopardismo, yo estoy seguro que se han equivocado. Así que hay que responder desde el gobierno estatal con la convicción de un basta ya, y mandar un mensaje claro de que este gobierno es democrático y de izquierda, por lo que está con las mejores causas de Guerrero, como es la búsqueda de la justicia y la defensa de su pueblo.

Eso implica un reajuste inmediato de las políticas relacionadas al caso de Petatlán y de otros focos rojos como La Parota, el interés público (de los guerrerenses) debe prevalecer sobre el particular (CFE), garantizando la armonía social, con la económica y ambiental. El gobierno estatal puede invitar a aquellos que creen que otro modelo de desarrollo es posible, a aportar ideas y acciones inmediatas.

Hay que dialogar de inmediato con las organizaciones de derechos humanos, ambientalistas y sociales. Tienen razón en muchas de sus observaciones y planteamientos, es recomendable que el gobierno estatal corrobore su información con investigaciones libres de conflictos de intereses. Mandemos hacia el país y a la comunidad internacional un mensaje, que aquí hay un cambio de actitud en el gobierno estatal, no repitamos los mismos errores de los gobiernos pasados.

Sabemos, que esto es un asunto de seguridad nacional desde hace años, y que la destrucción de recursos naturales y narcotráfico van de la mano. Sólo el gobierno del estado no puede dar solución a los problemas de la marginación y la pobreza de la región de Petatlán.

Deslindemos responsabilidades, el gobierno estatal no debe pagar el costo político de las ineficiencias de anteriores gobiernos estatales y del ejecutivo federal, dejemos claro eso ante la opinión pública.

La ignorancia e insensibilidad de lo que pasa en la región por parte de las autoridades federales es pavorosa, en días anteriores a esta tragedia de la familia Peñaloza, llevaron todavía al secretario de la Semarnat y aspirante a la presidencia Alberto Cárdenas a Petatlán. Él sólo hizo comentarios, que minimizaron los problemas ahí existentes, y que en nada contribuyeron a distender, sino que al contrario provocaron a los demonios, que siempre han estado sueltos en la región.

En especial, a los compañeros de organizaciones sociales, que están peleando por lograr un manejo forestal comunitario diferente al del rentismo forestal, les pedimos que se solidaricen públicamente con las organizaciones de derechos humanos y ambientalistas, aislarse es lo peor que pueden hacer en este momento.

Sólo trabajando unidos todos podremos lograr intercambiar puntos de vista y demostrar hacia la opinión pública estatal, nacional e internacional, que no todo lo que viene del sector forestal está mal, generemos un diálogo entre los actores sociales de la región, es urgente.

Concluyo, es un problema de impulsar el desarrollo integral de esas comunidades que –en muchos casos– su única opción es ser presas de los intereses del narcotrafico, con el terrible avance de la frontera agrícola, además de la pecuaria, o el saqueo de la madera.

Se necesitan recursos extraordinarios para la zona; como en toda la sierra, hay urgencia de infraestructura básica, caminos, agua potable, educación, salud, desarrollo de proyectos productivos, entre tantas demandas no atendidas.

Nuestra propuesta es que se debe impulsar de inmediato un programa integral para el desarrollo sustentable de la sierra de Petatlán. En ello tienen que entrar de manera coordinada los tres órdenes de gobierno en la zona. Por ser un tema de seguridad nacional, es el gobierno federal el que debe ser el que haga un mayor aporte de recursos públicos.

Debemos de llegar a tener más que ejércitos de soldados y policías en la zona, ejércitos de médicos, maestros e ingenieros, entre tantas otras cosas. Solo así se podrán resolver las causas estructurales que han originado este clima de persecución y de violación constante de los derechos humanos en la región.

 

P.D. Con mis sentidas condolencias a la familia Peñaloza Mojica.

P.D. En estos días tristes, también mis tardías condolencias para Karina Tejada.

P.D. Manifestémonos en un tequio ciudadano, como dice Renato Ravelo, estamos puestos.