EL-SUR

Viernes 26 de Julio de 2024

Guerrero, México

Opinión

Batalla por la bahía

Silvestre Pacheco León

Septiembre 11, 2023

Voy a la Costa Grande al encuentro del calor y la brisa del mar, de la playa, los cocos, el pescado, la familia y los amigos en el mes de la Patria para presentar mi libro Zihuatanejo, Batalla por la bahía, que refiere la lucha emprendida hace ya 23 años por el rescate de la principal belleza emblemática del puerto después de una ausencia de varios meses.
Es el mes de los temblores pero que nadie crea que por eso tratamos de alejarnos del altiplano, pues en la costa estamos acostumbrados a que la tierra tiembla casi todos los días.
Pero bueno, cada lugar tiene lo suyo, también referido a los temblores de la tierra porque de paso por Cuernavaca, en la mañana que me levanté para tener a punto el auto me encontré con la sorpresa de que parecía rociado con esa especie de espuma con la que suelen bañarse los niños y muchachos en las fiestas, y habiendo escuchado en la noche del viernes el escándalo de muchachos enfiestados, no dudé que se hubieran divertido a nuestra costa rociando los vehículos estacionados en la calle. Por eso le hice el comentario al primer vecino que me encontré queriendo saber quiénes pudieran ser los promotores del daño, pero me consoló la explicación.
–No es espuma, es ceniza, señor. Ayer el volcán emitió mucha ceniza como sucede todos los años.
Con esa explicación, ya menos inconformes Palmira y yo iniciamos nuestro camino hacia el sur.
Ya vamos sabidos y alegres de que fue Claudia la que ganó la encuesta de Morena y que seguramente continuaremos con los cambios iniciados y es una nueva etapa que vivimos los mexicanos reconociendo la valía de las mujeres para gobernar, un derecho que les asiste porque son también la mayoría de la población.
Sin lluvia ni incomodidad en el camino, vigilado a cada tramo por patrullas de la Guardia Nacional, pronto llegamos a Chilpancingo, con calor y sin lluvia que se anunciara.
Como siempre que tengo oportunidad camino por las calles del Centro esperando encontrarme alguien conocido, ahora me sorprendió que hubiera tan poca gente caminando, incluso en el populoso andador de la Zapata. Chilpancingo ante la violencia asesina que aleja de sus calles a la mayoría de la población busca en sus casas la protección que no tiene fuera de ella.
Hasta las banquetas que rodean la Alameda lucen desoladas, aislada de los peatones por las obras de remodelación que serán una revelación porque nadie ha tenido la oportunidad de conocer los planos y menos los nombres de los remodeladores.
Pero sin duda que eso es pecata minuta frente al enorme reto de la construcción del relleno sanitario que se ha iniciado muy cerca de la capital para dar servicio a Chilpancingo y Tixtla en las inmediaciones del municipio de Zumpango y Chilapa, donde los pobladores de Matlalapa se están inconformando.
La historia descrita en este periódico sobre esa obra habla de un proyecto que desde hace años se ha querido concretar y ahora el gobierno municipal y estatal lo están retomando acicateados por la exigencia de cumplir con las normas ambientales derivadas de la Constitución y que obligan a las autoridades para que se cumpla el derecho de los mexicanos a disponer de un ambiente sano.
Pero eso no obsta para desatender la oposición del grupo de lugareños de Matlalapa y Zumpango a quienes se podría ofrecer empleo en el relleno y un papel de vigilantes para asegurar que en el destino final de los residuos y el manejo de los lixiviados no se cometan irregularidades.
Norma Otilia tiene hoy la responsabilidad de ser ejemplo de las ventajas que tiene dejar el gobierno en manos de las mujeres para darle continuidad al cambio y si hemos de reconocerle la iniciativa para resolver de raíz el problema de la basura, con la misma energía que ha destinado para poner cierto orden en el uso de la vía pública, nos gustaría verla educando a la población para que aprenda a separar su basura, porque eso sería una manera de quitarle presión al relleno que ya se proyecta.
Después de nuestra crítica sana y científica proseguimos nuestro camino habiendo satisfecho el apetito voraz del pozole chilpancingueño, las piezas de pan empanochadas, los tamales y el atole.
Nuestra única queja en el camino a la costa sigue siendo el precio del peaje que cada vez está más caro, como si los precios fueran fijados por los cobradores de las casetas.
Nos reconforta el buen estado de la carretera, aunque no podemos decir lo mismo del servicio y la limpieza e higiene de los sanitarios, aunque mejora nuestro ánimo el libramiento de lujo que conecta las dos costas en Bajos del Ejido.
El espectáculo del lomerío que en este tiempo luce pintado de verde con su diversidad de plantas y árboles que en partes parecen sumergidos en el azul del mar.
Un nuberío corona el azul de los cerros de color blanco y parece que quisiera adueñarse del espectáculo que ven nuestros ojos.
En lo particular observo que abundan los sembradíos de maíz, donde antes se contaban terrenos baldíos, ya a punto de espigar, sin faltar el cultivo de ajonjolí que le da siempre un toque distintivo a la costa en su época de floración y nos habla de la laboriosidad de sus sembradores.
Voy haciendo el recuento de lo que se mira en el camino hasta Zihuatanejo mientras confirmo que tengo un espacio dentro de la programación cultural del Ecotianguis para la presentación de mi libro Zihuatanejo, Batalla por la bahía.
A eso vengo en este viaje relámpago con mi cargamento de libros que mis amigos Gustavo Gordillo que escribe para La Jornada y El País, Heriberto Gaxiola, ex presidente perredista de Etchojoa, Sonora, que vivió un tiempo en Zihuatanejo, y Kent Peterson, periodista de Albuquerque Nuevo México que escribe para varios periódicos, me hicieron favor de comentar.
Para la presentación elaboré un cuestionario de 21 preguntas con el objeto de que el público me hiciera favor de contestar sobre el conocimiento que cada uno tiene de la bahía. Tomando en cuenta esas respuestas me complací en regalar varios ejemplares y anoté las intervenciones, comentarios y elogios.
La presentación de Batalla por la bahía fue la oportunidad para reunirnos muchos de mis amigos y compañeros quienes en la euforia del encuentro estuvimos de acuerdo para emprender la Tercera época de la revista Costa Libre, publicación que nos dio identidad política e intelectual allá en los lejanos años de 1980.
Listos para afrontar las nuevas batallas que implican la continuidad del cambio democrático en el país, el estado y el municipio.
El mismo día que llegamos a Zihuatanejo el noticiero de la radio daba cuenta de que un poco después de la una de la tarde un temblor leve había tenido su epicentro en Coyuca de Benitez que es la entrada para la costa.