EL-SUR

Jueves 25 de Abril de 2024

Guerrero, México

Opinión

Benjamín Labatut: la ciencia, la literatura y la historia

Adán Ramírez Serret

Octubre 23, 2020

Uno de los privilegios de ser mexicano es compartir la patria con Alfonso Reyes. No sólo era un virtuoso escritor sino un pensador con ideas literarias del tamaño de los más grandes que podamos pensar. Sin duda me vienen a la mente Jorge Luis Borges o George Steiner. Pero, ¿qué es un pensador? Y en específico, ¿qué es un pensador literario?
Alfonso Reyes, en una de sus taxonomías literarias, en una de sus catalogaciones, hablaba de la Literatura Ancilar, (del latín Ancilla, esclava, sierva [RAE dixit]). ¿A qué se refería? Hablaba de aquellos libros que son literatura sin querer serlo, sin tener una intención artística. Sirvan dos ejemplos: las enciclopedias brillantes, como la hecha por Diderot y compañía o La enciclopedia británica; o Cazadores de microbios, el célebre y clásico libro de Paul De Kruif.
Son obras que se leen con fascinación por la claridad en el tema y por el placer de descubrir, leer y escribir. Hacen literatura sin quererlo, son esclavas de un tema, la ciencia o el conocimiento, pero se transforman en obras de arte.
Es precisamente en lo que pienso cuando leo Un verdor terrible, del cosmopolita autor Benjamín Labatut (Países Bajos, 1980) quien vivió en La Haya, en Buenos Aires y finalmente en Chile, por lo que escribe en español.
Es una obra justamente inclasificable si no fuera por Alfonso Reyes. La cual podemos leer como una novela por la sencilla razón de que en este género cabe todo. Y porque está escrita de manera magistral.
Un verdor terrible es un viaje por la historia reciente de occidente y por la ciencia moderna. Se trata de una especie de delirio metafísico en donde cuenta el origen, el desarrollo y las consecuencias desgarradoras y trágicas del azul de Prusia, la relatividad y la física cuántica.
Labatut tiene el extraño talento en donde se conjuntan dos inteligencias que usualmente no conviven: la científica y la literaria. Por eso es capaz de hacer una relectura original y apasionada de la Primera y Segunda Guerra Mundial, a la vez que explica un descubrimiento científico. La ciencia está llena de pasión, de muertes y sangre.
Para hablar del azul de Prusia nos internamos en la historia que hemos leído miles de veces del ascenso del nacionalismo alemán y de Adolf Hitler. Labatut nos demuestra que la historia siempre debe ser releída para no crear falsos mitos y descubrir y crear a los personajes. También humaniza la ciencia y la historia por medio de la literatura, pues descubrimos que fueron personas de carne y hueso quienes hicieron descubrimientos brillantes. Y que muchas veces les costó la soledad y la muerte.
El caso, por ejemplo, de uno de los pioneros de la física cuántica, Karl Schwarzschild, de quien Labatut nos dice: “Estaba convencido de que las matemáticas, la física y la astronomía constituían un solo saber, que debía ser comprendido como un todo”; en medio de la Segunda Guerra Mundial, con un pie en la tumba no sólo porque se encontraba en una trinchera sino porque un cáncer que desconocía lo devoraba, Schwarzschild fue capaz de responder a Albert Eins-tein y descifrar la ecuación de la teoría de la relatividad que le había tomado años.
Un verdor terrible es una especie de divulgación científica e histórica que se vende como una novela, y lo es, pues hay personajes e inicio y desarrollo de una trama.
Labatut tiene un talento excepcional para contar, para reflexionar sobre los seres humanos y la ciencia, y cuando lo hace, de alguna forma entendemos la relatividad y la física cuántica.

Benjamín Labatut, Un verdor terrible, Barcelona, Anagrama, 2020. 141 páginas.