EL-SUR

Martes 23 de Abril de 2024

Guerrero, México

Opinión

Brasil a un mes de las revelaciones de Glenn Greenwald

Gaspard Estrada

Julio 10, 2019

 

Hace un mes el periodista norteamericano Glenn Greenwald y su equipo del sitio de noticias de investigación The Intercept Brasil, lanzaron una bomba periodística: la operación de lucha contra la corrupción Lava Jato, dirigida desde la ciudad de Curitiba por el procurador Deltan Dallagnol y el juez Sergio Moro, tenía por objetivo evitar el regreso al poder del ex presidente Luis Inácio Lula da Silva y evitar que su sustituto, Fernando Haddad, gane la presidencia de la República. Con tal objetivo, contrariamente a lo dispuesto en el código penal brasileño, y a lo que se puede esperar de una justicia imparcial, el juez se volvió juez y parte, asumiendo tareas de la acusación: es decir, Moro orientaba las investigaciones de los procuradores, manipulaba los tiempos de la instrucción, exigía cambios en el proceso, dirigía la estrategia de comunicación de la operación, e inclusive demandaría el reemplazo de una procuradora que no lo satisfacía.
Si bien desde el principio de la operación Lava Jato, los abogados de Lula y una parte de la comunidad jurídica brasileña habían denunciado la falta de imparcialidad en el proceso en contra de Lula, era imposible saber hasta qué punto Moro definía los rumbos de este juicio. Con estas revelaciones, el discurso de Moro y de los procuradores de Lava Jato cayó por tierra a los ojos de la prensa internacional. Conforme los periodistas de The Intercept fueron publicando más información, confirmando la conspiración de los procuradores en contra del fundador del Partido de los Trabajadores (PT), los artículos sobre la “caída del héroe de la lucha contra la corrupción” se multiplicaron, así como editoriales de columnistas y editorialistas. Sin embargo, a pesar de esta nueva realidad, el presidente Jair Bolsonaro no cesó a su ministro de Justicia, sino que se ha acercado políticamente a él. El pasado domingo, Bolsonaro fue a la final de la Copa América acompañado de Sergio Moro, dando muestra de esa cercanía. En efecto, en las encuestas de opinión, Sergio Moro sigue siendo el ministro más popular del gobierno –inclusive por encima del presidente–, de tal suerte que mantenerlo en el gabinete es importante para Bolsonaro, que ha perdido más de la mitad de su tasa de aprobación desde que tomó posesión el primero de enero del 2019, al menos por el momento. En el último mes, Sergio Moro ha perdido más de 10 por ciento de opiniones favorables, y la multiplicación de pruebas en su contra durante los últimos días nos hace pensar que podría perder más adeptos en las próximas semanas. De tal manera que conforme Sergio Moro continúe su proceso de deshidratación política, es posible que se vuelva políticamente dependiente del presidente brasileño.
Claramente, después de un mes de revelaciones de parte The Intercept, las condiciones políticas para que Lula pueda salir de prisión han mejorado sustancialmente, al tiempo que la situación de Bolsonaro y de Moro se ha degradado. Sin embargo, a pesar de esta circunstancia, todo indica que el presidente de extrema derecha va a continuar con sus políticas, e inclusive existe la posibilidad que esta situación se agrave. De hecho, a partir de la publicación de los mensajes de texto y audio por parte de Glenn Greenwald, este último ha comenzado a sufrir una campaña de desprestigio en las redes sociales, y la policía federal, junto con la unidad de inteligencia financiera de la secretaría de Hacienda de ese país, han lanzado “investigaciones” para buscar eventuales movimientos “atípicos” en las cuentas bancarias de Greenwald. De tal suerte que el gobierno está usando los métodos típicos de regímenes autoritarios para presionar a Glenn Greenwald. El problema para Bolsonaro y Moro reside en el poder y en la legitimidad de Greenwald como periodista, ganador de un premio Pulitzer por su trabajo junto con Edward Snowden en la revelación del espionaje de la NSA de Estados Unidos en el mundo. Las próximas semanas serán decisivas para el futuro político de Brasil.

Twitter: @Gaspard_Estrada

* Director Ejecutivo del Observatorio Político de América Latina y el Caribe (OPALC), con sede en París.