¡No a las balas del gobierno!

El voto de 17 millones 410 mil 742 de británicos a favor de la salida del Reino Unido de la Unión Europea, el llamado Brexit, sometió a una sacudida al sistema financiero que golpea al sistema bursátil y al tipo de cambio en todo el planeta; en otras palabras se ha presentado un sismo en el capitalismo mundial que deja muchas cuarteaduras y le descapitaliza y devalúa sin que prácticamente nadie pueda escapar a ello.
El bloque de mayor estructura por el número de países (28), el principal por su condición de pionero que fue marcando las pautas de lo que significaría este reagrupamiento para salirle al paso al nuevo umbral de las competencias propias de la era digit@l, ahora se retrae porque esta asociación de libre comercio no le está asegurando su mejor dinámica económica y sí en cambio le representa compromisos que le merman.
El capitalismo atraviesa por un entrampamiento financiero en donde todos deben en proporciones no menores. El Reino Unido, por ejemplo, se coloca con un endeudamiento alrededor del 90 por ciento de su PIB, una proporción nada cómoda y si le preocupa pertenecer a un bloque que su promedio de deuda sea superior al propio pues le ancla en un contexto que no favorece su “soltura” y he aquí la paradoja del punto, pues se supone que los bloques de libre comercio asegurarían la dinámica de los intercambios en todos los órdenes, máxime en este modelo ejemplar en el que incluso se concedió el libre tránsito de la fuerza de trabajo y se perfiló la unificación monetaria para terminar de sellar la unidad más allá de cualquier acuerdo de cooperación o trato preferencial. El Reino Unido encabezado por Inglaterra nunca entró hasta allá y sin embargo.
Aquí surge un par de cuestiones, por un lado, nos colocamos ante una revelación de las dificultades que enfrenta la dinámica económica de los países más avanzados del planeta a la vez que se desvelan las limitaciones del otrora paradigma de la era digital con lo que nada ni nadie puede con la dinámica impuesta por el sistema financiero de acrecentar la deuda y reducir la dinámica del crecimiento económico, lo que invita a las naciones a deshacerse de todo lastre aunque este sea el elemento con el que apalancó su última etapa de oro. La otra cuestión es que cuando uno de los titanes se enfurece, en su desesperación coletea sacudiendo las aguas y golpeando en seco a los más próximos sin dejar de mover la circunstancia de los más remotos que en la era global ya no existen.
Este desprendimiento de la Unión Europea debilita al bloque y debilita al país o en este caso, serie de países que se desprenden, pero también debilita a sus principales socios comerciales que al ser los países más importantes del planeta se traduce en una afección generalizada pues al fin de cuentas los países menos relevantes están relacionados con alguno de los socios. Todos están relacionados y todos salen afectados porque el capital es una relación social así como el valor y cuando se afectan las reglas del juego se afectan las relaciones, las confianzas y por tanto los valores. Si la fábrica y la moneda equivalente, se desprenden del bloque que abonaba en su fuerza y valor equivalencial entonces la fábrica reduce sus posibilidades y su moneda también.
Aquí se demuestra el viejo axioma de la crítica de la economía política donde se prueba que las mercancías no tienen valor en sí, de tenerlo no habría porqué afectarse. Otros piensan que son las expectativas racionales, otros las curvas de la oferta y la demanda pero cualquiera que sea su amparo explicativo el hecho es que se da una descapitalización.
México a través de la Secretaría de Hacienda ipso facto determinó otro recorte al gasto público ahora por 31 mil millones de pesos afectando los alcances sociales del presupuesto donde sale a relucir quiénes son en última instancia los afectados, que en realidad lo son de primera instancia. Los trabajadores y sus familias, los no trabajadores también por la depreciación de la moneda equivalencial, en este caso el peso, y lo son también los patrones, que día a día ven mermar las bases de su actividad sea por el deterioro de las bases de producción (desfasamiento progresivo de las capacidades de la fuerza de trabajo, sea por el incremento del costo de insumos, materias primas o equipo, maquinaria y refacciones) o de los términos de intercambio.
El Estado se debilita, la economía se debilita, las personas nos debilitamos en accesos y oportunidades, mientras el discurso de una economía sólida y debidamente blindada por la austeridad y el retroceso se mantiene bajo el adagio de que una mentira por fuerza de repetirse se vuelve verdad. La entelequia de que una economía tiende al equilibrio apretando las tuercas, del gasto y la inflación patina en clara prueba de falta de imaginación y voluntad política, la ignorancia nos tiene postrados frente al entrampamiento financiero y la congestión productiva, que ya no estancamiento estabilizador, eso era antes, ahora los problemas en el mundo y en el interior de los países son mucho más graves por cuanto no destraban el ritmo de crecimiento bajo ninguna fórmula, ni en bloques ni sin ellos, ni con auxilio monetario ni sin él, ni con deuda ni con nada y todavía… en todo caso ya es estancamiento desestabilizador pero en lugar de esta irónica descalificación prefiero caracterizarlo como entrampamiento financiero y la congestión productiva.
Los maestros de la CNTE surgieron como consecuencia del debilitamiento del Estado para darle continuidad al pacto de respaldo que habían procesado en el SNTE y la FSTSE dentro del marco corporativo del que se había dotado el Estado gobernante para su funcionamiento pero este modelo que tantos alabos arrancó en su momento dejó de funcionar ante la incapacidad de madurar el proceso de industrialización del país y el arribo del periodo de liberalización comercial que envolvió al mundo en la década de los 1980.
Se dejó de cumplir con las prerrogativas y prebendas pactadas y todas las organizaciones sufrieron la rebeldía de importantes segmentos de sus agremiados enarbolando la democratización como correctivo de fondo y de ahí, 1980 a la fecha, han sostenido una batalla que ahora liga a dos generaciones. El gobierno se ciñe al recetario de reformas estructurales dictado desde los organismos financieros internacionales bajo el prurito de las competencias y la tecnocratización de la educación como una verdad que siempre debió de haber sido cuando sólo es expresión del dogma de la nueva modelística del libre comercio que ahora hace agua entre sus más conspicuos protagonistas
Lo más delicado es que de esto no hay prueba de cabal entendimiento de sus operadores y recurren no sólo al juego simple del axioma de una educación “extraña” a la historia y particulares necesidades de un país como México (Claudio X. González propondría lo mismo en cualquier país) sino que recurren a la cancelación de derechos y a la represión para imponerse frente al rechazo a la reforma educativa que por principio de cuentas les somete a una ruta de evaluación como ardid para cuestionar su permanencia. Efectivamente la reforma educativa está hecha para eliminar a los maestros disidentes y no, a la vez que darle como contenido los sentidos de pragmatismo para la productividad así a secas, competencia excluyente y despolitización como medio de control lo cual implica llevar a los sindicatos a la condición de direcciones de control de personal sin más.
Esta es una muestra de lo inviable de las reformas estructurales que sólo han acrecentado los problemas, de la incapacidad del Presidente para dar un trazo inclusivo a la solución de conflictos amén de no entender las exigencias del desarrollo nacional inscrito en esta averiada globalización.

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