EL-SUR

Viernes 19 de Abril de 2024

Guerrero, México

Opinión

Campañas locales

Arturo Martínez Núñez

Febrero 13, 2018

Terminaron oficialmente las precampañas a la Presidencia de la República. Entramos a un impasse donde nadie sabe bien a bien qué ocurrirá. No puede haber ya actos públicos, pero seguramente las distintas coaliciones habrán de encontrar la manera de seguir activos y en la atención pública y mediática.
Hay un factor que no se ha discutido suficientemente: el papel que jugarán las campañas y candidaturas locales concurrentes en el proceso nacional. El 1 de julio, además del presidente de la República, los mexicanos elegiremos a 500 diputados federales, 128 senadores, mil 596 ayuntamientos, 16 alcaldías en la Ciudad de México, 972 diputados locales, ocho gobernadores y un jefe de gobierno de la Ciudad de México.
Hay quienes piensan que la elección mayor “jala” a las elecciones menores, por ejemplo, si Andrés Manuel López Obrador obtiene la mayoría en la elección presidencial, esto en automático empujará a sus candidatos a gobernadores, diputados y alcaldes. Esta hipótesis es parcialmente cierta. Efectivamente, el envión de lanzamiento que supone una campaña presidencial fuerte, sitúa a los compañeros del candidato presidencial fuerte en una importante posición de salida. Si por el contrario, el candidato presidencial es débil, muy probablemente comprometerá al resto de las candidaturas de su partido o coalición.
Bajo esta perspectiva, hay quienes piensan que el tirón de la elección presidencial es suficiente para que, sin importar la competitividad de los candidatos locales, se obtengan triunfos gracias a la inercia mayor. Cierto político guerrerense alguna vez comentó –en la época de mayor fuerza del PRD– que si el partido postulaba a una vaca, la vaca resultaría electa. Hoy este aforismo es absolutamente falso. La competencia ha llegado para siempre y ningún partido ni coalición tienen garantizado el triunfo.
En Guerrero, Andrés Manuel López Obrador ha triunfado en los dos intentos en que ha competido por la Presidencia de la República: en la elección del 2006, López Obrador obtuvo 507 mil votos mientras que los candidatos al Senado alcanzaron 440 mil votos (67 mil menos) y los candidatos a diputados federales 452 mil sufragios (55 mil menos).
En 2012 por primera vez coincidieron las elecciones federales con las locales. López Obrador obtuvo 660 mil votos, mientras que los candidatos al Senado y a diputados por la misma coalición lograron 663 mil votos (3 mil mas que el candidato presidencial). En los ayuntamientos, los candidatos de la coalición de AMLO lograron 627 mil votos (33 mil menos que AMLO) y los candidatos a diputados locales 582 mil sufragios (78 mil menos).
Esto significa que los candidatos locales cuentan y cuentan mucho. Buenos candidatos pueden empujar al candidato presidencial y malos candidatos no necesariamente resultan beneficiados del tirón de la candidatura mayor.
No es verdad que si se postula a cualquiera, cualquiera ganará. A los electores les interesa mucho su elección local. Les interesa saber quién será su alcalde o alcaldesa.
Todas las encuestas dicen que López Obrador volverá a ganar con amplitud en Guerrero. Sin embargo eso no garantiza que ocurra lo mismo en el resto de candidaturas postuladas por la coalición Juntos Hagamos Historia. La victoria en cada ayuntamiento y en cada distrito local y federal, dependerá del desempeño y de la competitividad de las mujeres y hombres que sean postulados.
El proyecto de nación y el movimiento que encabeza López Obrador, requiere de mujeres y hombres que empujen el proyecto y no candidatos débiles y poco competitivos que pretendan colgarse de él. López Obrador necesita que los candidatos de la coalición Juntos Hagamos Historia, expliquen su proyecto, convenzan a los no convencidos y debatan cada mito y mentira. Es necesario disputar la guerra sucia a ras de tierra, ayudar a consolidar y supervisar la estructura electoral. Cada candidato debe de ser un mariscal en su territorio, garantizar que se cumplan las metas de promoción y votación y construir coaliciones locales que permitan formar mayorías amplias. Hay que debatir en los medios locales, impulsar proyectos de desarrollo y políticas públicas que traduzcan las grandes líneas del programa nacional en acciones de beneficio local.
AMLO necesita que los cientos de candidatos a las diputaciones federales y locales así como los candidatos y candidatas a alcaldes, se conviertan en motores que impulsen su proyecto y no en lastres que intenten colgarse de él para lograr posiciones.