EL-SUR

Miércoles 24 de Abril de 2024

Guerrero, México

Opinión

LA POLÍTICA ES ASÍ

Campo y desarrollo económico

Ángel Aguirre Rivero

Febrero 21, 2020

No obstante que Guerrero posee un potencial y una riqueza turística como muy pocos estados de la República, debemos perseverar en el desarrollo del campo, de tal manera que nuestra economía se sustente en un trinomio agricultura-ganadería-turismo.
¿Qué significa esto?, que los requerimientos de nuestra actividad turística los provea nuestra ganadería y campo.
Es triste y lamentable cuando uno pregunta de dónde proceden la mayor parte de los productos agrícolas, cárnicos y lácteos, resulta que vienen de otras entidades del país.
¿Qué hacer?, otorgar un verdadero impulso a nuestra ganadería para evitar la salida de miles de becerros que año con año, son trasladados al norte del país para su engorda complementaria o final.
Disponer de un rastro frigorífico con todos los avances tecnológicos para que los ganaderos locales cuenten con un centro de acopio que les garantice mejores utilidades.
Es lamentable decirlo, pero al final de mi segundo mandato dejamos casi concluido un rastro TIF para Acapulco, mismo que hasta la fecha no ha sido puesto en funcionamiento ante la incapacidad de la autoridad municipal para buscar un esquema de rentabilidad social que beneficie a los consumidores y a los ganaderos.
Guerrero podría ser uno de los estados con mayor producción agrícola y ganadera en el estado. Pero es un sueño que no hemos logrado concretar.
En nuestra entidad existen nueve presas, cinco distritos de riego ubicados en Costa Chica, Zona Norte, Tierra Caliente, dos en la Costa Grande (Nexpa y Atoyac), y con un millón 357 mil 527 hectáreas de agricultura y pastos, están dada las condiciones para convertirnos en granero de la nación.
La realidad es diferente: las zonas rurales de la entidad presentan los mayores índices de pobreza y de sus entrañas han surgidos movimientos sociales y guerrillas.
Guerrero, con sus cinco distritos de riego alimenta 19 mil 881 hectáreas de las casi 100 mil que se proyectaron originalmente y benefician a casi 7 mil productores; en tanto que Michoacán, con 8 distritos, abastece 199 mil 23 hectáreas, beneficiando a casi 43 mil productores. La subutilización de esta infraestructura en nuestra entidad puede tener diversas explicaciones: una de ellas, es que hemos preferido los caminos de la lucha social y abandonado el surco. Por eso tendríamos que repensar si es suficiente el reclamo y la movilización para activar nuestra producción agrícola.
Si bien es cierto que lideramos en la producción de algunos insumos, también lo es que nuestra agricultura es de temporal y no se ha tecnificado.
Debemos entender y resolver la compleja realidad del campo guerrerense, ya que, en vez de exportar productos agrícolas, trasladamos jornaleros a las zonas productivas del país y del vecino país del norte.
El azote de la violencia agudiza esta crisis en el campo, desplazando a miles de familias.
El efecto de los fenómenos naturales como ciclones o sequías, así como incontrolables incendios que erosionan las tierras, agravan la situación.
Los productores de los estados del norte, pese al déficit de agua que enfrentan, exportan jitomate y aguacate, por ejemplo, y en sus procesos de trabajo incorporan tecnologías. Esto no ocurre en Guerrero porque nuestros campesinos son pequeños productores y les es difícil acceder al financiamiento.
Con la llegada del nuevo gobierno federal se redefinen los presupuestos y las políticas públicas para el sector, desaparecen programas y llegan otros. Pero algo es claro: el esquema paternalista, los subsidios y el asistencialismo no dieron resultado.
El general Lázaro Cárdenas del Río a través de la Comisión del Balsas sentó las bases del desarrollo agrícola y ganadero en ocho entidades del país, sin embargo, no todos aprovecharon el impulso de la revolución verde que impulsó ese presidente.
Por eso creo que, para promover el desarrollo social y económico de Guerrero, debemos continuar con el proyecto cardenista, proseguir con el proyecto carretero que comunique la carretera del Pacífico, así como apostar por la asociación, financiamiento y capacitación de los pequeños productores.

Del anecdotario

Fidel Guillén Cisneros nació con grandes facultades en el deporte del boxeo.
Había sido campeón de los Guantes de Oro en Acapulco y decidió probar suerte en la Ciudad de México.
Su precaria situación económica y la falta de apoyo de su padre, lo llevó a tocar puertas en un departamento que rentábamos en la colonia Villa de Cortez varios paisanos de Ometepec, que estudiábamos para alcanzar una carrera a nivel profesional.
Por ser amigo de infancia le dimos asilo sin que pagara un solo peso de renta, y lo alentábamos a que diera continuidad a su carrera boxística, dada las grandes facultades que poseía.
Sin embargo, la falta de recursos y una mala alimentación (pues “Fidelito” como cariñosamente le llamábamos en ocasiones no comía, o si acaso una telera con plátano y agua se convertía en la base de su alimentación).
Un día me pidió que le ayudara a conseguir un empleo pues ya estaba desesperado por la falta de recursos para subsistir, por lo que me atreví a buscar a un paisano que trabajaba en el gobierno del Distrito Federal.
Se trataba del ingeniero Tayde Zamora, quien ocupaba un cargo de mediano nivel. Decidimos anunciarnos para ver si el paisano nos podía ayudar. Tuvimos tan buena suerte que el ingeniero Zamora de inmediato nos atendió.
Le expliqué la situación de “Fidelito” y de las grandes facultades que poseía, por lo que el ometepequense sin más preámbulo decidió incorporarlo a los pocos días a esa dependencia y no sólo eso, al platicarle la historia de “Fidelito”, se conmovió y sacó un billete de cien pesos para obsequiárselo… “Fidelito” me buscaba con la mirada como pidiendo mi aprobación: tomaba o no el dinero que le estaban ofreciendo… Le hice una señal que los tomara.
Salimos felices de la reunión y en la planta baja del edificio había un negocio de caldos de pollo Zenón, por lo que de inmediato y como muestra de su gratitud me pidió que degustáramos de estos caldos que cuando estás jodido te saben más sabrosos.
El gesto del ingeniero Zamora sirvió para que yo nombrara a éste (con el paso de los años) director general del Fideicomiso Industrial de la ciudad de Iguala. Y desde entonces nos hicimos grandes amigos.
Hoy “Fidelito” está a punto de jubilarse del gobierno del Distrito Federal, hoy Ciudad de México, lo mismo que de la Secretaría de Salud, donde lo incorporé años más tarde.
Fidel vive hoy tranquilo gozando de sus hijos y nietos y de su amada esposa, quien lo acompaña en esta hermosa travesía.
Cuando evocamos los recuerdos, coincidimos todos que “Fidelito” hubiese llegado a ser campeón mundial. pero la vida le negó esta oportunidad, como a muchos guerrerenses.
No obstante, “Fidelito” vive feliz y logró formar una familia con principios y valores. Para mí, como para muchos de los amigos que lo conocen, seguirá siendo el “campeón sin corona”.
La vida es así…