EL-SUR

Jueves 18 de Abril de 2024

Guerrero, México

Opinión

Carmen Boullosa y la reescritura de la vida

Adán Ramírez Serret

Noviembre 13, 2020

Carmen Boullosa (Ciudad de México, 1954), es una de las escritoras más importantes de México, no sólo por lo prolijo y bello de su obra, que toca la novela con Duerme o El libro de Ana, entre al menos diez más; la poesía con Hamartia o Hacha o La patria sin nombre, también con una veintena más de libros de poesía, y por si fuera poco, también ha escrito teatro y ensayo.
Y si esto no fuera suficiente, Boullosa ha sido una figura clave en el mundo de la literatura en español. Contemporánea y compañera de Verónica Volkow y Roberto Bolaño y un pilar de erudición y generosidad para cualquier persona que se aproxime a la literatura en México.
Así, Boullosa, liberal y feminista antes de que estuviera de moda –y ahora más, por supuesto–confronta al mundo con su más reciente novela, atiborrada de prosa poética, El libro de Eva.
Eva, “madre de los vivientes o dadora de vida”, del hebreo “Hava=vida”. La relación etimológica entre respiro y vida es prodigiosa desde mi punto de vista.
A pesar de que el origen de la palabra está cargado de belleza, no así el personaje bíblico del Génesis, pues ella es quien prueba el fruto prohibido, la manzana y el conocimiento y lo que hace que Adán y Eva sean expulsados del Paraíso.
Es la mala del libro de los libros y no está mal preguntarse si acaso no es uno de los más grandes orígenes de la misoginia.
Por su parte, el significado de Adán en español no es tan halagüeño –lo descubrí una tarde durante la primaria en un diccionario y me quedé sorprendido sobre lo que significaba mi nombre– pues quiere decir hombre desaliñado, sucio o haraposo. Hombre apático y descuidado.
La etimología dice otra cosa: hecho de tierra roja, por estar hecho de barro, del color de la arcilla. Y ya si vamos a la Biblia, “I. Corintios 15:45. Así también está escrito: El primer hombre, Adán, fue alma viviente, espíritu que da vida”.
Por eso dice el Génesis sobre Eva: “Esto, por fin es hueso de mis huesos y carne de mi carne. Esta será llamada mujer porque del hombre fue tomada”.
Carmen Boullosa hace uso de la literatura de la manera más certera: reinventa el mundo. Reescribe la historia, la toma desde un punto de vista que hasta antes de ella pocas veces se había visto: le da la palabra a Eva y cuenta la versión de los mitos, de los hechos si se quiere, desde el punto de vista de una mujer conocida por todos, personaje de muchos e inspiración de poemas, pero nunca escuchada.
Como lo dice Juan en el Evangelio: “En el principio la Palabra era, y la Palabra estaba con Dios, y la palabra era un dios”. Además de la belleza intrínseca de estas líneas, podemos ver el poder de creación y transformación que tiene el lenguaje. ¿Qué pasaría si se reescribe el mito y ahora escuchamos a Eva?
Así, Carmen Boullosa se mete en la piel de Eva y comienza a reescribir la historia que siempre nos hemos contado. Pero ahora no es el libro de los hombres, el libro de Adán, como ella dice, sino papeles redactados por Eva, literatura que nunca necesitó otra costilla y que siempre ha existido por sí misma, sólo que pocas veces se ha contado la historia, los mitos, el sexo, desde los ojos de Eva. De la vida.
El libro de Eva es un libro feminista desde adentro. Es una explicación y una extraordinaria novela sobre el poder del mito que, como decía Claude Levi-Strauss, no somos nosotros quienes nos explicamos a través de él, sino los mitos a través de nosotros.

Carmen Boullosa, El libro de Eva, Ciudad de México, Alfaguara, 2020. 331 páginas.