EL-SUR

Jueves 25 de Abril de 2024

Guerrero, México

Opinión

LA POLÍTICA ES ASÍ

Caso Iguala: la verdad se abre paso

Ángel Aguirre Rivero

Julio 24, 2020

En una entrevista que concedió el subsecretario de Gobernación Alejandro Encinas, al periodista Genaro Villamil en el programa especial Ayotzinapa, los primeros resultados, se abordan nuevas directrices en la investigación por la desaparición de los normalistas.
Encinas, responsable de la Comisión para la Verdad y el Acceso a la Justicia para el caso Ayotiznapa, advierte que aquella PGR realizó una pesquisa sobre bases manipuladas.
El subsecretario le dijo a su entrevistador que la “verdad histórica” se fabricó para dar carpetazo al caso, pero también para desacreditar políticamente a un gobierno opositor.
Para consolidar esa tesis, es necesario aclarar por qué en esa “investigación” se involucraron otras áreas del gobierno federal, quiénes participaron y bajo órdenes de quién.
Para mí la conclusión es clara: nunca hubo perdón desde que yo dejé el PRI. Alguien tenía que caer, y eligieron al gobernador de Guerrero para tratar de frenar la presión social por la desaparición.
Alejandro Encinas reiteró ante Villamil, cómo fue desechada por completo la investigación que realizó el procurador Iñaki Blanco durante los diez días que la federación estuvo ausente, a diferencia de la Procuraduría de Guerrero, que logró rescatar a más de 60 jóvenes en esa noche infausta. Hoy se reconoce que el trabajo que hizo la Procuraduría de Guerrero sentó bases firmes.
Ahora se sigue la línea de la actuación (por participación u omisión) de la Policía Federal, del Ejército y otros cuerpos policiacos.
Tengo la convicción que en las semanas y meses siguientes se resolverán muchas dudas y se hará justicia.
Se acerca el tiempo de cerrar un episodio que estremeció al mundo y ensombreció a Guerrero.
La verdad se abre paso.

Del anecdotario

Reencuentros.
En estos días de confinamiento vale la reflexionar sobre lo que hemos sido y por dónde hemos caminado.
Descubrir talentos que estaban escondidos, leer todo lo que se pueda y escuchar buena música para deleitar el alma.
Ante los nuevos escenarios, debemos acostumbrarnos al uso de las plataformas digitales para no perder contacto con nuestros seres queridos.
A veces nos resistimos al uso de estas herramientas porque creemos que es muy complicado y no es así.
La pandemia también nos ha servido para reencontrarnos con las personas que más estimamos.
Al inicio de esta semana varios amigos de Ometepec celebramos nuestra primera reunión virtual; fue maravilloso platicar y ver a mis hermanas y hermanos luego de meses de no vernos.
Hace unos días, por iniciativa de mi amigo y compadre Juan José Guillén establecimos un chat con quienes estudiamos juntos la secundaria. Para mí, la etapa más hermosa de mi niñez y adolescencia.
En el reencuentro se inscribieron más de 25 compañeros que tenía muchos años de no saber de ellos ni qué destino habían tomado.
Mi querido Pedro Montes Carmona se ha jubilado del Ejército con el grado de coronel, lo mismo que mi amiga Lourdes Solano, con quien disputábamos los primeros lugares de aprovechamiento y con quien formamos parte de la escolta. Lula como cariñosamente le llamamos, estudió la carrera de enfermera militar y hoy disfruta de la tranquilidad en su hogar.
Guadalupe Palacios Vargas (hija de uno de los hombres más prominentes de aquellos años), nunca perdió su sencillez y calidez por lo que se ganó el cariño de todos y todas sus compañeras. Hoy Lupita vive en Kansas City, pero el amor por su tierra jamás lo ha perdido.
María de Lourdes Rivera López, hija del fotógrafo historiador de nuestro pueblo don Pepe Rivera, decidió quedarse en el terruño al frente del hotel que sus padres construyeron con mucho sacrificio. Malu como le llamamos, recogió el legado del tío Pepe y ha publicado algunos libros y exposiciones de nuestro amado Ometepec.
Juan José Guillén Apreza Juanjo, estuvo poco más de un año en la carrera de médico militar y descubrió que su vocación era ser contador público; vive en Ometepec y ha sido el mejor director del Instituto Tecnológico Regional. Con Juanjo éramos vecinos y disfrutábamos ir a la huerta de mangos de sus padres, que resultaban verdaderos agasajos. Alguna vez que lo invité al rancho de mis padres El Pantano, montamos un caballo que por cierto nos tiró a los dos, pues veníamos jugando en el lomo del animal hasta que nos caímos. Juanjo es un amigo excepcional.
José Castillo Quesada es médico egresado de la UNAM, jubilado del Seguro Social. Hoy aprovecha su talento para escribir cuentos y poesías de nuestra entrañable Costa Chica. Jocesito se distinguió por su gran nobleza, aún tengo presente cuando nos invitaba los juegos y refrescos con don Beto el esquimero, personaje icónico de Ometepec.
Héctor Rodríguez Polanco vive en Acapulco y cuenta con una clínica optometrista. Nunca ha perdido el sentido del humor el buen Torito.
Soledad Sánchez, estudió contabilidad y trabaja en el puerto de Acapulco. La distinguen su nobleza y gran corazón. Sus padres preparaban los mejores biuches y carne enchilada en Ometepec. Cholita nunca pierde su entusiasmo y alegría.
Celia Añorve es profesora, vive en Chilpancingo y es jubilada. Era de las más bajitas en la secundaria, mujer de lucha y muy querida por sus buenos sentimientos.
José Manuel Infante siguió su vocación por las ventas y ocupó la gerencia regional de una de las cerveceras más importantes, es apasionado de la música romántica y vive felizmente en Ayutla de los Libres.
Federico López Miranda es uno de mis mejores amigos de la infancia. Es maestro y economista, fungió como subsecretario de Planeación de la Secretaría de Educación Pública. Fue un gran acierto invitarlo a colaborar en mi segundo gobierno.
Sin duda una guía espiritual es Leobarda Álvarez. Nuestra amada Leo pertenece a la Congregación del Verbo Encarnado y lleva varios años viviendo en Madrid, España… Quien siempre nos anima con sus bellas oraciones.
Nelva López Solano, nuestra poetisa, declama magistralmente a Pablo Neruda, mujer de sensibilidad única y de corazón noble.
Thelma Díaz Valverde es una paisana de un talento inigualable. Ella decidió quedarse en la tierra prometida, se dedica al periodismo y ha elaborado algunos escritos de nuestra tierra fecunda.
Otros de mis amigos más entrañables lo es Víctor Zarco Guillén Pirul, hijo de un gran hombre apreciado en la región, don Víctor Zarco Solórzano, primo del ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, quien llegó a Ometepec hace muchos años procedente de Tacámbaro, Michoacán y se casó con la distinguida maestra María Cristina Guillén, una mujer fuera de serie, mi madrina.
Don Víctor contaba con uno de los abarrotes más importantes de la región, mismo que heredaron sus hijos Patricia y Víctor Manuel, aunque hoy están más dedicados a la librería y papelería.
A Víctor Manuel no le gustó la Ciudad de México y decidió regresar a la tierra natal, siempre fue un extraordinario deportista y un hombre entregado a su trabajo. Con él nos íbamos de paseo en bicicleta al arroyo de Talapa, lugar consentido de los ometepequenses.
Cuando se asentó por un tiempo el 48 Batallón de Infantería, don Víctor, a quien le distinguía su generosidad, alguna vez que regresaba un poco tarde con unas copitas encima, los soldados de guardia le hicieron el alto:
–¡Cabo de guardia!, ¿quién anda ahí?… Gritó un militar.
–¡Pues el que les fía las botellas cabrones! Les contestó.
–Pase usted don Víctor dijeron los soldados.
La vida es así…
Posdata: Ofrezco una disculpa por no mencionar a otros amigos y amigas de generación, espero hacerlo en nuestra siguiente entrega.
Atrévanse a vivir esta experiencia única. Los amigos son como una pócima que cura nuestras heridas y nos alegra el alma.