Marcial Rodríguez Saldaña
Mayo 25, 2017
Los personajes aparecen como fantasmas desde la penumbra en carne y hueso, se muestran como seres humanos que en minutos viven, luego mueren y vuelven a vivir. Es así como Juan Preciado –hijo de Pedro Páramo– promete a su madre moribunda –Dolores Preciado– quien le pide ir a Comala en busca de su padre desconocido, para reclamarle que los haya abandonado y exigirle todo lo que les pertenece. En el camino se encuentra con el arriero Abundio Martínez –también hijo de Pedro Páramo– quien lo guía en el camino para llegar a Comala y le dice que ahí pregunte por Eduviges Dyada, para que durmiera en su posada.
1.- Juan Preciado llega a Comala –un pueblo cercano a la ciudad de Colima– que en la novela es un pueblo deshabitado, desolado, prácticamente en ruinas, cuyas casas estaban llenas de hierbas. Encuentra a la viejita Eduviges, a quien le dice que iba en busca de su padre, ella le responde que lo estaba esperando ya que su madre Dolores le había avisado, lo cual para Juan no era posible debido a que su madre había muerto. Juan le cuenta a Eduviges respecto del arriero que lo había conducido a Comala y ella le dice que probablemente se trataba de Abundio Martínez, pero eso sería imposible toda vez que él era sordo y estaba muerto. Juan dormía en la posada de doña Eduviges, escuchó un grito, se despertó de golpe y la puerta de la habitación se abrió, apareció un personaje misterioso –Damiana Cisneros– quien le dijo que venía por él. Juan asustado le contó a Damiana que doña Eduviges le había asignado ese cuarto, pero ella le respondió que doña Eduviges había muerto hacía muchos años y que ese lugar había estado cerrado hacía mucho tiempo. Es aquí donde Rulfo comienza su relato con personajes que en sus encuentros con Juan Preciado por momentos viven pero que al encontrar a nuevos personajes, éstos afirman que en realidad cada uno de los que preceden están muertos.
2.- Juan Rulfo describe la vida del personaje Pedro Páramo, un cacique en la hacienda de la Media Luna, en el contexto de la revolución mexicana y de la guerra cristera. Miguel Páramo –otro de sus hijos– muere, ahí aparece el sacerdote el Padre Rentería, quien cobra por las indulgencias. Pedro cuenta con su administrador Fulgor Sedano, quien le dice que tienen muchas deudas con varias familias entre ellas las Preciado, para salvarse obliga casarse con él por bienes mancomunados en un tiempo record de dos días, a una joven rica –Dolores Preciado– quien después de poco tiempo partió hacia casa de su hermana. Juan arrebata por la fuerza las tierras de Toribio Aldrete. Sus deseos carnales se desbordan, ordena a Fulgor asesinar al minero Bartolomé de San Juan para quedarse con su hija –Susana San Juan– con quien tenía relaciones incestuosas, ella una mujer hermosa pero con delirio mentales, que sólo mantenía su amor por su esposo Florencio.
3.- Aparece la parte de la Revolución, en donde inicialmente los revolucionarios se proponen decomisar las tierras de Pedro Páramo, pero Perseverancio y Jacinto aceptan dinero de Pedro y éste manda 300 hombres para que se sumen a la lucha, ahí se observa la figura de Álvaro Obregón. Pedro Páramo es asesinado con puñal por uno de sus propios hijos Abundio Martínez.
La novela de Juan Rulfo escrita en 1955, fue tomada como sustento de la película –1967– del mismo nombre, bajo la dirección de Carlos Velo, guión de Carlos Fuentes y Manuel Barbachano Ponce, fotografía de Gabriel Figueroa y con las actuaciones sobresalientes de John Gavin, Ignacio López Tarso, Pilar Pellicer, Jullisa, Alfonso Arau, Roberto Cañedo, Jorge Rivero, Narciso Busquets, Jorge Russek y Erik del Castillo, quienes encarnan los personajes de carne y hueso y los fantasmas de este notable escritor.
4.- Aculpo –lugar donde se ocultan las aguas– comunidad rural de apenas unos cientos de habitantes, junto San Gabriel y Sayula, Jalisco, fue el lugar que vio nacer a Juan Rulfo el 16 de mayo de 1917. Quedó huérfano de padre y madre en sus primeros años, y por ello tuvo que trasladarse a San Gabriel a vivir con su abuela, luego al orfanatorio “Luis Silva” en Guadalajara y posteriormente a la ciudad de México en donde estuvo como oyente en el Colegio de San Ildefonso y estudió en la Facultad de Filosofía de la UNAM. Rulfo con sus obras El llano en llamas y Pedro Páramo ha dejado un legado memorable en la literatura mexicana y mundial, con motivo del centenario de su natalicio debe ser exaltado como uno de los escritores mexicanos más ilustres del siglo XX, al igual que lo fue Ignacio Manuel Altamirano en el siglo XIX, quienes han enaltecido a la novela como género literario para la cultura de las generaciones presentes y futuras.
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