Silvestre Pacheco León
Enero 10, 2022
La novela se desarrolla en la Habana en los años recientes. Los protagonistas son jóvenes que vivieron los frutos del triunfo revolucionario de 1959 y encarnaron el Hombre Nuevo construido por el comunismo.
Los jóvenes apolíticos se autonombran el Clan de Fontanar, término adoptado después de que leyeron 1984 de George Orwell, entonces prohibido, y en honor a la casa del matrimonio de afamados arquitectos afectos a la revolución que murieron en un accidente automovilístico en la Sierra del Escambray realizando labores comunitarias.
La heredera de dicho inmueble cercano al barrio de la Altahabana en la capital, Clara Chaple, es ingeniera industrial y anfitriona incomparable en las reuniones anuales que el clan organiza para festejar su cumpleaños.
La mayoría de sus miembros, crecidos con los privilegios heredados de sus padres, forman un grupo sui generis en esa sociedad revolucionaria. Además de Clara está Elisa que estudió veterinaria y la consideran la más inteligente y bella del grupo y dos jóvenes diseñadores homosexuales, Irving y Joel, una pareja de arquitectos mulatos, Fabio y Liuba muertos a la postre en Argentina en un accidente de su centro de trabajo como supervisores de obra; Bernardo que es un genio de las computadoras con problemas personales y familiares que lo llevan a caer en el alcoholismo, Horacio que es ingeniero físico huérfano de padre porque éste se exilio al triunfo de la revolución por miedo al comunismo, dejando a su familia en La Habana para evitarles vivir discriminados en Estados Unidos por su tez morena.
Clara la heredera de Fontanar es ingeniera industrial y Darío quien llega a ser su marido es un médico que busca desarrollarse como neurocirujano en el extranjero. También forma parte del grupo el artista pintor Walter Macías Albear a quien todos odiaban por ególatra pero lo aceptan por bohemio.
La composición sui géneris del clan expresa la liberalidad de su cultura en una época donde la cultura patriarcal era la dominante y el racismo su corolario.
Cada año el clan se reúne en Fontanar para festejar a Clara quien se ha casado con Darío, el único del grupo proveniente de una familia miserable con abuelos que fueron esclavos. La oportunidad de la educación pública conquistada por la revolución le permite a Darío acudir a la escuela y estudiar convencido de que para alejarse de la pobreza ancestral que sus abuelos le heredaron no había otra forma que sobresalir en los estudios.
Como compensación de su esfuerzo Darío se hace novio y luego marido de Clara, relación que le abre la puerta a un modo de vida inesperado como residente de Fontanar, casa a la que dedica todo el tiempo y el trabajo necesarios para su renovación.
Todo el clan vive al margen de la política pero su preparación, los viajes internacionales y sus relaciones, les permiten mirar e interpretar lo que ocurre en su entorno, desahogándose en sus reuniones con bromas y sarcasmos sobre las dificultades y lo que consideraban errores del régimen aunque eran beneficiarios del abasto en el mercado negro y de la corrupción a gran escala acentuada en la época de escasez.
Cuando menos a eso los lleva su apoliticismo hasta que sucede la muerte de Walter el artista y ególatra pintor miembro de esa decena privilegiada.
Walter, héroe de guerra y estudiante avanzado en las escuelas moscovitas de arte se hace adicto al alcohol y también a la droga que lo lleva a buscar en la isla, después de su regreso de Rusia, a quien le provea, hasta que sobrepasa los límites.
Cuando ha tomado la decisión de salir de Cuba su situación se precipita hasta que inesperadamente muere en un accidente que en esos años nunca queda claro, iniciándose con ello el proceso de separación en el clan que se ha mantenido incólume hasta finales de la década de los noventa, cuando sufrió el mismo efecto que tuvo la desintegración de la Unión Soviética.
Para mayor tensión en el grupo poco después de la muerte de Walter desaparece Elisa, la verdadera Alfa del grupo, una muchacha hermosa, inteligente y de mundo que presume de su estadía en Londres donde vivió con su padre funcionario del Ministerio del Exterior durante tres años.
Culta e inteligente, graduada en medicina veterinaria, Elisa se integró al grupo de Fontanar como novia de Bernardo un joven genio de las computadoras con todos los atributos de las personas criadas sin ninguna privación. Al paso del tiempo el guapo Bernardo se vuelve alcohólico a pesar del esfuerzo de sus amigos para alejarlo del vicio.
El caso insólito que lleva a la separación de Bernardo con Elisa es que siendo él estéril su mujer se embaraza pero en vez de que ella se aproveche para sorprenderlo, le aclara que él no es el padre pero se niega a confesarle la verdad.
Esa situación lo sume más en la depresión y en el alcohol hasta que a punto de la muerte Clara se hace cargo de su rehabilitación en la cual interviene la creencia de que Dios existe, contradiciendo toda la afirmación atea del clan y confiado en la creencia en que tendrá una nueva oportunidad en la vida, se empata con Clara cuando ella lleva años viviendo sola, separada de Darío quien ahora vive con Monserrat, su pareja catalana, en Barcelona, donde el nieto de esclavos ha hecho una carrera floreciente como neurocirujano, rico y afamado.
Un ingrediente adicional es el deseo lésbico de Clara hacia Elisa de quien siempre ha sido su admiradora. Elisa coquetea para que sea la ex mujer de Darío quien dé el primer paso hacia lo que ambas desean, pero la relación se queda en un beso apasionado interrumpido por su hijo menor que llega de manera intempestiva.
Desde aquella experiencia de amor lésbico y la misteriosa desaparición de Elisa pasan muchos años en los que el clan es Como polvo en el viento porque para el 2014 prácticamente todos han salido de Cuba acuciados por la situación de escasez.
El valor de esta novela publicada por Editorial Tusquets de Barcelona en 2020, la última escrita por el prolífico Leonardo Padura nos ilustra sobre la vida y el modo de ver que tiene el propio autor sobre la realidad en Cuba y de las experiencias y métodos mil que hay para salir de ella, así como los modos de vida que los isleños tienen en el exilio.
En el 63 aniversario de la revolución cubana es buen momento para disfrutar esta novela y refrendar nuestra admiración por el comandante Fidel Castro quien tuvo la visión de invertir millones de dólares para el desarrollo de la biotecnología cuyo resultado, además de fortalecer el derecho a la salud, ha sido la producción de su propia vacuna contra la pandemia empleada para inocular y poner a salvo del Covid-19 a casi el cien por ciento su población.