EL-SUR

Jueves 18 de Abril de 2024

Guerrero, México

Opinión

Con Estados Unidos “respetarnos y caminar juntos”

Abelardo Martín M.

Julio 27, 2021

Ante cancilleres de casi todos los países de América Latina, de manera sorprendente para quienes afirmaban que el mundo del presidente Andrés Manuel López Obrador terminaba dentro de nuestras fronteras, su discurso en el aniversario luctuoso de Simón Bolívar fue un balde de agua fría, cargado de conocimiento, erudición y propuesta para la integración de una auténtica unidad en América, con Estados Unidos y Canadá incluidos. Nueva visión, nueva diplomacia, nuevas estrategias frente a un mundo amenazado por el predominio chino-ruso que, de consolidarse, llevaría a Estados Unidos a escenarios de guerra que no convienen ni a ellos ni a nadie.
América exige una nueva visión de largo plazo que está impedida si se mantiene el predominio de 200 años, con un Estados Unidos asumiéndose en los hechos como el sustituto de la España del siglo 16 a principios del 19. Ese modelo está agotado, no tiene futuro ni salida. El discurso de AMLO ha llamado la atención de medios de comunicación y expertos en política y diplomacia. No es para menos. Tras un recuento histórico basado no en ideologías sino en los hechos, algunas lecturas simples pretenden encasillarlo en su propuesta tan simple como revolucionaria: sustituir a la vieja Organización de Estados Americanos, la OEA, por un ente nuevo, “verdaderamente autónomo, no lacayo de nadie”. Se trata, dijo López Obrador en la reunión a la que asistieron ministros de casi todos los países de América Latina y el Caribe, de “construir algo semejante a la Unión Europea, pero apegado a nuestra historia, a nuestra realidad y a nuestras identidades”.
El planteamiento no busca, como podría suponerse, enfrentarse a Estados Unidos, nuestro poderoso vecino, sino por el contrario se trata de establecer una relación de igualdad y respeto mutuo, “bajo la premisa de George Washington, según la cual, las naciones no deben aprovecharse del infortunio de otros pueblos”.
Lo más relevante de su propuesta, es la oportunidad. El Presidente señaló lo evidente: en las últimas décadas, el desarrollo económico de China, que venía de la pobreza, ha rebasado al de Estados Unidos; de continuar las tendencias actuales, a mediados del siglo el dominio asiático será apabullante y América del Norte estará estancada y disminuida.
En ese contexto la conclusión salta a la vista: “lo mejor sería fortalecernos económica y comercialmente en América del Norte y en todo el continente” y planear de manera conjunta y ordenada el desarrollo regional.
Antes de describir la culminación de su proyecto en términos de economía y geopolítica, el Presidente se refirió a la larga lucha de Cuba en defensa de su soberanía y su dignidad, y formuló su visión del Libertador como un personaje humano, cuya cualidad más admirable fue su capacidad de imponerse a traiciones o derrotas.
El discurso, inesperado en el personaje limitado que dibujan sus más feroces críticos, fue para ellos como un balde de agua fría, y en todo caso un episodio refrescante en el escenario de confrontación en que vive el país.
Es lamentable que su oportunidad, profundidad, advertencia haya sido minimizado por la mayor parte de los medios de comunicación públicos y privados. Su importancia es definitiva, lástima que la atención se concentre en los pequeños y cotidianos escándalos a que se circunscribe a “la mañanera”, ese ejercicio de comunicación institucional a quienes cada vez son más quienes lo ven desgastado y desgastante para el propio presidente.
Aquí, en Guerrero, la vida también sigue el curso local y nacional.
El próximo domingo tendrá lugar la consulta popular para que la ciudadanía muestre su aprobación o rechazo a acciones de la autoridad para esclarecer “decisiones políticas tomadas en los años pasados por los actores políticos”.
La idea original era que la respuesta ciudadana avalara simple y llanamente llevar a juicio a los recientes expresidentes de la República, pero al debatirse en la Suprema Corte de Justicia ese organismo colegiado se dividió, ante la consideración de que ese cuestionamiento directo afectaba los derechos humanos de los involucrados.
Así, una mayoría apretada, en que el voto definitorio fue el de su Presidente, declaró la constitucionalidad del tema, y luego la Corte aprobó una redacción rebuscada que a juicio de algunos críticos resulta inocua y sin sentido.
La leyenda impresa en la boleta que el primer domingo de agosto deberán votar con un sí o un no los ciudadanos, dice por mandato judicial:
“¿Estás de acuerdo o no en que se lleven a cabo las acciones pertinentes con apego al marco constitucional y legal, para emprender un proceso de esclarecimiento de las decisiones políticas tomadas en los años pasados por los actores políticos, encaminado a garantizar la justicia y los derechos de las posibles víctimas?”.
Para los promoventes de la consulta, esa pregunta sigue siendo equivalente a enjuiciar a los expresidentes; pero para otros no hay nada que así lo ordene, y su ejercicio sólo tendrá como resultado un desperdicio de recursos públicos.
Mientras lo anterior tiene lugar, vino a Guerrero el Presidente de la República, en una gira en que sólo pudo realizar eventos a puerta cerrada, justamente porque el periodo de convocatoria y difusión de la consulta ciudadana implica una veda electoral, semejante a cuando se realizan comicios.
De todos modos, se refirió a las estadísticas de seguridad que muestran la sostenida disminución de los hechos violentos en la entidad, encabezó la ceremonia por el aniversario luctuoso de Don Benito Juárez, y visitó las instalaciones que albergarán en Acapulco la sede de la Secretaría de Salud, como parte del proyecto de descentralización que se ha retrasado por efecto de la pandemia, pero que no se ha abandonado.
Antes de la mudanza, el mandatario señaló la necesidad de disponer, entre otros puntos, de buena infraestructura hospitalaria, del número necesario de médicos en los hospitales y de abasto de medicamentos, además de la regularización de alrededor de ochenta mil trabajadores de la salud que llevan años de trabajo eventual.
Lo anterior es fundamental, ahora que en Guerrero y en el país entero se advierte la llegada con gran fuerza de la llamada tercera ola de la epidemia del covid, que ha llevado a la mitad de las entidades a retroceder al color naranja e incluso el rojo en el semáforo epidemiológico.
En los pasados días, en Guerrero se llegó a cifras récord de contagios, y las cifras de fallecimientos se elevan también a gran velocidad. En el ámbito local, Acapulco y Chilpancingo son las ciudades en que se concentra la infección.
Lo anterior ha llevado a restringir el horario de acceso a las playas en los lugares turísticos del estado, y a reforzar obligaciones de disminución de aforos, ventilación y uso de cubrebocas en restaurantes y centros de entretenimiento y de reunión.
Todo ello, mientras la ocupación hotelera sigue subiendo debido al periodo de vacaciones de verano, y ante la imposibilidad de cancelar la actividad turística, ya muy dañada precisamente por el prolongado efecto de la pandemia.
Frente a la necesidad primaria de proteger la salud, surge también la impostergable urgencia de mantener funcionando la economía y proteger las fuentes de ingreso de la población.
En ese riesgoso equilibrio estamos aprendiendo a vivir, desde que llegó el coronavirus, y toda vez que no acabamos de aplacarlo.
Y en todo ello encaja, y es indispensable, esa visión de largo plazo, con sentido histórico, con la que ahora nos ha regalado el Presidente.
Ojalá sus advertencias, propuestas y deseos sean bien comunicados a sus gobiernos por los cancilleres de muchos países de América Latina, quienes con más frecuencia de la deseable olvidan ese dicho tan común “la unión hace la fuerza”.