Perdonar es una acción necesaria para avanzar. El principal beneficiado del perdón es aquel que lo ofrece y no quien lo otorga.
En la dialéctica de la Cuarta Transformación nacional, donde absolutamente todo lo que haga o diga el presidente Lo?pez Obrador es causa de ríos de tinta y de comentarios en un sentido u otro, la filtración de una carta donde el presidente de la República plantea al rey de España, Felipe VI “realizar en 2021 una ceremonia conjunta al más alto nivel; que el reino de España exprese de manera pública y oficial el reconocimiento de los agravios causados”.
Las reacciones no se hicieron esperar: de inmediato surgieron las voces que condenaban al presidente y cientos de memes haciendo mofa de la propuesta nos alegraron la semana.
Pero el tema no es menor. Ni es una ocurrencia de Andrés Manuel ni debe de tomarse a la ligera.
Las disculpas públicas, la garantía de no repetición y la indemnización de las víctimas, además del castigo para los culpables, son elementos centrales en los procesos de reconciliación y de pacificación.
El reino de España debería de reconsiderar su postura y entrar al análisis serio de la propuesta de Lo?pez Obrador y no en un ánimo de revancha, sino precisamente en el ánimo de construir hacia el futuro.
El Estado mexicano, a su vez, tiene una larga lista de agravios que se deben someter a revisión. Se me ocurren por solo mencionar algunos, la guerra de exterminio contra los yaquis, las masacres del 68 y el 71, los experimentos de esterilizaciones no autorizadas y tantos y tantos otros.
Reconocer culpas y ofrecer disculpas no hace menos a un Estado sino que lo engrandece. Aquel estadista que se sienta agredido por los agravios del pasado es únicamente un rancio nacionalista.
México es un pueblo que surgió del choque de dos culturas. A partir del dominio y la colonización de una sobre la otra, surgió una tercera cultura que es la actual. Los mayores de los mexicanos no somos ni originarios ni españoles sino que tenemos un pie europeo y otro americano.
El renacimiento y la regeneración de la patria pasa necesariamente por reconocer lo que se hizo mal en el pasado para garantizar que hechos tan lamentables no se repitan jamás.
Los que se burlan y mofan de la propuesta de Lo?pez Obrador, siguen sin entender los sentimientos de la nación.
Lo de Lo?pez Obrador no fue una ocurrencia ni una ligereza sino los primeros pasos hacia la reconciliación con nuestro pasado más profundo.
Hasta que no terminemos de sanar la herida original, nuestra nación seguirá navegando sin rumbo, anhelando un pasado glorioso que nunca existió y buscando una tierra prometida que tenemos que construir a golpe de esfuerzo de armonía y de reconciliación.

@ArturoMN