RUTA DE FUGA

El presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado de México, Héctor Vasconcelos, no está comprendiendo nada. El doctor por la Universidad de Oxford anunció la intención de invitar a Greta Thunberg al pleno del Senado para que explique los riesgos globales del cambio climático. Si lo que les falta en el senado es información, cualquier estudiante de segundo semestre de licenciatura en ciencias ambientales podría ir a explicarles de manera sencilla y didáctica cuales son los efectos del cambio climático, más importante, cuales son las causas del problema. Pero suena más bien a un intento por congraciarse con un movimiento que ya se desbordó. El riesgo de llevar ese movimiento hasta el senado es, precisamente lo que quiere hacer el senador, institucionalizarlo. Que Greta asista al senado, que todos se tomen una foto para subirla a sus propias redes sociales y con ello decir que están escuchando y haciendo algo. Confiamos en la sagacidad de Greta para no caer en esa trampa.
Sorprendentemente para mí, el doctor Víctor Toledo repitió el error de su antecesora Josefa González Blanco Ortiz Mena, aunque él con más fondo que forma. Josefa asistió a una marcha del Fridays For Future, pancarta en mano y consigna pintarrajeada en la camisa, para exigir al gobierno acciones contra el calentamiento global, olvidándose de que ella era el gobierno en turno: vengo aquí a exigir enérgicamente a mí misma acciones por un mejor futuro. Un poco más prudente, el doctor Toledo lanzó un video donde explica la importancia del movimiento encabezado por Greta y hace un llamado a la sociedad a detenerse a pensar en el necesario cambio civilizatorio que necesitamos. Dejando pasar que la sociedad ya se detuvo a meditar y son los gobiernos los que no se han puesto a actuar. Pero sobre todo obviando que el principal reclamo en estos momentos de parte del movimiento de Greta es a la inacción multilateral; multilateralismo al que el gobierno que representa el Dr Toledo ni siquiera deseó asistir para participar.
Cuando cayó la exsecretaria de medio ambiente por haber detenido un vuelo por casi una hora, en presunto abuso de poder, llegó a encabezar el sector ambiental el doctor Toledo con más de doscientas investigaciones y décadas de investigación y enseñanza a cuestas. Desde el principio sospechamos que venía a hacer un trabajo muy triste: lavar y pintar de verde las iniciativas presidenciales desarrollistas que no tienen nada que ver con los enfoques de ecología política, ciencia de la que el doctor Toledo es escuela en sí mismo. Mientras que a Josefa se le tambaleaba el discurso y huía de los reporteros, el doctor Toledo da entrevistas en prensa, radio y televisión con argumentos impecablemente articulados de por qué los megaproyectos son compatibles con los ecosistemas porque se harán sin corruptelas. Y hasta se da la licencia de hacer peroratas a favor de consultas indígenas y contra conflictos socioambientales (más de 500 que mapea en las paredes de su oficina para que a nadie le quede duda de que sabe de lo que habla), aunque las políticas de otros sectores gubernamentales como el de energía, agricultura, economía, turismo y hasta seguridad tengan todos los indicios de ir en contra del medio ambiente al poner en el centro los combustibles fósiles, la producción agroindustrial, el mito del crecimiento infinito con recursos naturales finitos, turismo masivo y hasta la desprotección de quienes defienden los territorios.
Pero el doctor Toledo se da el lujo de decir que todo es porque en las administraciones pasadas no hubo altura de miras. Ya lo veremos, pues, porque la Historia es la mejor y más justa jueza y solo ella podrá juzgar a un hombre de la talla del doctor Toledo, con todo su prestigio, conocimientos y experiencia, usados como cuña o como contrapeso. En un momento delicado para el patrimonio biocultural en el que más se requiere de un contrapeso de ese tamaño.
Greta, pues, ha hecho un llamado a la acción, no tanto de la sociedad sino de los tomadores de decisiones. Y en este momento no hay ningún tomador de decisión más poderoso que el doctor Toledo en materia de cambio climático. Estamos esperando mucho más que empatía del secretario-activista. Si de verdad queremos que el nuevo régimen funcione como una izquierda moderna, y lo queremos así quienes hemos militado en las izquierdas desde siempre impulsando este cambio, el medio ambiente requiere un verdadero contrapeso interno que exija una política energética y de desarrollo que no esté basado en el “cuento de hadas del crecimiento económico infinito”. De ese tamaño es el peso que el doctor Toledo tiene sobre sus hombros frente a la historia y para ello es necesario que el secretario interpele al presidente y a sus pares en el gabinete más que a la sociedad.
Parafraseando a Greta podríamos decir “cómo te atreves a encubrir de verde lo que es negro”. Y si nadie va a proponer una iniciativa para remodelar el destino del país, de nada servirá llevar a Greta al senado.

La caminera

Después de veinte años de lucha y resistencia, el movimiento campesino triunfó al llevar al Senado la Ley de Protección del Maíz Nativo. No llegó el decreto presidencial para hacer de todo el territorio nacional una zona libre de organismos genéticamente modificados, como en lo personal hubiera deseado, pero la Ley en cuestión es un logro que debe celebrarse. Feliz Día Nacional del Maíz.