EL-SUR

Martes 15 de Octubre de 2024

Guerrero, México

Opinión

Corazón, instinto, principio

Adán Ramírez Serret

Diciembre 29, 2017

El duque de Alba, Jacobo Siruela, luego de vender aquella maravillosa casa editorial que lleva su apellido, se ha enrolado en un nuevo proyecto, en una editorial que lleva el nombre de una ciudad de Italia, Atalanta. Este sello lleva al extremo la idea de que toda biblioteca es una biografía, y para Jacobo Siruela, su editorial, Atalanta, es una biografía, una historia, que felizmente para nosotros, publica. Un documento de lecturas sumamente originales.
Hasta ahora ha publicado poco más de 113 libros que dan forma a un trabajo fascinante en donde se encuentran obras que antes era inconseguibles; verdaderas joyas. Tan sólo por citar algunas pienso en Historia de mi vida de Giacomo Casanova, La historia de Genji de Murasaki Shikiba o de Jing Ping Mei El erudito de las carcajadas. Entre este acervo se encuentran obras de pensadores un tanto excéntricos como Leonardo da Jandra con Filosofía para desencantados o el libro que ahora tengo entre las manos El pensamiento del corazón de James Hillman (Atlantic City, 1926-2011).
Decía que son pensadores un tanto excéntricos y lo pienso en el mejor sentido del término; la excentricidad entendida como originalidad y libertad. Se trata de pensadores no atados a ninguna escuela, a intelectuales que buscan el conocimiento a través de las imágenes. Así pues, hacen una especie de alquimia con las ideas, “sicología alquímica” la denomina el mismo Hillman.
Este ensayo comienza justamente con un epígrafe del alquimista flamenco conocido como Paracelso, el cual murió creyendo que había logrado transformar el plomo en oro. Dice la cita del científico-filósofo: “El lenguaje no pertenece a la lengua, sino al corazón. La lengua es sólo el instrumento con el que se habla. Quien es mudo es mudo en el corazón, no en la lengua […] Déjame oírte hablar y te diré cómo es tu corazón”.
Así nos recibe James Hillman a una brillante, erudita y original reflexión, en donde hace un recuento histórico y literario del pensamiento del corazón. Comienza con el corazón cautivo, el corazón de león y el corazón de san Agustín.
Es un ensayo escrito por un pensador de las dimensiones de un Alfonso Reyes o un Octavio Paz. Pues no solamente hace gala de una deslumbrante erudición en donde aparece asimilado el pensamiento helénico, latino y escolástico; sino que es a la vez entendido y confrontado con los estudios de Freud y Jung. Todos estos conocimientos son tan sólo el sustento para ideas tan apasionantes como que la belleza no sólo se encuentra en las obras de arte; en territorios exclusivos: se encuentra en todo, en cualquier parte del mundo y del pensamiento. Es una maravillosa invitación a romper fronteras. De igual forma, la fealdad y el mal no están encerrados en solo lugar. Así, los sentimientos no sólo están en el corazón y la inteligencia no es tan solo propia del cerebro. Se piensa con las entrañas, se vive con el cerebro.
Cito un fragmento del libro antes de concluir: “Según el Physiologus… los cachorros de león nacen muertos; hay que despertarlos con un rugido. Por eso el león ruge de semejante manera: para despertar a los jóvenes leones que viven en nuestros corazones”.
El ensayo mismo comienza a ser bello y deja de ser meras ideas para transformarse en literatura, en pensamiento poético.
Me gusta esta idea pues me parece fundamental para cerrar un año como este, tan terrible en muchos sentidos. Me parece justo concluir de esta forma, pensar que anteponer el corazón no es ni cursi ni irracional, sino que pensar con el corazón es tan sólo una estrategia de supervivencia, como aquello que decía Blaise Pascal: “Corazón, instinto, principio”.
James Hillman, El pensamiento del corazón, Girona, Atalanta, 2017. 121 páginas.