EL-SUR

Sábado 27 de Abril de 2024

Guerrero, México

Opinión

Crisis de seguridad en la Sierra

Jesús Mendoza Zaragoza

Febrero 20, 2023

En el segundo semestre del año 2018 tuvieron lugar los foros de escucha para la pacificación nacional. Tuve la oportunidad de participar en el que se hizo en Acapulco y, además, en un foro especial sobre el tema de las drogas que se realizó en la ciudad de Cuernavaca, donde estuvieron presentes quien sería el secretario de Seguridad y Protección Ciudadana federal de 2018 a 2020, Alfonso Durazo –hoy gobernador de Sonora; y Loretta Ortiz, actual ministra de la Suprema Corte de Justicia de la Nación desde 2021, en calidad de delegados para los foros de escucha del inminente gobierno de López Obrador.
En el foro de Cuernavaca, con alrededor de 40 participantes, expertos en temas relacionados con las drogas, participé con un llamado de atención hacia lo que sucedía en la Sierra de Guerrero, como un entorno atrapado por las bandas criminales en la producción de las drogas. Me presenté como sacerdote católico, originario de esa región, justo donde hoy se está dando una gran crisis de seguridad en el corredor Santa Rosa de Lima-El Durazno. En ese tiempo había cierta prosperidad a partir del cultivo de mariguana y de amapola, del que algunas comunidades serranas deseaban sustraerse por las implicaciones sociales y legales que les generaban problemas. Propuse a los delegados en dicho foro, dos cosas al respecto.
Una. Desarrollar un proceso de diálogo con los habitantes de la Sierra de Guerrero para escucharlos y captar las necesidades sentidas por ellos y determinar las acciones que más requerían la presencia del Estado para plantear una alternativa a los cultivos de las drogas, que ha sido consecuencia del abandono del Estado en los entornos serranos. Cualquier plan de acción en la Sierra tiene que darse con la participación de sus habitantes, que comienza, precisamente, con la escucha. Una intervención gubernamental sin los habitantes no suele tener eficacia.
Dos. Para la sustitución de cultivos de las drogas hay que pensar en un gran plan de desarrollo de toda la Sierra, con una inversión suficiente para la producción y comercialización de los cultivos que sustituyan a las drogas. En ese momento, me imaginé carreteras suficientes, industrialización de la madera y mecanismos de comercialización, además de la atención al empleo, a la salud y a la educación con las infraestructuras necesarias.
A cinco años de esos foros, la Sierra sigue sustancialmente abandonada y las instituciones del Estado, sobre todo las de seguridad y de justicia, siguen ausentes y solo llegan de visita cuando hay situaciones de crisis, como sucedió con la masacre en El Durazno en diciembre pasado y con los desplazamientos forzados en diferentes comunidades serranas.
Despertó una esperanza la creación de la Octava Región económica, por el gobierno del estado, precisamente, en la Sierra, allá en octubre del año pasado, pero hasta el momento no ha repercutido en acciones proporcionales ante la situación económica de la región. Es de esperarse que los planes de desarrollo económico de esa región no se hagan desde las oficinas gubernamentales sin escuchar a las comunidades serranas que, a pesar de las grandes riquezas forestales y agrícolas, están en condiciones deplorables de pobreza.
Es claro que, en el caso de la Sierra de Guerrero, hay una relación entre pobreza e inseguridad, en cuanto que, debido a la ausencia y al abandono del Estado en esa región, las organizaciones criminales han llenado ese espacio para imponer alternativas mafiosas a las necesidades económicas de la población con todas las consecuencias de violencia que estamos presenciando. De ahí que, en el pasado, las mafias indujeron y financiaron a la población serrana para sembrar y cultivar las drogas que necesitaban para sus mercados ilegales. Es por eso que se necesita la sustitución de esos cultivos con una gran inversión financiera por parte del Estado. Si bien necesitan apoyo con los programas sociales, éstos no tienen la capacidad de generar los cambios en la economía de la Sierra. Se requiere mucho más, un gran proyecto con un financiamiento a la medida de esa región. Desde luego, a la medida de sus necesidades y con su participación.