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Viernes 19 de Abril de 2024

Guerrero, México

Opinión

Cristina Morales: Lectura fácil para mentes brillantes

Adán Ramírez Serret

Mayo 24, 2019

La más reciente Premio Princesa de Asturias de Letras, la escritora estadunidense Siri Husdvedt, escribe en un ensayo sobre el obsesivo escritor noruego y estrella literaria, Karl Ove Knausgard; que no sería tan famoso si fuera mujer, puesto que su personalidad hipersensible, su torpeza sexual y en general su carácter confesional, no sería interesante, no sería contundente en una mujer noruega, pues respondería a la idea que se tiene de la femineidad; pero que él, al ser hombre y hablar de esto, resulta no sólo fresco y fascinante, sino incluso provocador.
Pienso en esto a partir de la violenta y brillante obra de la muy joven escritora española, ganadora del Premio Jorge Herralde 2018, Cristina Morales (Granada, 1985). Es una novela escatológica, “misógina”, clasista, y todo aquello que pone los pelos de punta a los progresistas modernos. Pero…, tiene la cualidad de estar escrita por una mujer lo que le da un giro que potencia el significado de todo lo que dice y hace. Es exactamente lo mismo dicho por un escritor como Michel Huellebecq pero ahora se trata de que quien lo dice, es una mujer.
Me parece interesante que se pongan sobre la mesa los prejuicios, que se observe que simplemente cuando se cambia el orden, el significado se altera de manera profunda. Pues lo dicho por un hombre blanco privilegiado, misógino y clasista; no es más que el resultado de su propio medio. Pero si dice lo mismo una mujer joven andaluza, se transforma en el instante en una potente crítica a un sistema; en un señalamiento contundente.
Se trata de tres primas que viven solas en Barcelona, el bastión del esnobismo cultural en Hispanoamérica. A partir de la danza contemporánea, la promiscuidad y el recato, exploran el mundo.
La novela es fantástica porque pone el mundo de cabeza, si dijera en una primera instancia que se trata de una obra que cuenta la vida de tres mujeres que se llaman a sí mismas putas, que se cagan en los calzones en el metro, que se consideran retrasadas mentales y que el Estado las ayuda por eso mismo; y luego declaro que se trata de una novela feminista. Una buena, además, porque no se sostienen sobre los lugares comunes o encima de apologías en donde se considera a todas las mujeres buenas por naturaleza y que se cuidan entre ellas como un pacto intrínseco de género. Si se dice que sucede todo lo contrario, y no sólo son recatadas sino felizmente promiscuas; deliberadamente egoístas; sucias y flojas y por si fuera poco, idiotas, al grado que si escriben una novela, deben hacerlo de la manera sencilla, por WhatsApp, en párrafos breves porque ellas no se pueden esforzar más y quienes las lean no las comprenderán si no es así. Si digo todo esto, y luego que es feminista, parece que perdí la razón.
Y claro que es absolutamente feminista. Pone el mundo patas arriba y al nombrar lo que nos llena de escrúpulos confronta las ideas asentadas que parecen inamovibles.
Lectura fácil es una novela llena de fluidos, groserías y mierda, para mentes brillantes en donde nada está digerido y pensado; todo viene junto como en la vida sólo que ahora se lee y se ve, y cambia, es diferente; saber observarlo y entender el mundo como una expresión compleja y profundamente divertida.
(Cristina Morales, Lectura fácil, Barcelona, Anagrama, 2018. 420 páginas).