EL-SUR

Jueves 25 de Abril de 2024

Guerrero, México

Opinión

Crítica al modelo neoliberal. El Ejemplo de la Ley de Aguas Nacionales

Octavio Klimek Alcaraz

Agosto 15, 2020

 

(Segunda parte y última)

Los trasvases entre cuencas despojan del agua a territorios completos para llevarlos a otras cuencas. Los trasvases sólo están agravando los conflictos por el agua en el país, tanto en su sentido ecológico como social. La Ley de Aguas Nacionales (LAN) es permisiva en esta solución tecnocrática, ignorante del manejo ecosistémico, que además se resiste a gestionar la demanda dentro de la cuenca solicitante. Sólo hay una escondida mención a trasvases en la fracción VI del artículo 14 bis 5 de la LAN, simplemente no se regulan, asunto muy grave.
El caso del Valle de México es paradigma del absurdo en la historia de los trasvases: se lleva agua al valle a costos altísimos, se sobreexplotan sus acuíferos con el consiguiente hundimiento de la urbe, y al mismo tiempo se han construido enormes y costosos emisores para sacar los grandes excedentes del agua. No se aprendió la experiencia histórica, ni en 1992 ni en el 2004.
En la LAN existe una gran simulación en los esquemas de participación de los usuarios y de la sociedad en los Consejos de Cuenca. Más allá de las dudas que puedan surgir respecto a la representatividad de sus integrantes y formas de organización (artículo 13 y 13 Bis en adelante). Los Consejos de Cuenca carecen de atribuciones ejecutivas y sus acuerdos no son obligatorios en sí mismos sino hasta que la autoridad central los haga suyos. Así se observa que los verbos como asesorar, aconsejar, evaluar, opinar, proponer, recomendar, supervisar o vigilar no se usan para indicar la acción de sus tareas (artículo. 13 Bis 3). Prueba de la indiferencia de la participación ciudadana en la LAN, es que promueve la creación del Consejo Consultivo del Agua que, por su interpretación restrictiva en su mandato, sólo ha derivado en una Asociación Civil con el mismo nombre (artículo 14 bis-1).
A lo largo de la LAN se favorece que la iniciativa privada incursione en el aprovechamiento y distribución de las aguas nacionales. Sin ser específica, la LAN utiliza términos como particulares o terceros. Por ejemplo, en la fracción II del artículo. 5, el Ejecutivo Federal fomentará la participación de los particulares en la realización y administración de las obras y servicios hidráulicos. Entre sus atribuciones Conagua, puede concertar créditos y buscar mecanismos financieros, incluso la participación de terceros en el financiamiento de obras y servicios, que apoyen la construcción y el desarrollo de las obras y servicios federales hidráulicos (fracción XII del artículo 9). Incluso, Conagua puede celebrar contratos con particulares u otorgar concesiones parciales o totales (artículo 102). Igualmente, los Organismos de Cuenca podrán realizar contratos o concesiones con terceros sobre construcción, operación o conservación de obras hidráulicas federales (fr. IV y VIII del art. 12 bis 6). Uno de muchos ejemplos, en estos años de vigencia de la LAN, de privatizar las ganancias y sociabilizar las pérdidas, es el caso del controvertido acueducto de El Zapotillo, Jalisco, a León, Guanajuato, que se ha convertido en un pozo sin fondo para las finanzas públicas, a través de haberse otorgado una fallida concesión para su construcción y operación a una empresa trasnacional.
Un tema clave, es que la LAN establece desde 1992 el sistema de concesiones y asignaciones de las aguas nacionales. Diversos estudios y artículos de especialistas han señalado de manera reiterada su preocupación respecto al procedimiento de su otorgamiento, vigilancia y control. Un par de señalamientos frecuentes son: el volumen de aguas extraído es mayor al volumen concesionado o reportado; existe acaparamiento del agua concesionada. Todo esto ha provocado y provoca graves daños a los ecosistemas y a los derechos humanos de las personas. Aquí, se ha perdido absolutamente la rectoría del Estado mexicano, hoy ante la permisividad de la LAN, unos cuantos acaparan los mayores volúmenes de concesiones del agua por décadas. Todo el “Título Cuarto. Derechos de Explotación, Uso o Aprovechamiento de Aguas Nacionales” de la LAN debe ser reformado. En especial, su capítulo II. Concesiones y asignaciones (artículos 20 al 27) y el Capítulo V. Transmisión de Títulos (artículos 33 al 37 Bis).
Al respecto, es notorio un artículo como el 37 Bis de la LAN, que promueve la transmisión de derechos del agua a través de “bancos del agua”. El nombre dice todo, en el dogma neoliberal, del mercado libre, es un ejemplo de que en ella predomina el interés privado sobre el público, ya que, por su naturaleza y denominación, la finalidad primordial del banco de agua es la rentabilidad económica, la máxima ganancia en el menor plazo posible. Cuando el agua es por su naturaleza un bien común. Por ello, no puede ser poseída como cualquier propiedad privada ni vendida como tal en una simple mercancía con márgenes de utilidad. Reitero, todo este sistema de concesiones nos ha llevado a experiencias negativas –como la especulación, el acaparamiento– al intentar regular bajo esquemas privados la transmisión de derechos del agua.
Es interesante destacar que la LAN en el Título Sexto. Usos del Agua, se orienta en su capítulo II. Uso agrícola (artículos 48 al 77), a regular el agua en la agricultura sin mayores alcances hacia el desarrollo rural o desarrollo sustentable, pese a ser uno de los capítulos más amplios de la ley. No extraña en el contexto de las reformas profundas de los 90 en esa época a la propiedad social, los ejidos y comunidades.
Finalmente, no dejo de observar que existe la falaz y simplista idea de que, para atender el derecho al agua de las personas, sólo se requiere agua para unos 10 millones de mexicanos abandonados en el medio rural. Pero México es el país paradigma del agua embotellada, ya que la mayor parte de la población consume agua embotellada, debido a que, a lo largo y ancho del país, la calidad del agua es pésima para el consumo humano. Esa agua embotellada está concentrada en manos de unas cuantas empresas. El agua es cara para la mayoría de las personas. De justicia social estamos hablando y de la propia supervivencia de la gente.
En conclusión, es una triste realidad que la simple desregulación privatizadora no resolvió los problemas relacionados con el agua en México, por el contrario, a 28 años de la existencia de la LAN, los problemas de la gestión del agua son mucho mayores para la sociedad mexicana y la naturaleza. Por ello, es urgente transformar ese modelo neoliberal de gestión del agua expresado en la legislación, para beneficio de la totalidad de las mexicanas y los mexicanos, y la naturaleza.
P.D. Mi solidaridad y simpatía con el doctor Víctor Manuel Toledo Manzur ante los burdos ataques de los ecocidas.