EL-SUR

Viernes 19 de Abril de 2024

Guerrero, México

Opinión

Cultura científica

Octavio Klimek Alcaraz

Diciembre 30, 2022

Este texto trata de impulsar con urgencia la cultura científica en nuestra sociedad. Aquí entenderé a la ciencia como esa búsqueda de dar respuestas para comprender el mundo natural que nos rodea a través de la actividad exploratoria primordial que es la investigación, junto con otras actividades científicas como la enseñanza de la ciencia, su administración, el periodismo científico, entre otras. Se les denomina científicos a quienes se dedican a desarrollar las actividades científicas. En la actualidad los científicos producen nuevos conocimientos de manera masiva, muchas de ellas son altamente especializadas, y por tanto para la sociedad comprender esas nuevas evidencias es difícil de asimilar.
Es necesario por ello, educar sobre ciencia para lograr una cultura científica que permita que ésta sea comprendida y aceptada por todas las personas. Me preocupa, por ejemplo, que tomadores de decisiones tanto en el sector público, como privado no tomen en cuenta los avances de la ciencia y las evidencias que de ella surgen. A la fecha todavía existen pugnas entre la ciencia y la religión, dado que ésta se basa de manera fundamental en dogmas de fe y no en la razón de la evidencia. El ejemplo clásico lo ha brindado la teoría religiosa del creacionismo frente a la teoría de la evolución, que todavía en muchos sitios confunde a la gente. La última gran pugna ha sido el negacionismo del cambio climático frente a la acumulación de evidencias de su existencia.
Pero sería ingenuo suponer que muchos tomadores de decisiones ignoran las evidencias que entrega la ciencia. El caso del cambio climático no es por simple ignorancia de conocimientos científicos, Trump o Bolsonaro, representativos del negacionismo del cambio climático, tienen gente preparada en su entorno de decisiones, pero los grandes intereses económicos que representan encuentran que el cambio climático los llevaría a tomas decisiones contrarias a dichos intereses, como son las industrias de hidrocarburos, la minería o la ganadería en gran escala. Un ejemplo de ello es que las decisiones pese al conocimiento científico pueden ser impopulares para ciertos sectores de la población. ¿Se imaginan que el gobierno federal o estatal en Coahuila se decidiera a cerrar las peligrosas minas de carbón por sus enormes contribuciones a las emisiones de gases de efecto invernadero? Evidentemente, no sólo los dueños de las carboníferas, las empresas demandantes del carbón para sus procesos, así como los trabajadores de las minas y sus familias se opondrían. Por eso, en épocas electorales puede ser una medida impopular.
Pero si la sociedad comprende que esa medida es necesaria desde el punto de vista de interés público, y exige el cierre es posible tomar una decisión aparentemente impopular, convirtiéndola en popular. Un tomador de decisiones responsable, el político, atenderá este reclamo por el interés común y porque las consecuencias adversas en el mediano y largo plazo, de no realizar las acciones necesarias, le serán atribuidas a él, al no hacer nada por evitar esto. Este cierre de minas o de plantas carboeléctricas puede ser gradual y programado, con programas alternativos para crear fuentes de trabajo alternativos y estables para la mayoría de los trabajadores de las minas de carbón.
Aquí es donde los científicos deben ser capaces de transmitir la rentabilidad de estas acciones contra el cambio climático. Ellos requieren tener mayor impacto en su decir en la sociedad, lograr su absoluta confianza en los resultados de sus investigaciones y sus propuestas de posibles soluciones.
Asuntos como el cambio climático no pueden ser postergados. Es necesario un mayor compromiso de los científicos por educar a la sociedad en su conjunto, para que los tomadores de decisiones actúen en consecuencia y asuman su responsabilidad. Me preocupa enormemente que la orientación de crear conocimiento en instituciones de investigación en muchos científicos atrapa en una enorme burbuja a estos y poco se ocupan de que su trabajo tenga un impacto en la sociedad.
Tender puentes entre científicos y la sociedad no es cosa sencilla, pero creo que es necesario la contribución de quienes hacen ciencia debe ser más visible para lograr una cultura científica en la población. Ya que diría que el horno, nuestro planeta, no está para bollos.

P.D. Camino a casa observo una gran movilización de policías en la calle principal de Chilpancingo, en pleno centro. Acaban de asesinar a alguien, me dicen que han asesinado a una niña que vendía dulces. Me horroriza e indigna escuchar esta crónica cotidiana de la impunidad. Es conocido que tanto el aparato de prevención del delito, como el de la procuración y administración de justicia es ineficiente. Apelo a la moral y la ética, ya que asesinar a otro ser humano no es válido. Lamentablemente, pero una parte de nuestra sociedad está ya tan enferma que simplemente no le importa asesinar. Si los gobiernos no pueden ¿entre las familias o allegados de los asesinos no hay nadie que los pueda frenar en su espiral de locura?