EL-SUR

Jueves 25 de Abril de 2024

Guerrero, México

Opinión

Cultura empresarial

Héctor Manuel Popoca Boone

Diciembre 01, 2007

Principios básicos de una buena cultura empresarial pueden ser los siguientes:
1.- Honestidad. Si algo no es de uno, debe de ser de alguien y por lo tanto hay que respetarlo. No engañar al cliente con un
producto de mala calidad, ni a los trabajadores escamoteándoles su salario justo. No robar, corromper o realizar fraude. Apreciar
la credibilidad de la palabra otorgada y el compromiso adquirido.
2.- Puntualidad. Además de que nos permite administrar y aprovechar mejor nuestro tiempo, ante todo es respeto al tiempo de
los otros. Se ve mal hacer perder el tiempo a terceros al entregarles mercancías o proporcionar servicios en forma inoportuna.
3.- Disciplina. Tener un método de trabajo y cumplirlo sistemáticamente en forma puntual. Eso permite organizar y optimizar
trabajo y productividad. Lo que se pueda hacer hoy, y no tengamos algo más importante qué hacer, no lo posterguemos para
mañana. Disciplina y constancia van de la mano para conseguir lo que nos proponemos.
4.- Laboriosidad. Que no prive ni la flojera, los tiempos muertos o las festividades continuas. Trabajar realmente y bien. Hay que
dar el ejemplo de trabajo tesonero a los trabajadores para poder demandárselos. Hacer las cosas bien hechas y no tratar de
aparentar tan sólo. Que cada cual haga sus cosas y realice sus responsabilidades de la mejor forma. Solo así habrá confianza
entre todos y buen clima de trabajo.
5.- Innovación. Con cámara fotográfica o sin ella, los empresarios japoneses y chinos recorren el mundo para tomar muestras de
productos para imitarlos, perfeccionándolos; diversifican los suyos e innovan, tanto para el mercado interno como para el
externo. Saben que si no mejoran constantemente sus productos, diferenciándolos de los de sus competidores, tarde o temprano
serán desplazados del mercado. A la larga el conformismo en el marco de ganancias fáciles y de corto plazo, impide el progreso
de las empresas y su expansión.
6.- Trabajar en equipo. Hay que desterrar el síndrome del Llanero Solitario. Suplantar el hábito de mandar por el de coordinar
esfuerzos. Reemplazar las jerarquías de trabajo obsoletas. Privilegiar los equipos de trabajo autogestivos. Dos cerebros piensan
más y mejor que uno. Entre todos se detectan ágilmente los errores y proliferan con mayor facilidad las sugerencias de
corrección. En equipo se crean climas de información y trabajo para mejorar en forma continua y crecer con constancia.
7.- Integrarse y aliarse. En aquello que sea conveniente, cuando las empresas son pequeñas. Estas por sí solas no podrán
competir con las empresas grandes del mismo giro. Deben buscarse alianzas para aprovechar las ventajas competitivas que se
derivan de unir esfuerzos en torno a franquicias, servicios de contabilidad, sistemas informáticos, financiamientos integrados,
adquisiciones en común, ventas consolidadas, publicidad conjunta, nuevos diseños, distribución de nichos de mercados,
intercambio de tecnologías, capacitación y/o actualización en prácticas gerenciales y administrativas, entre otras cosas.
8.- Ahorro. Tener empresas ricas y ser empresarios frugales. No pretender ser empresarios ricos con empresas pobres. Es decir,
no exprimir económicamente a las empresas más de lo conveniente. Prever el ahorro de recursos para ampliarlas o mejorarlas.
Evitar el vicio de gastar en consumos suntuarios e invertir el excedente económico o utilidades para la reinversión y capitalización
de las mismas.
9.- Mejorar nuestro presente y construir nuestro futuro empresarial. Consiste en estar mejorando, continuamente, lo que ya
hacemos; aplicando mucho trabajo, con una adecuada administración y excelente mercadotecnia. Y por otro lado, visualizar el
futuro de nuestra empresa, sobre el nuevo horizonte de competencia que habrá dentro de cinco o más años. Hacer eso tomando
como base la innovación, renovación y diversificación de los productos y servicios para nuevos mercados y clientes emergentes.
10.- Ambientes de trabajo con dignidad laboral. Hacer que los trabajadores se sientan a gusto y se pongan la camiseta de la
empresa. Delegar responsabilidades y promover a los trabajadores más destacados. Establecer condiciones higiénicas y
funcionales de trabajo que les permitan hacer uso pleno de sus capacidades, destrezas y habilidades.
11.- Dar información y saber escuchar. Todo ello en un clima de respeto total a/y entre los trabajadores y a su dignidad
personal, sobre todo a las mujeres. Darles a todos la suficiente información sobre los retos y desafíos que enfrenta la empresa;
para que los sientan suyos y pongan empeño y emoción en lo que hacen.

PD. Documento distribuido a pequeños y medianos empresarios afiliados al partido Convergencia-Acapulco.
[email protected]