El pasado miércoles 27 en la antigua Fábrica de Hilados y Tejidos del Ticuí en Atoyac de Álvarez, la tierra del café, la tierra de la rebeldía, la cuna de Juan Álvarez, padre del Federalismo triunfante, se presentó el Programa Nacional de Cultura Comunitaria. Esa tarde en Atoyac, la Costa Grande y todo Guerrero nos sentimos honrados por haber sido elegidos para el arranque de ese Programa con alcance nacional.
Nosotros entendemos la cultura como la herramienta más poderosa para la regeneración de la comunidad. Entendemos a la cultura como eje central y no como un simple accesorio; creemos en la cultura como estrategia principal y no únicamente como adorno.
La cultura es uno de los pilares del círculo virtuoso para el desarrollo de los pueblos: paz, educación, armonía, salud, vivienda, productividad…
Entendemos a la cultura como un proceso que va de abajo hacia arriba, de afuera hacia adentro y de izquierda a derecha.
Para nosotros no existe diferencia entre la alta cultura y la cultura popular. Cultura es cultura y debe de estar liberada de etiquetas de cacicazgos y de academias.
Para nosotros vale tanto un músico tradicional como el más virtuoso de los ejecutantes de Bellas Artes. No entendemos a la cultura sin la participación comunitaria.
La cultura se crea y ocurre a cada momento aun sin saberlo y sin esperar a que se le ponga nombre.
Hace cultura un niño cuando aprende la leyendas de su abuelo; hace cultura una cocinera cuando prepara los guisos que le enseñaron sus ancestros; hace cultura un maestro que enseña violín a sus alumnos así como un espectador que disfruta de las bellas artes. La cultura no entiende de jerarquías ni de fronteras ni de clasificaciones. La cultura se hace paralela a la vida, como respirar, como amar y como soñar.
Guerrero es junto con Oaxaca y Chiapas, santuario de la diversidad y cuna de muchas de nuestras culturas originarias. Es en esta región del país, donde se concentra la mayor cantidad de diversidad y riqueza cultural del país. Es también esta región, donde paradójicamente se concentra la mayor pobreza, abandono y atraso en la nación.
Sabemos que la cultura puede ser el gran vehículo a través del cual transite la presencia del Estado mexicano en lugares que han sido abandonados por centurias. Es a través de la cultura como podemos hacer presencia en sitios donde el crimen ha cerrado la puerta a cualquier ingreso del Estado. Es con la cultura como podemos comenzar a escuchar a las comunidades mas remotas y comenzar a valorar la enorme riqueza y patrimonio que existe aun en los lugares que pareciera que no existe fortuna alguna.
La cultura será un tema central en el gobierno de la Cuarta Transformación. Sin cultura un pueblo está muerto. Sin cultura se pierden los vasos comunicantes de la sociedad. Sin cultura, no hay memoria ni presente ni futuro. Sin cultura se complica escuchar al otro, comprender lo distinto, aceptar lo diferente.
Un pueblo con cultura tiene esperanza. Un pueblo que conserva y promueve su cultura tiene futuro. Un pueblo que crea y que transforma puede adaptarse a los vertiginosos cambios del mundo. Un pueblo con identidad y con orgullo no puede ser exterminado ni alienado.
La cultura es políticamente daltónica: no distingue de colores ni de sellos partidistas. La cultura es abierta: o es para todos o no es. La cultura es generosa, en ella caben todas las expresiones, todos los gustos y todas las tendencias.
Contra lo que nos hicieron creer durante muchos años, la cultura es de todos. La cultura no es elitista ni es un lujo ni es prescindible. La cultura debe de ser de todos, por todos, para todos y con todos.
Desde Guerrero, desde la tierra de Ignacio Manuel Altamirano, de Juan Ruiz de Alarcón, de Agustín Ramírez y de Julia López saludamos la estrategia cultural del gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador. Habremos de acompañar el Plan Nacional de Cultura Comunitaria y estaremos atentos para que se cumplan sus objetivos.