EL-SUR

Lunes 11 de Diciembre de 2023

Guerrero, México

Opinión

Daniel Jiménez y la antropofagia literaria

Adán Ramírez Serret

Abril 17, 2020

A principios del 2017, el mundillo literario de España e Hispanoamérica se llevó una gran sorpresa al enterarse que el escritor Ray Loriga se había ganado el Premio Alfaguara con una novela apocalíptica y distópica, llamada Rendición.
Además de la sorpresa había cierta incertidumbre de qué hacer con este autor. ¿Cómo leerlo y catalogar? Pues las últimas novelas que habían llegado al gran público tenían al menos dos décadas. Y las otras, eran más lecturas de culto para fanáticos y eruditos.
Yo lo había conocido en persona por ahí del 2014, en Hay Festival en la ciudad de Xalapa. Un amigo cineasta era fanático de Loriga y cruzamos unas palabras con él. Me había dado cuenta de lo obvio, parte fundamental del mito de este autor, que parece una estrella de rock y al cual, aunque no le guste hablar, es amable y duro a la vez.
Al leer Rendición tuve una sensación parecida, una prosa dura pero que buscaba cierta expiación con la humanidad.
Con el paso del tiempo tuve la suerte de seguir leyendo a Loriga después conocerlo y platicar con él. Se trata de una persona que causa una fascinación particular, pues ha sido famosísimo y ha conocido, y sido amigo y charlado con la gente más importante del rock y la literatura, por citar dos ejemplos, pienso en Keith Richards y Haruki Murakami.
Sin embargo, Loriga parece buscar, más que nada, leer buenos libros y tomarse una cerveza con gente agradable.
Guardaba dentro de mí estas impresiones y creía que eran personales, hasta que comencé a leer hace unas semanas Las dos muertes de Ray Loriga, de Daniel Jiménez (Madrid, 1981).
Yo sabía de Daniel Jiménez por su novela debut, Cocaína, había leído unas cuantas páginas y me pareció un autor con talento pero me cansó un poco la idea de inhalar cocaína, lo que hace el personaje de manera frenética, y ponerse a escribir sobre su hermana que se acaba de suicidar.
Las críticas a este libro fueron muy buenas, así que cuando me encontré con la segunda novela de Daniel Jiménez, me puse a leerla de inmediato.
Es una novela de esas tan extrañas, que es difícil compararla con alguna otra. Porque todo (al parecer), excepto el título, es verdad. Por supuesto que por fortuna Ray Loriga está vivo, y además, Jiménez no lo mata en el título tan sólo una vez, sino dos.
Es una novela precisamente sobre el mundillo literario y la obsesión que siempre ha causado el narrador Ray Loriga a lectores, lectoras, por supuesto, y críticos.
El narrador está obsesionado con él, porque Loriga fue en los noventas (y sigue siendo), un autor muy diferente al resto de los escritores españoles.
Tuvo la suerte y la desgracia de descubrir su talento a los veintipocos y ser amado por el mundo desde esa edad. Sin embargo, hacerse famoso desde muy joven es un peso que ha destruido a muchísimos. Y Loriga no estuvo exento de esto y le sucedió que en algún momento llegó a estar muerto en vida.
Las dos muertes de Ray Loriga está construida con el material, con las vísceras y el coraje con el cual están escritos los grandes libros. Y no sólo esto, es una historia apasionada sobre los seres humanos que lo único que desean en el mundo es escribir una obra maestra, incluso si esto quiere decir no tener otra cosa más que literatura y ficción. Es una obra en donde se ve a los escritores al descubierto.
Esta novela describe bien el mundo de la literatura en donde todos están contra todos y los unos se comen a los otros con el sueño innombrable, pero no por eso imposible, de convertirse en un gran escritor. Aunque haya que devorarlos a todos para eso.
(Daniel Jiménez, Las dos muertes de Ray Loriga, Madrid, Galaxia Gutenberg, 2019. 270 páginas).